Imputar
y acusar son sinónimos, en su acepción jurídica y ética
significan lo mismo. Cuando a alguien se le imputa un
delito, se le está acusando de haber cometido un hecho
delictivo. Se acusa al imputado para que, en un
juicio preliminar, se determine si efectivamente debe ser
juzgado por el hecho que se le imputa, o del que se le
acusa. Si se considera que no hay motivos reales para ser
enjuiciado, así se declara, y se sobresee la causa, lo cual
significa que cesa el procedimiento y se archiva el expediente,
sin que pueda reabrirse por ningún motivo, pues es cosa juzgada.
Pero eso es otro asunto. Se llegó allí porque hubo una
acusación o imputación, que no prosperó. Decir que
imputar no es acusar es una falacia imposible de
sostener, o producto de la ignorancia.
Imputar, dice el DRAE, en su primera acepción significa
³Atribuir a alguien la responsabilidad de un hecho reprobable²,
y de acusar dice el mismo diccionario, también en su
primera acepción: ³acusar: Imputar a alguien algún delito,
culpa, vicio o cualquier cosa vituperable². ¿Puede, entonces,
haber alguna duda?
Para mayor abundancia, el mismo DRAE define el imputado
como la persona ³Contra quien se dirige un proceso penal². En
esa misma línea, Doña María Moliner, en su Diccionario de uso
del español, señala acusación como sinónimo de
imputación. Y el muy moderno Diccionario de uso del
español de América y España VOX define el imputado
como el ³Que ha sido acusado de un delito: compareció ante el
juez como imputado y no como testigoв. Obsérvese la
distinción, muy pertinente, que este diccionario hace entre
imputado y testigo, que no deja lugar a dudas:
imputado es lo mismo que acusado.
¿Cuál es, entonces, la razón para pretender que imputar
no es acusar?
Imputar es vocablo de origen latino. Deriva de imputare,
que significa, entre otras cosas,
atribuir.
DOS PECADOS DE UN MISMO PECADOR
El miércoles 13, en el noticiero de Venevisión, un abogado
penalista, defensor de un delincuente que había sido absuelto en
primera instancia, en sentencia que fue revocada por la Corte
de Apelaciones, al referirse a esta última decisión, después de
calificarla de exabrupto dijo: ³Voy a apelar a esa decisiónв.
¿No le enseñaron en la Escuela de Derecho que, en este caso, no
se ³apela aв, sino se ³apela de o contraг?
³Apelar a...² es otra cosa, algo así como invocar algo ante
alguien a nuestro favor o al de otra persona: ³Apelo a su
benevolenciaв.
En el mismo noticiero, el mismo abogado dijo también: ³Estoy
seguro que en el nuevo juicio también mi cliente será
absueltoв. Esto no tenían que habérselo enseñado en la Escuela
de Derecho, sino que debía saberlo mucho antes de llegar a ella:
no se dice ³estoy seguro queв, sino ³estoy seguro de
queв. No se está seguro algo, sino seguro de algo.
Este error es muy frecuente, generalmente porque quienes no
conocen bien nuestro idioma, ante el temor de cometer error en
el uso de la locución ³de que² (dequeísmo), suprimen la
preposición ³de² donde sí debe ir. Es lo que los gramáticos
llaman ultracorrección.

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