Con el prestigio que le
confiere su solvente trayectoria de abogado y
constitucionalista, Allan Brewer-Carías ejerció el papel
de propiciar la convergencia de las fuerzas de oposición
que, poco después de su diligencia mediadora, coincidió
en el paro del 10 de diciembre pasado. Autor de más de
un centenar de libros, este lunes se presentará el más
reciente: Golpe de Estado y proceso constituyente en
Venezuela.
_Chávez _dice Brewer-Carías_
pudo ser la bisagra para pasar de un período histórico
de democracia de partidos a uno de democracia
descentralizada y participativa.
_Una transición no
provocada por él.
_Claro que no. Después
de estos últimos tres años, Chávez no es más que un
óxido en la bisagra. A partir de los años 60, por
decisión de su élite política, Venezuela se convirtió en
un país democrático, a juro. A los venezolanos nos
hicieron demócratas los partidos políticos y su
liderazgo. Por eso, el mayor patrimonio político y
cultural del venezolano hoy es la democracia. Por
décadas no tomamos conciencia de ese legado, pero ahora
nos damos cuenta de que nuestro mayor valor se encuentra
amenazado y el país ha despertado y salido a la calle en
su defensa. Tendrían que bañar al país de sangre para
imponer un régimen autoritario.
_¿Es consistente el
riesgo de deslizarnos a un régimen autoritario?
_Este país no lo va a
aceptar; es más, está rechazando el esquema autoritario
que ha implantado Chávez, quien, no pasará de ser un
accidente porque no supo interpretar el país y utilizó
el apoyo popular para imponer su voluntad, no para
incrementar la participación de la gente, posibilidad
que ha eliminado porque la única participación que él
conoce es la del cuartel.
_¿Terminará este
episodio con un golpe de Estado?
_No lo creo. Pero es
que ya en Venezuela se produjo un golpe de Estado
cuando, en 1999, la Asamblea Nacional Constituyente
irrumpió contra la Constitución de 1961 y, después de
aprobar la nueva, la violó, dictando un régimen
transitorio no previsto en la Constitución, con lo cual
barrió con todos los poderes públicos colocando en ellos
a representantes del partido de Gobierno, y eso produjo
la continuación del exclusivismo y el exclusionismo: se
concentraron todos los poderes en el Presidente y se
violó la Constitución del 99 desde el mismo momento en
que fue aprobada. Lo que hemos tenido es un golpe de
Estado continuado, con sucesivas violaciones
constitucionales por todos los órganos del Estado,
incluyendo la Asamblea Nacional que, cuando vino el
momento de hacer participar efectivamente a la sociedad
en la designación de las altas autoridades de los
poderes públicos, dictó una ley para establecer otro
mecanismo para nombrarlas. Y la última de las
violaciones es la del jefe de Estado, quien además de
ser presidente de la República, es jefe del Ejecutivo,
comandante en jefe de la FAN, presidente del partido de
Gobierno, a cuyo servicio ha puesto a la FAN, y jefe de
la fracción parlamentaria de ese partido.
_¿Qué opina de la
reciente alocución del Alto Mando militar?
_El Alto Mando reiteró
su lealtad al jefe de Estado, que es su comandante en
jefe, pero ahí no vimos ya manifestaciones a favor de la
revolución o del 'proceso'. Y lo que vimos fue un grupo
de oficiales compungidos, clamando por la unidad, por el
trabajo común y contra la disidencia. Lo que tendrían
que hacer es ir a Miraflores a decirle eso al
Presidente, que es el único que ha dividido el país.
Esta actuación del Alto Mando, que no le habla al país
sino al Presidente, nos refuerza la convicción de que
aquí no habrá una solución militar; esa cultura
democrática que ha demostrado la sociedad civil, también
la tienen ellos, la prueba es que los militares
disidentes lo que han hecho es gritar a favor de la
democracia y contra otra solución de cachucha. No tengo
la menor duda: Chávez no logrará que la transición se
desvíe de la senda democrática.
_El discurso de Chávez
se sustenta en el presunto fracaso de la democracia.
_En febrero de 1989 se
manifestó una severa crisis política y quiso vendernos
la idea de que lo que había fracasado era el sistema
democrático. Pero eso nadie lo cree y a estas alturas
parece estar muy claro que lo fracasado eran el
centralismo de Estado y el partidista. Lo grave es que
aquellas causas ahora se han agudizado. De allí que el
partido de gobierno será barrido por la propia dinámica
democrática.
_¿A través de qué
mecanismos?, porque hasta ahora no son visibles.
_Ni esos mecanismos ni
el próximo liderazgo se pueden escribir con antelación.
Nadie, en el 89, sabía quién era Chávez; y diez años
después estaba acaparando el poder. No podemos comprimir
la historia; por supuesto que todos desearíamos que esta
pesadilla se resolviera mañana, pero la verdad es que,
aun sin Chávez, la transición no será breve porque, ante
la destrucción institucional que ha perpetrado, la sola
reconstitución de las instituciones y de la trama
democrática va a llevar años. No debemos contar con
soluciones mágicas ni con la aparición de un líder
mágico; éstos aparecerán de la crisis, pero no van a
resolver el problema en un año ni en tres.
_¿Le queda mucho tiempo
a Chávez en el poder?
_No creo que el
Presidente dure muchos meses más; el desenlace,
democrático y no de cuartel con gorilas militares en el
poder, vendrá antes de lo que nos imaginamos.
_¿No considera,
entonces, el referendo revocatorio?
_Ese referendo sólo
podría hacerse en el 2004. Y Venezuela no llega al 2004
con un régimen como el de Chávez. No lo aguantaría, ni
lo merece.