Inicio | Editor | Contáctenos 
 

 Webarticulistas

Manuel Malaver

 

Eli Bravo

 

Luis  DE LION

 

Roberto Palmitesta

 

Lucy Gómez

 

Alexis Márquez Rodríguez

 

Ted Córdova-Claure

 

Antonio Sánchez García

 

Aníbal Romero

 

Charles Cholaleesa

 

Agustín Blanco Muñoz

 

 

 

 

Colombia: ¿Uribismo sin Uribe?
por Edgar C. Otálvora
martes, 18 julio 2006

 

El día 7 de agosto, el presidente Alvaro Uribe iniciará su segundo mandato. Luego del rally de éxitos políticos de Uribe, logrando cambiar la Constitución y ganar holgadamente la reelección, ahora a su alrededor se observa un cuadro políticamente conflictivo.

El primer conato de rebelión se produjo como consecuencia de la designación de Juan Manuel Santos como Ministro de Defensa. Contrario a lo que afirmaron algunos analistas, la escogencia de Santos no respondería a alguna jugarreta de Uribe en advertencia a Venezuela dada la sostenida posición de rechazo al gobierno de Hugo Chávez que ha mantenido el nuevo ministro en los últimos años. Pareciera que la decisión de Uribe de nombrar a Santos fue tomada a pesar de esa circunstancia. Uribe -quien mantiene un pacto de convivencia con Caracas- habría escogido a Santos como parte de su esquema de reacomodo político interno y no por razones directamente relacionadas con Venezuela. Pero el nombre de Santos no sólo causó ronchas en el gobierno venezolano, también lo hizo en el seno mismo del arribismo, en la tolda capitaneada por el senador Germán Vargas Lleras.

Santos y Vargas, descendientes de familias históricas dentro del liberalismo colombiano, lideraron dos de los partidos creados para canalizar la votación uribista. Ambos son coautores de la victoria de Uribe y ambos forman parte de la lista de aspirantes presidenciales para las elecciones de mayo del 2010. Vargas, jefe de una numerosa fracción parlamentaria, no dudó en recurrir a la prensa para mostrar inconformidad ante el reparto burocrático y, por la preeminencia que Uribe estaría dando tanto a Santos como al Partido Conservador el cual controlará el vital Ministerio del Interior.

El incidente más notorio lo protagonizaron los expresidentes Andrés Pastrana y Ernesto! Samper. Uribe en un acto con obvio propósito rehabilitador, había designado a Samper como Embajador en París. Como se recordará, los primeros indicios sobre narco-financiamiento de la campaña electoral de Samper de 1994 fueron presentados por Pastrana, el candidato perdedor de aquellos comicios. Ahora, según un comunicado oficial de la Presidencia, Pastrana habría condicionado su continuidad como Embajador en Washington a la no designación de Samper. Uribe aceptó la renuncia de Pastrana quien aspiraría dirigir al revivido Partido Conservador, mientras Samper optó por declinar a su designación diplomática que ya estaba en trámite ante el gobierno francés. Crisis palaciega mediante, la misión en EE.UU. quedó sin titular, y Uribe anunció el envió de la actual Canciller, Carolina Barco, como nueva embajadora en ese país. Procurando apagar el fuego rápidamente, Uribe se saltó el ceremonial diplomático al cual suelen apegarse los gobiernos colombianos, informando sobre la designación de la señora Barco sin contar con el beneplácito de EE.UU. Pareciera que Uribe arranca su nuevo gobierno con notables dificultades para administrar las apetencias políticas que ya se cocinan entre sus aliados.

http://www.otalvora.blogspot.com/
 

 *

  Artículo publicado originalmente en el vespertino El Mundo

 
 
 
© Copyright 2006 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.