Coincidiendo con la salida de Venezuela de la Comunidad Andina, desde Perú y Colombia se extendió una invitación al gobierno chileno para que reingresara a la CAN. La presidenta Michelle Bachelet, durante su gira a Ecuador y Colombia, informó que su país aceptó la invitación y se dispone a retomar su membresía andina. El ingreso como miembro asociado de Chile estaría planeado para finales de agosto, con lo cual el mecanismo andino no sólo se recupera del golpe dado por Caracas, sino que profundiza su primigenia condición de mecanismo de liberalización comercial. Además, pareciera evidente la confluencia de intereses -ya no sólo comerciales- entre los países del Pacífico suramericano.

Mientras los medios informaban sobre el veloz reingreso de Chile a la CAN, el gobierno venezolano finalmente se sentó a negociar con sus antiguos socios. Como se recordará, el sábado 22 de abril, el gobierno venezolano notificó formalmente a la CAN su decisión de retirar al país de esa organización de integración. Desde entonces existía un vacío legal en cuanto a las relaciones comerciales entre Venezuela y los países andinos. Legalmente Venezuela, al abandonar la CAN, quedaba con la obligación de mantener vigentes por un lapso de 5 años las ventajas de liberación comercial recibidas y otorgadas con los países andinos. Pero la falta de una precisión al respecto (como si lo hiciera Chile en 1976), sumado a la continua campaña de desprestigio contra la CAN adelantada desde Caracas, creó un estado de incertidumbre y serias preocupaciones en el sector privado exportador andino. Desde entonces, el intercambio comercial con Venezuela se estaba realizando al amparo de la discrecionalidad y no de reglas precisas. Las presiones del sector exportador colombiano sobre su gobierno, q! uedaron ampliamente reflejadas en las reiteradas solicitudes del gobierno del presidente Alvaro Uribe para tener de Caracas una posición clara sobre las reglas que guiarán en el futuro inmediato el comercio bilateral. Gestiones directas de la anterior Ministra de Relaciones Exteriores colombiana y del propio presidente colombiano, tuvieron como efecto que Uribe y Chávez anunciaran la apertura de negociaciones bilaterales para un acuerdo "que dé estabilidad y mayor profundidad" a la relación económica entre los dos países. El anuncio fue hecho el 8 de julio, durante el encuentro presidencial a propósito de la construcción del gasoducto que llevará a Venezuela el gas producido por Chevrón-Texaco en la Guajira colombiana.

El 9 de agosto fue suscrito en Lima un memorando entre los países miembros de la CAN y Venezuela, confirma la salida de Venezuela de la CAN, pero simultáneamente establece la realización de negociaciones entre las partes para definir los nuevos términos con los cuales se mantendrá el libre comercio entre los andinos.

Mientras Chile ingresa al mecanismo ganando capacidad de decisión dentro de la CAN, Venezuela queda relegada a la condición de goloso comprador de productos andinos.
 

*	Artículo publicado en el vespertino El Mundo, 14 agosto 2006