Disfrazados de
militares cubanos y con una manera de desfilar que evoca a
las películas sobre el régimen nazi o el ejército maoísta,
los integrantes de la reserva venezolana se desplegaron el 13
de abril con la idea de atemorizarnos.
El gobierno
necesita armar un contingente que defienda “ el proceso
revolucionario ” de toda amenaza interna o externa. Es decir,
crear un ejército para darle un brazo armado al partido cuyo
jefe es el Presidente de la República.
Es una amenaza lo
que sienten los venezolanos de la oposición cuando ven el
desfile de la reserva por TV, porque estiman muy distante una
intervención militar gringa, que es con lo que se justifica ante
el mundo la creación de este ejército particular.
Los
Estados Unidos, como gobierno y sus líderes de ONGs de derechos
humanos, tipo Jimmy Carter, no ayudaron ni siquiera en lo
político a los opositores cuando se dio el revocatorio
presidencial de agosto pasado. Los líderes de la oposición
parecían unos huérfanos explicando como el sistema electoral
venezolano funcionó completamente a favor del gobierno de una
manera obscena, lo que, si se hubiese producido en mínima parte
en democracias del primer mundo tipo Estados Unidos, Francia o
Inglaterra, hubiese ocasionado protestas y acciones judiciales
sin cuento. Los argumentos sólo provocaron encogimientos de
hombros y algunas unas reacciones vergonzantes, ya que para
los militantes de la oposición en el tercer mundo, exigir
trato democràtico y decisiones jurídicas favorables en los
organismos internacionales, aunque luchen contra un gobierno
evidentemente autoritario, es una ingenuidad .
Lo único que
entienden los gobiernos de la comunidad internacional en estos
casos, es el uso de la violencia por parte de una oposición
sometida por las malas y con trampas. Así que la invasión de
marines con desembarcos en La Guaira y Puerto Cabello, parece
una comiquita. Tanto, como la lucha guerrillera milímetro a
milímetro, contra el invasor extranjero con la que se extasían
hablando algunos líderes de este gobierno.
Los niveles de intimidación
Me imagino que la
idea con esto de las reservas y con las persecuciones
sectoriales que se emprenden hoy, es mas bien funcionar con
varios niveles de intimidación. En sentido general, se intenta
con las reservas el control militar del grueso de la población.
No se confía en que las fuerzas armadas venezolanas funcionen
automáticamente a favor de un partido político, aunque sea el de
gobierno, si se da un alzamiento.
Mientras mas lo
pienso, mas me convenzo que estamos frente al primer partido
en la historia de la democracia venezolana que ha armado un
ejército propio para combatir a un enemigo interno. Porque las
historias del partido Comunista de Venezuela y las FALN no
cuentan. Cuando se armaron en los años sesenta, no eran para
sostener al partido de gobierno, sino simplemente fachadas
políticas y militares de un partido que estaba en la subversión.
La persecución a
la disidencia se establece hoy también sectorialmente. Se
trata de callar a quién siga peleando, que en estos momentos
evidentemente no es la dirigencia de los partidos políticos,
resignada a participar como sea en las elecciones de comparsa
del gobierno, sabiendo que perderá, que la aplastarán y que
además el gobierno tomará su participación como ejemplo de
que realmente existe una sociedad democrática en Venezuela. La
lucha está dirigida contra quiénes son realmente los dirigentes
de la oposición hoy: los periodistas, los luchadores por los
derechos humanos, los militares disidentes y los educadores.
Se ataca a las
cabezas visibles de la disidencia con la figura de la
imputación o con la muerte civil.
Uno de los
detalles negros de este “proceso revolucionario” es la enorme
contradicción que existe cuando se proclama la existencia de
una revolución humanista en Venezuela y las ejecuciones
extrajudiciales por parte de la policía van por 3655 en los
últimos 5 años, de acuerdo al balance de la propia Fiscalía.
Cuando se impide
el trabajo a quiénes aparecen en las listas de opositores al
gobierno, facilitadas desde el mismo Consejo Nacional
Electoral a los organizadores de las delaciones en masa.
Los medios d e
comunicación denuncian todos los días hostigamiento,
persecución, prohibición de acceso a la información oficial y
ataques sistemáticos a golpes a sus reporteros. Este gobierno
pasará a la historia porque sus partidarios hicieron cambiar a
tiros el equipo convencional de los reporteros, haciéndoles
incluir además del grabador, la libreta y las cámaras
fotográficas o de tv, los chalecos antibalas y los cascos de
kevlar. Los profesores y maestros fueron los primeras víctimas
del gran delator.
Enjuicia, que algo queda
Entonces, para
que, por ejemplo, se callen los militantes de derechos humanos,
procesan a Carlos Ayala Corao que ha sido nada menos que ex
presidente de la Corte Interamericana de los derechos Humanos y
es el actual presidente de la Comisión Andina de Juristas.
La idea es que si
le hacen eso a él, le pueden hacer lo mismo a cualquier
activista, desde Liliana Ortega, jefe de Cofavic, para abajo.
Los ministros de policía y de información, que frecuentemente
confunden sus roles en los regímenes autoritarios, piensan que
basta con negar que existen violaciones a los derechos humanos
y encerrar a los militantes de las ONG que las investigan y las
hacen conocer, para que desaparezca la evidencia de esas
violaciones. Es como en Cuba, donde el presidente Fidel Castro
protesta porque el voto de la Comisión de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas denuncia las
largas
sentencias a prisión contra los líderes de la disidencia .
Castro y su canciller, contestan diciendo que los gringos
violan los derechos humanos en Abu Graib. Y uno se pregunta, ¿donde
será que se enteraron de eso? No será precisamente en Gramma ni
en Juventud Rebelde, que reflejan un país oasis donde nadie
conoce la tristeza, la pobreza ni la muerte, sino las virtudes
heroicas del jefe màximo.
Cuando los
periodistas venezolanos muestran las contradicciones que
existen en Venezuela entre un gobierno supuestamente preocupado
por los pobres y su dirigencia multimillonaria, la solución es
llevar a juicio a los más conocidos, a ver si los desconocidos
se callan. Hay denuncias de asignaciones de “pockets money”
de 3000 dòlares para parlamentarios como el presidente de la
Asamblea Nacional, Nicolás Maduro, cuando viaja a “ investigar”
a Citgo, de comisiones petroleras para los traders que están
con el régimen , de a dólar por barril, denunciadas por el
Nuevo Herald , sueldos y comisiones abusivas de parlamentarios,
gobernadores y ministros, en cuanto negocio pueden meter la
mano. Probablemente no haya un régimen en el mundo donde las
diferencias entre los sueldos de los jefes y los porteros de
la administración pública sean abismales como en Venezuela.
Pero la solución institucional no es acabar con la corrupción,
sino llevar a juicio a las periodistas Patricia Poleo e Ibéyise
Pacheco, presionar para que boten de sus trabajos a Napoleón
Bravo y Marta Colomina. ( de una manera muy efectiva, por lo
demás) Se usa el mismo razonamiento.
Hay que obligar a
cada periodista a pensar que si eso le pasa a los famosos, mas
ràpido le ocurrirá al “perraje”. Es decir, hay que callarse y
bajar la cabeza.
En las Fuerzas
Armadas, ya se sabe. Se promociona al chavista y al que no lo es,
se le hostiga, se le persigue y se le enjuicia. Lo mas suave es
negarle el ascenso. Se incluye en el repertorio la anulación
de las sentencias que favorecieron a los militares del alto
mando que evidentemente estaban contra el Presidente Chávez el
11 de abril de hace 3 años El nuevo tribunal Supremo, no solo
cambió la concepción de vacío de poder por golpe, sino que la
sentencia del mas alto tribunal venezolano en casos emblemáticos
como el del general Carlos Alfonso Martínez, a quién se había
absuelto del cargo que lo tuvo un año en la cárcel, también
acaba de cambiar. Se ha anulado esa absolución.
No importa que
sea inocente. El punto tampoco es que un general en jefe haya
dicho que el presidente renunció y el alto mando le haya
buscado rápidamente un sustituto.
El caso es que
lograr que todos los militares tengan miedo cuando les
enseñen la cabeza cortada de los generales Martínez, Rosendo,
Vásquez Velasco y el vicealmirante Comisso Urdaneta.
En cuanto a los
maestros, a los profesores, ya se sabe. El control debe ser
total. Empezaron con negarle el trabajo en las escuelas y
liceos a todo aquél que figurara firmando en cualquier
movimiento contra el Presidente. Ahora le tocó el turno a la
dirigencia. Deshecha la Junta Calificadora Nacional, una
instancia elegida por la base docente, sus miembros deben
devolverse a sus aulas, no importa que queden lo mas lejos
posible de su casa, no importa que sea en especialidades que no
son las suyas. Las horas extra deben hacerse en las misiones,
Ribas o Robinson. Hay que vestir franela roja y presentarse en
los actos del Presidente. La orden es hacerlos renunciar como
sea, sobre todo si son conocidos. Hay que apretarles la tuerca
a ver si se ahogan rápido. Los sindicalistas del magisterio han
resistido demasiado, hay que atemorizar con su suerte, a la
base.
A la población se
le agita el espantapájaros de la reserva, a los gremios se les
controla con una inundación de juicios y con la persecución:
la táctica es institucionalizar el miedo. El miedo debe ser la
herramienta mas efectiva del gobierno, porque el dinero no
compra a todo el mundo, ni existe en cantidades infinitas. Y el
comandante no inspira el mismo tipo de pasión en todos los
corazones.
Realmente éste es
un desafío interesante. Lograr en un país formado en el
igualitarismo, cuyas instituciones democráticas funcionaron
durante casi cincuenta años, donde el actual gobierno accedió
por elecciones al poder, ese tipo de clima oscuro y temeroso,
donde florece la delación, que fue posible alcanzar en Europa
del este y en Cuba.
Todavía resuena
en mis oídos el alboroto que se formó en la Asamblea cuando en
un discurso, un opositor preguntó a los parlamentarios chavistas,
incluyendo a los periodistas del proceso, si lo que querían
era un país con prensa única, partido único y pensamiento
único . La respuesta fueron gritos inacabables y aplausos
atronadores de asentimiento. Sí, sí, sí gritaban delirantes, eso
es lo que queremos.
Si se logra o no
se logra la revolución chavista en Venezuela, igual viviremos
una época excepcional, sobre todo para periodistas como yo.
Todo será noticia: tanto si Venezuela llega a vivir un
régimen de partido único por 20 o 30 años mas , como si el
adorado Comandante Chávez se convierte en otro ex presidente
militar derrotado y proscrito, contando los viejos cuentos de
su época de gloria en algún olvidado bar suramericano.
lucgomnt@yahoo.es