No
es para nadie un secreto que el régimen chavista se amamantó en
un primer tiempo de la teta ideológica de Fidel Castro, para
luego pasar a ser en la práctica una dependencia o una suerte de
provincia de la isla caribeña. Nada se decide, nada se hace en
la Venezuela de Hugo Chávez sin antes obtener bien sea el
permiso o el visto bueno emanado desde La Habana.
Eso en
cuanto a la sumisión y el entreguismo que vive la Venezuela de
hoy, no solo desde el punto de vista ideológico-político, sino
también en todo aquello que tiene que ver con la salud, la
educación, la economía y la seguridad. Ahora bien, en esa
constante búsqueda de lo que no se les ha perdido, por parte de
los sultanes del chavismo, estos también han buscado un guía,
perdón el guía lo tienen, quise decir un camino, pero que los
lleve hacia un destino más etéreo, mas allá de lo meramente
terrenal y revolucionario, una elevación puramente moral, en fin
el verdadero mar de la felicidad. Porque no todo en la vida son
relojes, ni cajas de whisky 18 años, ni apartamentos en las
hermosas colinas del este caraqueño, ni camionetas de alta
cilindrada y tracción en las cuatro ruedas, de las que van en
contra del protocolo de Kyoto, ni cuentas en dólares de esas que
llaman en el léxico banquero de 6 cifras altas.
Pues bien,
esa luz, esa inspiración la han encontrado altos personeros del
actual régimen, sean estos ministros o generales de esos con un
bojote de estrellas y poquitas batallas, o bien sea el joven,
talentoso y brillante presidente de la Asamblea Legislativa,
nada más y nada menos que en la persona de Sri Sathya Sai Baba,
mejor conocido como Sai Baba. Este gurú nació en 1920 en la
India, y la historia oficial – la suya – cuenta que a los 13
años dijo que él no era humano, que él era la reencarnación del
santo mahometano Sai Baba de Shirdi, un santo indio fallecido en
1917; posándose de esa manera Sai Baba como el nuevo avatar
divino, pelo a pelo con Rama o Krishna, y claro está con todos
los atributos de cualquier salvador que se precie;
omnipresencia, omnisciencia y omnipotencia. ¿Para qué más?
Dicho esto,
mientras crecía Sai Baba, un tipo chévere, cool, nada agresivo;
adoptó un discurso federador en torno a su figura, Sai Baba dice
que todas las religiones son mías, no tiene nadie por qué
cambiarse de religión, sigan adelante con sus respectivas
practicas, que de esa manera se estarán acercando mas a mí. Y
así el rolo de vivo de Sai Baba y su religión fueron creciendo,
al punto de contar en la actualidad con cientos de millones de
adeptos a lo largo y ancho del mundo. La organización – Trust
Sai Baba – se estima que posee una fortuna de 170 millones de
dólares, claro está, constituida ésta esencialmente gracias al
aporte de los adeptos, de donde sobresalen abogados,
intelectuales, psiquiatras, escritores, políticos y hombres de
negocios.
Sai Baba a
su vez es conocido por sus milagrosas o mágicas capacidades de
materialización de cenizas sagradas, así como también en
entrevistas privadas materializa joyas de regalo para sus
adeptos más cercanos. Pero la megalomanía y el narcisismo del
amigo Sai Baba, son inversamente proporcionales a la sumisión y
ceguera de sus adeptos, en ese sentido el hombre de la tomusa y
batola anaranjada se muestra a sus devotos de manera fugaz dos
veces al día. Y claro está como todo aquél que se cree Dios, Sai
Baba critica a aquéllos que duden de sus milagros y los despacha
con una frase altanera; el saber sobre mí está fuera de mis
manos y ustedes son incapaces de comprenderme.
En
consecuencia Sai Baba ha sido acusado de charlatán, pero también
lo han señalado por cosas aún mas graves, tales como acusaciones
en su contra por la supuesta comisión de actos de abuso sexual
contra antiguos adeptos. Esta acusación hizo que la propia
UNESCO le retirara a la organización de Sai Baba toda suerte de
colaboración y lo declarara prácticamente santo non grato.
La
charlatanería del gurú en cuestión no tiene límites, ya que
hasta en el tema de hacer caquita - como dicen en Cuba -, Sai
Baba tiene una opinión, la cual dice que jamás se deben aguantar
las ganas de ir al baño, hay que ir tres veces al día, las
mismas que uno come, y así estaríamos luchando contra el cáncer
de colon. Dicho esto, veremos si viene un médico cubano a
desmentir a Sai Baba.
De igual
forma la labia de Sai Baba, el omnisciente, queda siempre puesta
en entredicho, por cuanto se supone que Dios habla fluidamente
todas las lenguas y resulta que Sai Baba apenas machuca el
inglés, además de un par de dialectos regionales, y lo hace de
manera tan deficiente que sería esa la razón por la cual Sai
Baba no habla en Inglés durante sus apariciones públicas.
En fin,
dejemos a Sai Baba y su negocio tranquilos, al fin de cuentas
Sai Baba es un megalómano normal, vulgar y corriente, tanto que
hasta tiene también en su historial – él no tendría por qué ser
menos que Fidel y Chávez – el haber corrido peligros mundanos,
tales como un atentado fallido en su contra, el cual se habría
cometido en el año 93, razón por la cual Sai Baba el
todopoderoso circula en la actualidad en un Mercedes Benz
blindado, rodeado de guardaespaldas.
Pero no
quisiera terminar si antes recordar que el presidente Chávez
tiene previsto en los próximos días ir de gira a la India, no sé
si en su agenda está incluida una visita a la ciudad de
Putaparti, situada al sur de la India y desde donde no solo
despacha Sai Baba, quien ha recibido con anterioridad a otros
jefes de Estado, principalmente africanos, sino que allí en
Putaparti funciona el centro de atracciones de Sai Baba. De ser
cierta ésta visita presidencial, no cabe duda que el
chupadolares presidencial despegaría rumbo a la India abarrotado
de pasajeros, perdón de seguidores de Sai Baba y todos viajarían
felices y contentos cantando la canción aquélla de Héctor Lavoe,
entre que caben cien, cincuenta parados, cincuenta de pie.
Así las
cosas, estimados y pacientes lectores podemos concluir que el
think tank de la revolución bonita está conformado por los
septuagenarios Fidel Castro y Sai Baba; pero debemos admitir que
por los lados de la oposición las cosas no son muy prometedoras,
por cuanto todo parece indicar que los guías son Paulo Coelho y
la virgen de la rosa mística.

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