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Fernández Morán, el brujo de Pipe
por José Alberto Medina Molero
domingo, 8 octubre 2006

 

   (A su augusta memoria) 

“La vida está llena de un potencial verdaderamente insondable
en la mayoría de los casos, lo que llamamos limitaciones
no son más que la decisión de imponernos limitaciones
a nosotros mismos”

I
keda Daisaku
 

 

En el diccionario la palabra Augusto, refiere de inmediato al Emperador Romano , que llevaba dicho nombre ( el título de Octaviano César que, a su vez llevaron después de él ,  todos los emperadores romanos y sus mujeres), pero también refiere a lo “que  infunde o merece gran respeto y veneración”. Es ente sentido y, no en otro, en el  que debe situarse la memoria de ese gran venezolano que, fue el Dr. Humberto Fernández Morán. Del “Brujo de Pipe” (por su vinculación emblemática con el IVIC y su inmensa capacidad de inventiva y prodigiosa capacidad de armar proyectos), como también se le conoce, se dice que obtuvo el título de Bachiller en Venezuela, con sólo 15 años, para luego recibirse de Médico en Alemania a los 20. Su pasión por el saber, lo llevó a diversos campos: neurología, biología celular, física, citobiología, microscopía electrónica. 

Este compatriota, que en el terreno de la ciencia representó, lo que Arturo Uslar Pietri en el campo del humanismo, nació en Maracaibo un 16 de febrero de 1924, y expiró en Suecia hace apenas 7 años (17-03-99). Su gran inteligencia, o mejor dicho esa “sabia curiosidad a lo Goethe” que le acompañó, legó a la medicina una poderosa herramienta: el bisturí de diamantes, con el que pueden efectuarse microscópicos cortes (por ejemplo dividir en su espesor un cabello humano en más de cien partes), con amplia aplicación en estudios de tejidos biológicos y de metales. En el campo de la microscopía electrónica, aportó significativos hallazgos (como el método de sustitución bajo congelamiento y el concepto-técnica de crio-microscopía). En el área de la Biología, demostró (mediante imágenes) la existencia de la partícula submitocondrial, lo que abrió nuevos campos a la investigación celular (partícula que fue bautizada con su nombre). 

Igualmente, durante el apogeo del proyecto Apolo, el Dr. Fernández Morán, estuvo ligado al mismo, aportado sus conocimientos en lo concerniente al análisis de las piedras lunares y otros campos. En 1959, fundó el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales, donde nace la  Biblioteca científica de Latinoamérica, este instituto posteriormente dio paso al IVIC. 

Como en todo, una nota aciaga: su vinculación con la administración de Marcos Pérez Jiménez, le granjeó no pocas aversiones durante el llamado período democrático (las actitudes sectarias, no son monopolio exclusivo del actual régimen) al punto, de execrarlo de la vida científica y pública de Venezuela. Mientras tanto, fuera de nuestras fronteras, el Dr. Fernández Morán era ampliamente reconocido y apreciado, debido a ello, ocupó importantes cátedras en las afamadas Universidades “George Washington”, MIT, Harvard, Chicago y del Instituto “Enrico Fermi”. La Universidad de Cambrigde, le otorgó el Premio al “Médico del Año”, igualmente recibió un reconocimiento oficial de la NASA, por sus contribuciones al Proyecto Apolo. 

Por estos datos, logros y reconocimientos, y por otros, que sin duda valdría la pena reseñar, es tan augusta la memoria de este insigne compatriota y hombre Universal: Fernández Morán, el “Brujo de Pipe”.
 

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