"Después de todo qué
complicado es el amor breve
y en cambio qué sencillo el largo amor
digamos que este no precisa barricadas
contra el tiempo ni contra el destiempo"
Mario Benedetti
(“Bodas de Perla”)
Luego
de la inusual goleada (0-4) de la Vinotinto, frente a la
selección Charrúa, ocurrida este miércoles en el estadio
Centenario de Montevideo (escenario, en el que hace unos tres
años, le encajamos tres goles en una noche mágica y que
hablaba del avance de nuestro fútbol) surgen, necesariamente
una serie de preguntas:
¿Ha llegado
(no desde ahora, desde el final de las eliminatorias para el
mundial Alemania 2006) el fin de un ciclo positivo de la
Selección Nacional? ¿Se encuentra ésta al garete?
Luego de
algunas conquistas en los partidos previos (que incluía
victoria apretada de 1-0 sobre Uruguay y un triunfo en suelo
Europeo) se pensaba que se había iniciado un ciclo nuevo,
dentro del proceso descrito por el Técnico, Richard Páez.
Esta
goleada, muy propia del pasado (¿afortunadamente remoto?) da
un campanazo, e invita a repensar sobre lo que puede estar
ocurriendo con el seleccionado, de forma que puedan
tomarse oportunamente las medidas necesarias para cambiar el
curso de la acción.
Es urgente,
que se plantee un debate en la Federación, respecto a este
tema, revisar los esquemas y su posible agotamiento.
Determinar si
ésta
etapa, coincide con la renovación natural del seleccionado y
que otros factores pudieran estar influyendo en forma no tan
positiva. Esta selección que, tantas alegrías y satisfacciones
ha dado al país requiere sin duda alguna, de la atención
inmediata de sus equipos técnicos y directivos. La idea es que
la vinotinto tenga un amor largo con la fanaticada, no uno
breve.