El
holocausto iraquí -
Ted Córdova-Claure
martes,
23 noviembre 2004
De
todas las históricas secuelas que se proyecten de la guerra de
Irak cuando termine, si algún día termina, lo más importante será
la responsabilidad por el holocausto del pueblo iraquí.
¿Cuantos civiles ya han muerto, cien mil, un millón?
Pero,
al final, alguien será el responsable, según el veredicto
inevitable e implacable de la Historia.
¿Quien será, Saddam, Ossama? Usted elige. Usted adivina.
Holocausto es un término gelatinoso. Se escapa al intentar
agarrarlo. No es fácil capturar con precisión y es resbaloso,
inasible. En su acepción mas aceptada en inglés - lengua donde mas
se utiliza -, literalmente significa la muerte y destrucción
causada por un gran incendio (Webster). Pero también es la
palabra para definir la muerte de millones de judíos en los campos
de concentración de la Alemania nazi. Y la verdad es que el
termino ha sido muy utilizado para defender la causa del estado de
Israel y algunos círculos judíos han podido lograr pingües
indemnizaciones utilizando como clave la palabra holocausto.
Lo
cierto en su acepción de la destrucción masiva de vidas humanas
por poderosos fuegos - como los misiles de helicópteros Apache o
aviones F-16, tan generosamente entregados por EE.UU. a Israel -,
ya se puede hablar de un holocausto palestino.
En un
sorprendente informe investigativo, el antiguo y respetable
periódico científico británico “The Lancet” muestra la
magnitud de lo que ya otros medios comentan como los “crímenes de
Guerra”del gobierno Bush. (thelancet.com.uk).
Hasta
antes de la batalla de Faluya (Nov. 04) y contando desde marzo del
2003, habían muerto 98 mil civiles iraquíes, incluyendo 40 mil
niños, dice The Lancet.
Lo
estremecedor del caso es que Lancet compara las muertes 18
meses después de marzo 03 con las muertes ocurridas en similar
periodo antes de marzo 03 y se debe tener en cuenta que ya Irak,
por las sanciones impuestas por la ONU, estaba con serios
problemas de abastecimiento de medicamentos.
Por
todo esto, las investigaciones de Lancet tienen un gran
significado, observa el magazine electrónico norteamericano Tom
Paine, porque esas investigaciones se concentraron en regiones
donde la aviación norteamericana lanzó sus bombas cluster y otras
armas, que a fin de cuentas, son las únicas de destrucción masiva
que se encuentran en ese territorio de la Mesopotamia del Oriente
Medio, una de las cunas de la civilización.
En su
análisis del informe Lancet, el periódico Newsday,
del estado de Nueva York, observa que las causas más comunes de
muerte antes de la invasión de Irak, eran ataques al corazón y
otras enfermedades crónicas. Sin embargo, después de la invasión,
la violencia es la principal causa de muerte, principalmente
atribuida a las fuerzas de la coalición. El 95 por ciento de las
muertes fueron causadas por bombas o el fuego de cañones de
helicópteros.
Estas
estadísticas no influyen directamente en la opinión publica
norteamericana, ello toma tiempo, como tomó el asimilar el
holocausto de los judíos a manos de los alemanes nazis.
Espero estar equivocado, ¿pero significa esto que EE.UU. es una
nación de ovejas temerosas que no reaccionan frente a quien viola
sus principios tradicionales de libertad, tolerancia y libre
expresión?
En
esta perspectiva Orwelliana no es difícil pensar en quien es
responsable por los crímenes de Guerra de Irak.
¿Usted elige, usted adivina, en quien está usted pensando?
|