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Héroe por un día - por Antonio Sánchez García
viernes, 7 enero 2005

 

 

 Si Pedro Carmona adquirió notoriedad mundial como el mandatario que ejerciera el más breve de los períodos presidenciales de nuestra historia, Danilo Anderson pasará al anecdotario nacional como el héroe más efímero de cuantas revoluciones ha tenido Venezuela. Y conste que ésta no es la primera ni  será la última. Hay quien ha contado varias docenas. Todas terminaron en la ruina, la disolución, la corruptela. Ya lo dijo hace más de un siglo Luis Level de Goda: “las revoluciones no han producido en Venezuela sino el caudillaje más vulgar, gobiernos personales y de caciques, grandes desordenes y desafueros, corrupción, y una larga y horrenda tiranía, la ruina moral del país y la degradación de un gran número de venezolanos”. Santa palabra.

 

            Por lo visto y al parecer, si a alguien le cabría esta última afirmación escrita por ese olvidado historiador venezolano en 1893, es al joven fiscal Danilo Anderson. Según comienzan a señalar todos los indicios, citados casi sotto voce por el Ministro de Interior y Justicia y el Fiscal General de la República, Danilo Anderson pareciera ser uno de los exponentes arquetípicos de “la degradación de un gran número de venezolanos” producidos por esta revolución, la bolivariana o chavista. ¿Por qué habría de ser ella una excepción a esa regla, descrita con insólita lucidez en los albores de la revolución restauradora y el establecimiento de la más horrible tiranía que conociera nuestra historia, la de Gómez?

 

            Anderson habría cumplido así en un tiempo insólitamente breve el periplo que en Venezuela lleva de la glorificación a la condena, de la inmortalización o la basura. Lo que tampoco es novedoso. Se ha venido cumpliendo desde los tiempos de Miranda y Bolívar, Monagas y Falcón, Páez y Guzmán Blanco. El último exponente de esta genética nacional del héroe-granuja fue Carlos Andrés Pérez. Y con absoluta seguridad el próximo candidato a pasar del altar de la adoración al patíbulo del desprecio será el propio presidente de la república. ¿O cree Chávez acaso que el ADN de la venezolanidad se cambia de la noche a la mañana? Si Miranda y Bolívar fueron convertidos en excrecencias miserables por la cultura dominante, ¿quién habría de salvar al teniente coronel, que ya es santificado por una mitad del país y maldecido por la otra?

 

            Así, de arquetipo heroico, mito de canciones protestatarias brotadas como hongos y glorificación onomástica – de fiscal Anderson a Danilo mártir, el hombre que se sacrificara por la patria, el ejemplo moral de todos los boinas rojas, el venerado por el presidente de la república, Lina Ron, Isaías Rodríguez, el Diario de Caracas y Vea, Nicolás Maduro, Juan Barreto, Lilia Vera, Cecilia Todd y los intelectuales marxistas del mundo – ya corre por los mentideros nacionales como un granuja, un pìllo, un extorsionador, un agalludo, un gangster, un mafioso. Sin mencionar otras intimidades, que mejor dejar en la trastienda.

 

            La patria es implacable. La verdad también. “Danilo” prefigura el destino de esta revolución bonita. Cuando llegue el momento, que el último de los chavistas en salir nos haga el favor y  apague la luz.


sanchez2000@cantv.net

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