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Fraternidad
de
espadas.
China,
EEUU y
Brasil
por Edgar C. Otálvora
viernes,
28
julio 2006
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Cada
mediodía las aceras del sector de Los Palos Grandes en el
este de Caracas, se ven inundadas de rostros con facciones
asiáticas. Pequeños grupos de oficinistas chinos se mueven
raudos en esta zona donde se concentran prósperas empresas
extranjeras. Los contratos gubernamentales para empresas
chinas han llovido durante el gobierno de Hugo Chávez y de
ello dan cuenta los numerosos ciudadanos chinos que se
localizan en diversas regiones de Venezuela, en las más
diversas tareas. Al igual que con otros países
latinoamericanos, China ha encontrado en Venezuela una mina
para sus negocios de compra venta. La imagen de voraz
comprador de recursos naturales e implacable vendedor de
manufacturas que se le asigna a China, ha adquirido ribetes
geopolíticos en cuanto se está convirtiendo en una potencia
mundial. Y en el caso de sus relaciones con Venezuela,
rápidamente comenzó a ser presentado por el actual gobierno
venezolano como un aliado estratégico. Pero los términos de
la relación de Caracas con Pekín fueron clarificados por el
embajador chino en Caracas, Ju Yijie, en una célebre
entrevista concedida a Roberto Giusti en octubre de 2005. Ju
afirmó que China y EEUU “Discuten, pelean, pero no pueden
darse el lujo de divorciarse porque tienen la
responsabilidad común de mantener la tranquilidad, la paz y
el desarrollo para toda la humanidad.” Luego el embajador
chino recomendó a Caracas: “Creo que podríamos considerar
las relaciones entre Venezuela y EEUU con el mismo ánimo,
porque se necesitan mutuamente.”
Antes que participar en aventuras geopolíticas en tierras
americanas, la dictadura china estaría moviéndose para
definir junto con EEUU una situación estable en la región
del Pacífico, en lo que algunos analistas han calificado
como la procura de un “balance de poder bilateral”. Por otra
parte, los EEUU han estado tratando con guantes de seda al
gobierno chino, y prueba de ello fueron las calculadas
dificultades que Washington impuso al presidente de Taiwán,
Chen Shui bian, en su viaje a la toma de posesión de la
presidenta de Chile en mayo pasado.
A mediados del 2005, Roger Noriega, quien aún dirigía la
diplomacia estadounidense para Latinoamérica, afirmó que su
país seguía de cerca la estrategia china hacia los países
latinoamericanos “para asegurarse de que sea compatible con
el duramente ganado progreso a América Latina hacia la
democracia representativa”. En marzo del 2006, el jefe del
Comando Sur de EEUU Bantz Craddock, denunció un plan
armamentista del gobierno de Chávez y señaló a China como el
probable proveedor. El gobierno chino emitió un comunicado
afirmando desconocer el plan de compra de armas de Venezuela
en China. Pekín aseguró que su cooperación en materia de
defensa con los países latinoamericanos es “normal” y que
“no supone ningún peligro para terceros países”. Los temores
estadounidenses coinciden con un aumento de la presencia de
entrenadores militares chinos en la región, y con informes
sobre ventas de sofisticados sistemas chinos de
comunicaciones militares a Venezuela.
EEUU habla de Venezuela en China
En mayo pasado, una delegación estadounidense encabezada por
el subsecretario para asuntos del Hemisferio Occidental, Tom
Shannon, viajó a Pekín. Al término del encuentro Shannon
dijo a la prensa que las conversaciones con sus pares chinos
“se enfocaron sobre la cooperación, no la rivalidad”. En
junio, cuando Shannon compareció ante el Comité de
Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes,
escuchó serías críticas de parlamentarios preocupados por la
presencia china en Latinoamérica. Uno de ellos, el
republicano Dan Burton aseguró que China llegaba a la región
aupada por la confrontación entre EEUU y Venezuela. Shannon
intentó tranquilizar al Comité informando que "Hemos hablado
con los chinos, y lo que ellos nos han dicho es que sus
intenciones en Latinoamérica no son las de involucrarse
políticamente, sino buscar los recursos naturales que
requieren para mantener su desarrollo”. Shannon acabó con
cualquier duda: el tema “Venezuela” ha sido objeto de
conversaciones entre Washington y Pekín. Es muy temprano
para descubrir los términos de los arreglos a que están
llegando los dos gigantes, pero no pareciera caber duda que
China aspira a mantener un clima de estabilidad en su
periferia, y tener acceso a recursos naturales en América y
Africa sin que ello le cueste un enfrentamiento con EEUU.
Acuerdos militares China-EEUU
La crisis desatada por Corea del Norte por sus programas
nucleares y misilísticos, ha puesto nuevamente en evidencia
el tipo de relaciones que EEUU y China están creando entre
sí. En una visita de cinco días de duración que comenzó el
16 de de julio pasado, Guo Boxiong viajó a EEUU, para un
encuentro con el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Guo
es miembro del Buró del Comité Central del Partido Comunista
Chino y Vice-presidente de la Comisión Militar Central de
China. En la línea de mando castrense china sólo tiene sobre
si al Secretario General del Partido y Presidente de la
República, Hu Jintao. En un artículo difundido por la
agencia oficial china, adjudicado a Lin Zhiyuan, del
Departamento de Estudios Militares Mundiales de la Academia
de Ciencias Militares de China, se afirma que ese país
considera que se debe “eliminar la desconfianza estratégica
entre China y EEUU”. El subdirector del escritorio de
asuntos exteriores del Ministerio de defensa chino, Qian
Lihua, afirmó que las relaciones militares entre EEUU y
China están “en el mejor momento desde el 2001”. Y el
director del Instituto de Estudios Estratégicos de la
Universidad de la Defensa Nacional China, Yang Yi dijo que
el propósito de la visita de Guo era “promover la confianza
estratégica en términos de seguridad tradicional e impulsar
la cooperación en campos de seguridad no tradicional”.
Aparte de ser una visita de reciprocidad, ya que Rumsfeld
había visitado China en octubre pasado, en esta ocasión los
dos jerarcas militares acordaron la realización este mismo
año de maniobras combinadas de las armadas de ambos países.
Igualmente convinieron en la instalación de una “línea
activa militar entre las fuerzas armadas de ambos países con
el fin de realizar la comunicación oportuna y fomentar la
confianza mutua”.
Mientras Rumsfeld conversaba en Washington con Guo sobre
temas “mundiales y regionales”, sus jefes, los presidentes
Goerge Bush y Hu Jintao, se reunían por su parte en San
Petesburgo, Rusia, en un encuentro bilateral paralelo a la
cumbre del G8.
Sanciones contra Corea
Hasta ahora, el gobierno chino se ha mostrado renuente para
aprobar sanciones colectivas contra Corea del Norte en el
marco del Consejo de Seguridad. Pese a la buena relación que
Pekín procura mantener con el régimen de Kim Il Jong, China
habría decidido aplicar sanciones financieras unilaterales a
Corea. De acuerdo con la agencia rusa RIA Novosti, citando a
su vez a la agencia japonesa Kyodo Tsushin, recientemente el
Banco de China habría embargado fondos de cuentas del
gobierno de Corea. La acción se corresponde con medidas
similares tomadas por los EEUU al congelar US$ 24.000
millones coreanos depositados en el Banco Delta Asia en
Macao. Los banqueros de China y EEUU habrían detectado
falsificación de dólares y lavado de dinero asociado con
Corea del Norte, lo cual habría servido como justificación
para lo que en la práctica es una sanción contra Kim Il Jong.
Visitas militares a Brasil
El Jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos,
General Peter Jan Schoomaker, realizó una visita a Brasil
que comenzó el 19 de julio pasado. Por decreto emitido por
el presidente Lula da Silva, al visitante le fue impuesta la
condecoración Orden al Mérito Militar, en grado de Gran
Oficial. A su llegada a la sede del Cuartel General del
Ejército brasileño en Brasilia, fue recibido con una parada
militar acompañada de disparos de salvas.
El anfitrión de Schoomaker fue su homólogo el Comandante del
Ejército Brasileño, General Francisco Roberto de Albuquerque.
De acuerdo con un comunicado gubernamental, los dos altos
oficiales revisaron una agenda contentiva de “asuntos de
interés común a los ejércitos brasileño y americano”. Como
se recordará (ver ZETA del 12 de mayo de 2006), el general
Albuquerque ha defendido el papel político cumplido por el
Ejército brasileño durante los gobiernos militares, y
mantiene una posición contrastante con la visión
izquierdista del actual gobierno de su país .
Schoomaker fue llevado el día 20 de julio al Centro de
Instrucción de Guerra en la Selva, situado en las
proximidades de Manaos, capital del estado Amazonas al norte
del país. Desde allí realizó un sobrevuelo en helicóptero
militar brasileño, sobre la zonas utilizadas para
entrenamiento en técnicas de guerra no convencional.
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |
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