Nunca
con tan pocas palabras -pero con hermosas fotos que, dicen, cada
una vale por mil palabras -, se elevo tan alto a El Alto.
Motivo de muchas
informaciones conflictivas o negativas en este momento, el
esfuerzo de un solo hombre, el sacerdote católico Sebastian
Obermaier (70 años, nacido en Alemania) es destacado
positivamente en el periódico mas influyente del mundo, un
privilegio que Bolivia, debido a sus luchas intestinas y el
retrogrado sentimiento regionalista de algunos sectores
económicos y étnicos, hace tiempo no recibía.
Bolivia, con sus luchas intestinas y el atávico sectarismo
regionalista de dirigentes sin sentido de la Historia, hace
tiempo que no recibía la atención de un medio tan poderoso.
Haría bien el alcalde de El
Alto José Luis Paredes en hacer una campaña de seguimiento, para
atraer turistas, fuera de las coloridas nuevas iglesias, el
altiplano andino ofrece sobrecogedores paisajes y amplio espacio
para el trekking y otros deportes de montaña, además de la
navegación y pesca en el vecino lago Titicaca. Además de grupos
folklóricos y una variedad de picantosa comida que hoy los
potenciales turistas de Norteamérica están aprendiendo a
saborear. Es cierto que falta un hotel, pero las cuadrillas
expertas del padre Obermaier podrían construir un hotel con la
misma facilidad con que levantan una pintoresca catedral de
estilo arquitectónico bavaro. Además un hotel en esa ciudad
podría servir a muchos pasajeros que frecuentemente tienen que
pernoctar en el vecino aeropuerto internacional.
Nos referimos a una pequeña nota que apareció el Martes 2 de
marzo sobre El Alto, que nació como un caserío de casas de
barro, satélite de La Paz a 4 mil metros de altura sobre el
nivel del mar. Con un marco espectacular de cielo azul, montañas
nevadas y muchas veces sol quemante.
El
pequeño artículo del Corresponsal del Times Juan Forero que
apareció el martes 2 de marzo en la edición electrónica del
poderoso
The New York Times, de ipso facto puso a El Alto en el
centro mismo de la globalidad, que a eso equivale aparecer en
tan prestigioso medio en Internet. Forero
explica que Obrermaier ha vivido casi tres décadas en El Alto y
lo ha visto crecer del caserío que era a una activa ciudad,
principalmente de la etnia aymara, de mas de 700 mil habitantes,
el sacerdote es diseñador, arquitecto y constructor de las
iglesias inspiradas en modelos de Bavaria, de Suiza e incluso de
Rusia, con sus cúpulas en forma de cebolla.
En octubre del 2003, los pobladores lteños, en un episodio
sangriento precipitaron la caída del presidente Sánchez de
Lozada, tan altanero como incapaz de comprender las urgencias de
las mayorías indígenas bolivianas y ahora están presionando
duramente al presidente Mesa, quien era vice del anterior y se
catapulto a la primera magistratura al beneficiarse de la huida
del entonces presidente. Sin duda, la publicación del NY Times
es un buen impulso para los combativos habitantes alteños
convertidos en protagonistas de los actuales momentos
turbulentos de Bolivia y, por ese mismo dinamismo, llaman la
atención de la globalidad.

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