a Jesús Arriaza
“Lo noble
en sí es de naturaleza
tranquila y parece estar dormido, hasta
que algún obstáculo lo despierta”
GOETHE a Eckerman
Sería
sumamente interesante conocer, cuántos venezolanos entre los
20 y los 30 años, han oído hablar (o leído) de (a) Mario
Briceño Iragorri (Trujillo 1897- Caracas 1958). Con justicia,
se puede afirmar que no muchos (razón directa de la inmensa
crisis de nuestra educación que, debería incluir a este
clásico, dentro de sus programas y sobre todo en los tocantes
al fomento de la lectura y de la capacidad de redactar), lo
que lo convierte de hecho y de derecho, en un ilustre
desconocido. De ilustre, para su honra, tiene mucho, pues
perteneció de pleno a esa estirpe de hombre imprescindible,
fundamentales, para rellenar el vacío esqueleto de la nación,
a fuerza de reflexiones, propuestas, disquisiciones valiosas,
para contrastarnos con nuestro pasado de accidentes y
falencias, de glorias, callados logros e impiedades.
Andino
raigal, Don Mariano desplegó una gran obra ensayista, sólo
comparable a la de su fraternal amigo y compañero de
intelecto, Don Mariano Picón Salas. Entre las Obras de Briceño
Iragorri, pueden mencionarse: “ Alegría de la Tierra”, “ Casa
de León y su tiempo”, “El Caballo de Ledesma”, “El Regente
Heredia”, “Introducción y defensa a nuestra Historia”,
“Tapices de Historia Patria “, “Lecturas Venezolanas”, “
Mensaje sin destino “ , entre otras.
A la par de
su brillante carrera ensayística, Briceño Iragorri fue
historiador, diplomático, sociólogo, periodista, profesor, En
cuanto a su acción política fue senador de la República e
integrante del ilustre Concejo Municipal de Caracas.
Profesiones y cargos en los que actuó con talento, dedicación
y marcada honestidad. Todo un hombre de pensamiento en el
sentido que preconizaba Goethe.
Su máxima
preocupación: dar organicidad, sustancia a nuestro porvenir,
al consustanciarnos con ese difuso y muchas veces ilusorio (en
la historia oficial) pasado. A ello dedicó buena parte de su
tiempo: a repensar el país, para hacerlo más accesible a sus
connacionales.
He aquí
algunas citas de este valioso compatriota. Palabras que, a la
distancia retratan esa alma henchida de bondad y, capacidad
creadora de Don Mario:
“ Creo haber
escrito en alguna oportunidad que Venezuela , pese a su
historia portentosa, resulta desde cierto ángulos un pueblo
anti-histórico, por cuanto nuestra gente no ha logrado
asimilar su propia historia en forma tal que pueda hablarse de
vivencias, uniformes y creadoras que nos ayuden en la obra de
incorporar a nuestro acervo fundamental, nuestros valores de
cultura, cuyos contenidos y formas, por corresponder a grupos
históricamente disímiles del nuestro, puedan, por aquella
razón, adulterar e genio nacional .”
“La historia
bélica, que hasta hoy ha tenido preferencia en la didaxia, ha
sido para el pueblo como centro de interés permanente, donde
ha educado el respeto y la sumisión hacia los hombres de
presa. Porque nuestra historia no ha sido los anales de los
grupos que formaron las sucesivas generaciones, sino la
historia luminosa o falsamente iluminada, de cabecillas que
guiaron las masas aguerridas, ora para la libertad, ora para
el despotismo. Ha faltado el ensayo que presente la obra del
pueblo civil, factor de hechos constructivos del mismo modo
como, para interpretar el valor conjugante de la nacionalidad,
han faltado las historias parciales de las varias regiones que
se juntaron para formar la unidad de la Patria.”
“Hemos visto
más a la liturgia de las efemérides que al permanente valor
funcional de la Historia como categoría creadora de actos
nuevos. Hemos dado prioridad a la parte teatral de las
circunstancias sobre los propios fines y resultados de
éstas.”
Hay que
sacar de ese injusto anonimato, el pensamiento fresco, sabio y
útil de Don Mario Briceño Iragorri. Debemos arrancarlo de ese
incomprensible desconocimiento, para como decía Briceño
Irragorri, buscar: “fuerza
en el pasado para mejor correr hacia el futuro”.
jamedina11@gmail.com