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América Latina en el 2007
por Edgar C. Otálvora
viernes, 15 diciembre 2006

 

Pareciera que las grandes líneas que seguirá la política suramericana en el año 2007, quedaron debidamente registrada en los hechos que por dos días tuvieron como escenario a la ciudad de Cochabamba en la II Cumbre Presidencial de la Comunidad Suramericana de Naciones (CASA), apenas la semana pasada.

Los ausentes en Cochabamba

Tres mandatarios suramericanos faltaron a la cita de CASA. El colombiano Alvaro Uribe transita por el que quizás es el más difícil momento de estadía en el Palacio de Nariño. El escándalo por los vínculos el paramilitarismo con la “política oficial” está minando la capacidad de acción de Uribe, y ha abierto espacios incluso para un eventual enjuiciamiento del mandatario. Los dos caballitos de batalla de la agenda internacional de Uribe (el libre comercio regional y la lucha contra la narcoguerrilla) se han debilitado ante el cambio de correlación política en el Congreso de EEUU. Uribe junto a México, Chile y Perú tenderían a formar el llamado “arco del Pacífico” para fortalecer su presencia comercial, y hacer contrapeso a las tendencias anti libre comercio en la región.

Dos asuntos vecinales tienen pendiente Uribe para los últimos días del 2006 y principios del 2007. La renovación del pacto de no agresión con Hugo Chávez, tras la reelección de ambos. Y la definición de un modus vivendi con Rafael Correa. Ya Uribe y Correa han tenido diferencias públicas por el tema de la condición terrorista de las FARC. La orden de Uribe de fumigar la frontera esta semana, anticipándose a la llegada de Correa al poder, adelanta probables encontronazos entre ambos gobiernos.    

Néstor Kirchner tampoco viajó a Cochabamba. El mandatario argentino confirma su poco gusto por reuniones presidenciales masivas, y ratifica su apego a la fórmula de los pequeños sanedrines.  Kirchner acaba de reunirse en privado con Hugo Chávez en Buenos Aires, al parecer, el tema de la integración según Kirchner, sería un tema para debatirlo entre los grandes, es decir, con Brasil y Venezuela. Por otra parte, Kirchner mantiene su pleito fronterizo con Uruguay, cuya gravedad ha hecho que el Rey de España fracasara en su intermediación, y que Brasil ofreciera esta semana sus buenos oficios.

El liderazgo del proceso

Mediante la transmisión de TV, los brasileños pudieron observar un desencuentro entre Lula y Chávez, desarrollado durante la plenaria de la Cumbre de Cochabamba. Chávez insistía en aprobar la creación de una organización que ejecute las decisiones de la CASA. Chávez llamaba a acelerar los procesos, al punto de recomendar el uso de viagra para apurar la integración. Lula, con el apoyo de Chile, frenó los ímpetus de Caracas y sólo accedió a la creación de una instancia temporal, de tamaño reducido, que operará en Río de Janeiro. De esta forma, Lula abortó la aspiración boliviana y venezolana de crear una secretaría permanente con sede en La Paz.

Lula, sin llegar a extremos poco probables de confrontación con Chávez, comienza a pulsear por el liderazgo de los procesos regionales.

Por su parte, el venezolano se dispone a darle su propio ritmo al esquema suramericano. No quedó conforme con posponer la consideración de puntos de la agenda que  considera sus cartas principales, para la próxima reunión presidencial pautada para algún momento entre noviembre y diciembre del 2007 en Cartagena de Indias. El tema energético es la carta de Caracas y pretende exprimirle todo el provecho político posible. De allí que antes de la cumbre de Cartagena, se realizaría una cumbre presidencial suramericana para tratar es teme específico de la “integración energética”. La idea de esta cumbre especial fue de Chávez y su sede será Caracas.

Compras y alianza militares

El tema militar llegó para quedarse en la agenda latinoamericana, y especialmente en Suramérica. Continuarán las compras de equipos militares, que oficialmente ningún gobierno reconoce como una “carrera armamentista”, pero que está impactando a los mayores países de la sub-región. Después de la pérdida de influencia política de los militares argentinos tras la “guerra de Las Malvinas” y la caída de la dictadura militar, ahora en el gobierno de Néstor Kirchner pareciera que han logrado convencer a los civiles sobre la necesidad de actualizar el armamento. Francia y Rusia ya han sido contactadas para la adquisición de material bélico. Y el Brasil del reelecto Lula sigue el mismo camino. Compra de aviones de combate, construcción de submarinos, reinicio de programas nucleares, relanzamiento de su propia industria militar con vistas a la exportación, son parte de los componentes aportados por Brasil al nuevo esquema bélico regional

Las alianzas militares serán otro tema en la mesa. Venezuela insiste en la formación de una organización militar combinada de los países suramericanos. En ese propósito cuenta con aliados en posiciones relevantes en los actuales gobiernos de Brasil y Argentina. Si bien el tema se había mantenido fuera de las declaraciones presidenciales de la CASA, en la Declaración de Bariloche, Venezuela logró meter el tema, enunciando “la cooperación en materia de defensa” como uno de los objetivos de la integración. Si bien el tema fue genéricamente incluido, los socios suramericanos se niegan a darle alas a esta idea, y no el tema militar no fue incluido entre las comisiones temáticas que a lo largo del año 2007 deberán estudiar las líneas a seguir regionalmente.

Por otra parte, el arribo de Rafael Correa a la Presidencia de Ecuador pareciera que obligaría a un reordenamiento del esquema de seguridad regional. Estados Unidos, se vería forzado a replantear su esquema de actividad militar en la región, ya que el nuevo gobierno de Ecuador se opone a cooperar con el Plan Colombia, y adicionalmente, Correa se dispone a poner fin a la presencia militar estadounidense en Ecuador.

El “factor Chávez”

La revista brasileña Veja dedicó la tapa de su más reciente edición a Hugo Chávez.  La  ilustración de tapa es uno de los muñecos que en Venezuela se comercializan con la imagen de Chávez. La sombra que el muñeco proyecta es la imagen de Fidel Castro. Y el texto de tapa es “Chávez no es un juguete”. El  artículo correspondiente a la portada termina con una frase de alta tensión: “Los venezolanos ya perdieron la guerra contra Chávez. Ahora, él precisa ser contenido antes que consiga “construir el socialismo” y destruir más países en América Latina.” Esta posición sin duda “confrontacional” por parte de la publicación del grupo editorial brasileño Abril, coincide en el tiempo con posiciones “convivenciales” con Chávez. El más notorio y reciente ejemplo de ello lo constituyó el publicitadísimo encuentro del presidente peruano  Alan García y Chávez en Cochabamba aprovechando momentos cuando los fotógrafos pululaban alrededor.

Desde su triunfo electoral, García había expresado que no se proponía liderizar un frente contra Chávez, posición que ya antes han expresado diversos mandatarios regionales. Pero el activismo internacional de Chávez, pese a que en el 2007 no habrán procesos electorales presidenciales (salvo en Argentina), tiende a generar automáticos rechazos en sectores de los países vecinos. Terminando el año y ante los conflictos autonomistas bolivianos, ya Caracas ha entrado en una nueva onda de choque contra los sectores democráticos bolivianos. El Embajador venezolano habría ofrecido el envío de tropas para enfrentar a los enemigos de la revolución boliviana, en tanto la oposición exigía la expulsión del diplomático.

Mientras Bolivia ratifica su condición satelital de Caracas, aún se mantiene la incógnita sobre la clase de alianza que establecerá el ecuatoriano Rafael Correa con Chávez. Sus recientes visitas a Brasilia y Lima, y su muy medida figuración en Cochabamba, pudieran indicar que el nuevo gobierno ecuatoriano preferirá jugar con Caracas como un amigo cercano pero no como un aliado incondicional de la revolución bolivariana.

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  Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA

 
 
 
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