Militares, Protagonistas Feroces - Capítulo I

 


FRACTURA INSTITUCIONAL

Por Italo del Valle Alliegro

De primera impresión el solo pensamiento en un resquebrajamiento del papel institucional de las Fuerzas Armadas, ha sido desde siempre y bajo cualquier esquema de la organización social y cultural de un país, un indicador de una fractura profunda de las bases mismas de esa sociedad. No es posible imaginar a las Fuerzas Armadas, como un evento aislado de la sociedad donde se forman y conviven sus miembros. Tanto la institución armada como sus integrantes, forman parte de la dinámica en la que gravitan como miembros y partes de un todo.

Las Fuerzas Armadas, mientras se preserve el criterio de la civilización occidental sobre la organización de la sociedad, son y deben ser parte de la democracia. Es más, son una parte substancial de la democracia, porque ellas en sí mismas han adoptado el principio del derecho que tiene cualquier ciudadano a su superación personal. Esta institución es una de las que más privilegian la posibilidad de que cualquier ciudadano, no importa su raza, religión o extracción social, ocupe los más altos niveles de su rango. La institucionalidad tanto de la democracia como de sus componentes debe ser un principio monolítico, independientemente de que sus miembros tengan criterios políticos. Las diferencias de opinión son parte del monolitismo acerca de la institución siempre y cuando ésta sepa procesar y digerir las diferencias en un esquema de debates que no afecte la institucionalidad. Así como la posibilidad de un resquebrajamiento de las Fuerzas Armadas es altamente negativa para la democracia, también lo es para el desarrollo del país. El resquebrajamiento es un signo de deterioro, que evidentemente da la sensación de un país sin capacidad de crecimiento y desarrollo, de una economía frágil con escasos márgenes de éxito.

La solidez de las Fuerzas Armadas se preserva a través de la solidez de la sociedad misma tanto institucional como económicamente. Toda institución necesita conocer su horizonte y su objetivo para prosperar como organización social, para madurar y comprender el papel que desempeña. A todo el mundo en lo particular y como parte de un organismo, le gusta saber hacia dónde va. Este horizonte se diseña bajo la responsabilidad de todos, bajo la participación de todos, lo cual al mismo tiempo significa solidez, sanidad institucional, madurez social y prosperidad económica.

Algunos sectores del país se preocupan y ajustician al percibir fisuras internas, problemas de comunicación y síntomas de disolución entre los cuadros de la oficialidad de las Fuerzas Armadas. Esto es un signo extraño en tiempos difíciles. Por el contrario el papel fundamental que debe jugar la institución es ser siempre la misma, aun dentro de un proceso de desunión generalizada del país. Pensar que es posible aislarse de la presión social y más aún por encima de ella, es una gran mentira. Por ello con mucho énfasis debe cuidarse la unidad institucional y por ende el espíritu de cuerpo de las Fuerzas Armadas. Nada sería más pernicioso que un germen de división campaneando en las filas castrenses.

Más que la uniformidad de criterios sobre materias es esencial la de la seguridad y la defensa, lo que es deseable es que la unidad de criterio se manifieste en cada hecho de la vida interna de los cuarteles, y esa unidad de acción, se traduzca en identidad de causa y comunión de intereses capaces por sí solos, de generar opinión consciente y creadora a favor de la institucionalidad y gobernabilidad del país dentro de las normas que la democracia establece.

Unas Fuerzas Armadas desarticuladas, presas de conmociones internas, generarían desconciertos y desazón dentro y fuera de las mismas, creando un margen de inseguridad social nacional propicia para cualquier evento desagradable.

Creo en la unidad de las FFAA no como recurso de oratoria y exactitud de mandos o procedimientos, sino como miembro de las mismas como activo y oficial retirado desde cuyas posiciones he velado y luchado por su unidad y sanidad institucional.

Ex ministro de la Defensa
Ex comandante general del Ejército
Ex jefe de Estado Mayor del Ejército
 

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 Artículo publicado en el diario Tal Cual, miércoles 20 febrero 2002


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