El
Presidente Lahoud se apresuro en anunciar días pasado el
reinicio formal de nuevas reuniones de negociación entre
todas las fuerzas politicas en Libano en lo que pretende
reflotar el fracasado y esteril diálogo de unidad nacional
que llevaba en realidad varios meses desarrollándose y que
sirvió a los intereses de hezbollah y le permitió dilatar
situaciones y armarse para enfrentar a plena capacidad de
combate -gracias a Irán y Siria que le aprovisionaron- su
ultimo desatino, en la locura que llevo en su guerra contra
Israel.
Mientras pretendían hacer creer a los libaneses que esas
rondas de dialogo eran sinceras todo lo que se hacia desde
los prosirios Lahoud y Nabih Berri y su nuevo cómplice y
participe necesario, el otrora patriota Michel Aoun se
manejaron en las pautas fijadas por los terroristas y
facilitaron absolutamente todas y cada una de las
condiciones impuestas por los asesinos, incluyendo sin
pensar ni escuchar lo que el pueblo libanés pensaba, el
derecho a decidir sobre la resistencia como crédito absoluto
de hezbollah. El anuncio se produjo mientras los soldados de
la FINUL y las fuerzas del ejército libanés son desplegados
en la zona sur después de 40 años. Tiempo este que perduro
la extorsión y se sucedieron las barbaries mas extremas en
la persona de los residentes libaneses del Sur del país,
incumpliendo así las condiciones mínimas que solicita la
Resolución 1701 y ratificando que hezbollah es el defensor
del pueblo libanés con sus armas que continúan prestas para
defender la soberanía del país.
Con esta declaración el Presidente no hace mas que ratificar
su alta traición al pueblo libanés, su complicidad con los
terroristas y lo mas lamentable, arrastra al país hacia un
posicionamiento internacional que lo llevara al aislamiento
definitivo acercándolo mas a los estados terroristas,
claudica una vez más y se muestra como lo que es, una
vulgar y vetusta marioneta al servicio de los asesinos
regionales y locales y amenaza con que el alto el fuego es
endeble y que en cualquier momento la paciencia se acabara.
Desvergonzadamente también propone a su sucesor para el año
próximo y dice públicamente que el mejor candidato a
sucederle es el “¿ex anti sirio?, hoy marioneta de hezbollah,
Siria e Irán, el General Michel –CAIN: así es considerado
por la mayoría cristiana- Aoun.
Hay muchas personas que pueden pensar que vale la pena
claudicar ante los terroristas si con eso se consigue que no
vuelvan a matar y que se calmen, que no ataquen a Israel y
que no arrastren el país nuevamente a la destrucción. Es
más, el Gobierno pondrá en marcha a partir de ahora toda la
capacidad política y mediática de la que dispone, que no es
poca, con el fin de ocultar a los ciudadanos el precio que
todos debemos pagar a los terroristas, en términos políticos
pero también de dignidad, para convencerles de que dejen de
matar. Tras muchas décadas de sufrimiento habrá quien no se
resista a ser engañado, aunque al fondo de su conciencia
sepa que la paz no puede sustentarse sobre la mentira, ni
sobre la injusticia ni sobre la derrota de la libertad.
Tras el anuncio de Lahoud, la dignidad democrática sólo
podrá ser restablecida a través de una gran movilización
política y social similar a la del 14 de marzo de 2005. El
liderazgo político de esta auténtica resistencia de la
libertad solo puede ser ejercido por la Revolución de los
Cedros, la única fuerza que no se ha plegado a las
exigencias impuestas por los terroristas y que mantiene una
voluntad de victoria sobre el terror frente a la voluntad de
claudicación impulsada por el gobierno. En estas
circunstancias, los libaneses de a pie deben oponerse
pacifica y activamente denunciando toda nueva concesión que
el Gobierno otorgue a los terroristas, como ya ha hecho ante
la permisividad del Parlamento y la Presidencia ante los
homicidios de 2005, el amparo político dado por los sectores
mas radicales regionales y locales a Hezbollah o los temores
y la impotencia del Gobierno para activar el Estado de
Derecho frente al terror y el saqueo de las funciones
legales que le eran propias claudicaron el 12 de julio
cunado las primeras bombas israelíes se cobraban venganza
ante los jihadistas.
Es
menester comprender que sin una oposición pacifica, firme y
activa de parte del pueblo libanés saliendo a las calles
como lo hizo cuando fuera asesinado el Ex PM Rafik Al Hariri
en 2005, será inevitable que la sociedad libanesa termine
atomizada y fracturada ante los terroristas y ello sería en
realidad el principio del fin para El Líbano que caería en
las llamas de una nueva guerra civil.
Con ello imprescindible la movilización social. Esta
movilización debe ser sin duda liderara por todos los
sectores sociales libaneses, que en ningún caso pueden
aceptar que la paz se pague con el aniquilamiento a sus
libertad, con la traición o con la inmensa injusticia de la
impunidad para los asesinos por acción u omisión de miles de
libaneses.
La
sociedad libanesa tiene una inmensa deuda de gratitud con
aquellos mártires que han dado sus vidas en el altar de la
libertad por el Líbano, esas victimas que han sido durante
décadas un ejemplo de dignidad democrática deben ser
honradas, nunca vengadas. Ha llegado el momento de que los
ciudadanos libres y honestos les devolvamos una parte de esa
deuda con una enérgica y pacifica rebelión al proceso de
rendición al que nos conduce el grupo de marionetas que
encabeza Lahoud.
georgechaya@velocom.com.ar
* |
Periodista y Analista Político para Medio Oriente.
Miembro del Consejo Mundial de la Revolución de los
Cedros e integrante del Comité Libanés Internacional.
Director General y Vocero del Bureau de Informaciones
Libanesas para América Latina. |