El
periodo presidencial para el cual fue electo el derrocado
Lucio Gutiérrez y que está finalizando en manos de
Alfredo Palacio, llega a
su término el próximo mes de enero. El panorama político con
vistas a las elecciones del 15 de octubre muestra la
continuidad de la pugna entre candidatos montados en la onda
antipartidos (como ya en el pasado lo fue Gutiérrez) versus
los representantes de las corrientes políticas
socialdemócratas y socialcristianas. El otrora fuerte
movimiento indígena concentrado en el Movimiento
Pachakutik, referencia de la izquierda radical ecuatoriana,
sufrió una crisis tras su participación en el gobierno de
Gutiérrez. Tras un conflictivo proceso interno en el seno de
la Confederación Nacional Indígena de Ecuador
(Conaie), los indígenas optaron por lanzar una candidatura
propia y no mestiza, la del líder Luis Macas.
Probable
segunda vuelta
De los
trece aspirantes presidenciales -según los más diversos
análisis- dos de ellos acaparan la mayoría del favoritismo
electoral. Por una parte el economista Rafael Correa
Delgado, candidato del Frente Amplio-Alianza País, quien
habría pasado al primer puesto en las encuestas sumando más
de 30% de las intenciones de voto. Correa, quien se presenta
como el candidato anti-partidos, es la carta de la izquierda
anti-estadounidense y pro-cubana latinoamericana en las
elecciones ecuatorianas, luego de desechar la opción
indígena del Pachakutik. Por otra parte, el candidato
socialdemócrata León Roldós
Aguilera (Alianza Izquierda Democrática RED) estaría cercano
al 25% de los sufragantes, convirtiéndose en la opción ante
el avance de la izquierda. Roldos mantiene posiciones
críticas pero no confrontacionales ante el Tratado de Libre
Comercio con EEUU y sobre el Plan Colombia.
Para ganar
en primera vuelta, en Ecuador se requiere el 40% de los
votos válidos y un margen superior de diez puntos
porcentuales sobre el candidato que llegue en segundo lugar.
El rápido crecimiento de la candidatura de Correa a lo largo
del mes de septiembre llevó a que su comando de campaña
calculará que era posible incluso ganar la Presidencia en la
primera vuelta. La publicación de resultados de encuestas
está prohibida desde 20 días antes de los comicios, pero las
más recientes mediciones que siguen dando a Correa como
ganador en el primer turno, parecieran indicar que habría
una segunda vuelta ya marcada para el 26 de noviembre. En
ese caso, tanto Correa como León Roldos, tendrían algunas
semanas para negociar sus respectivas alianzas, las cuales
ya de antemano se asoman.
¿Quién
es Correa?
Rafael
Correa (43 años) es un producto de la educación católica
devenido a izquierdista. Obtuvo su título de
Economista en la Universidad Católica
de Guayaquil y realizó postgrado en la Universidad Católica
de Lovaina. Su doctorado le fue otorgado por la Universidad
de Illinois. Profesor universitario, profesionalmente ha
estado vinculado con organismos como el Banco Interamericano
de Desarrollo o el Japan Bank for Internacional
Cooperation.
Con la
llegada de Alfredo Palacio a la Presidencia en abril del
2005, el profesor Rafael Correa, uno de los miembros de la
organización denominada “Foro Ecuador Alternativo”,
especialmente activo en la campaña contra el gobierno de
Gutiérrez, fue designado Ministro de Economía y Finanzas.
Correa, férreo crítico contra la dolarización de la economía
ecuatoriana y de los acuerdos de estabilización firmados por
Gutiérrez con el Fondo Monetario Internacional, representó
la cuota radical de izquierda dentro del incierto gobierno
de Palacio. El ministro Correa resaltó sus posiciones anti-estadounidenses,
en temas como el Plan Colombia o la presencia de tropas
estadounidenses en Ecuador, y en asuntos como el pago de la
deuda externa. En julio del 2005, Correa obtuvo que Caracas
incluyera a Ecuador en su programa de ayuda a gobiernos
amigos mediante el mecanismo de adquisición de bonos de
deuda estatal. Tras tres meses en el gobierno, Correa
presentó su renuncia luego de polemizar con el Banco
Mundial. Su pasantía por el gobierno le valió notoriedad
política y el inicio de una relación activa con el gobierno
venezolano quien lo habría identificado como una clara
opción para apostar en las elecciones presidenciales de este
año.
Pero al
contrario de Evo Morales, del nicaragüense Daniel Ortega o
del derrotado Ollanta Humala, tanto Correa como el gobierno
venezolano han procurado mantener en bajo perfil sus
crecientes relaciones. Sin embargo, con el pasar de la
campaña y con los usuales adelantos televisivos de Chávez,
el puente entre Correa y el gobierno venezolano ha ido
quedando al descubierto y seguramente se convertirá en un
tema de campaña en los próximos días. De hecho, el candidato
a la Vicepresidencia Ramiro
González (compañero de Roldos) dijo esta semana que
Correa “es parte del proyecto de
Hugo Chávez, aunque hasta ahora lo ha mantenido en el
clóset”. Las vinculaciones de Correa con Caracas son de
diverso orden y se han materializado en el pasado mediante
la participación del candidato y de miembros de su equipo en
las organizaciones bolivarianas promovidas por el gobierno
venezolano a nivel continental. Según medios ecuatorianos,
Correa habría participado en actividades del Congreso
Bolivariano de Pueblos, y cercanos colaboradores son usuales
participantes en el llamado Foro Social Mundial.
Correa,
quien ha comenzado a referirse al presidente venezolano como
“comandante y amigo”, confirmó haber sostenido a principios
de septiembre, un largo encuentro con Chávez que habría
tenido lugar en la residencia de la familia Chávez en el
estado Barinas.
La
receta chavista
Como ya lo
hizo Chávez y Evo Morales, Correa pretende introducir
cambios en el sistema político ecuatoriano mediante la
realización de una Asamblea Constituyente, para la cual
aspira garantizarle poderes plenos. La ruta escogida por
Correa para alcanzar esta meta es una mezcla de las
estrategias seguidas por Chávez y Morales. El partido de
Correa no presentó candidatos para las elecciones
parlamentarias ya que de triunfar en su carrera
presidencial, se proponen convocar a una consulta popular
que apruebe la elección de una Constituyente, que entre sus
primeros actos contemplaría la disolución del Congreso.
Suponen los seguidores de Correa que con el impulso del
triunfo presidencial lograran imponerse sobre los restantes
partidos, evitándose negociaciones como las que debió
enfrentar Morales en Bolivia, y que llevaron a que la
oposición preservara la representación de las minorías como
criterio para asignar los cargos constituyentes. El paquete
de medidas de Correa incluiría la desdolarización de la
economía (Hugo Chávez ya habría comentado que el “sucre”
volverá a circular próximamente), la renegociación del pago
de la deuda o la eventual cesación de pagos, y el rechazo a
negociar un tratado de libre comercio con EEUU. El reingreso
de Ecuador a la OPEP estaría entre los planes de un eventual
gobierno de Correa.
En el
terreno de las relaciones internacionales, el marcado
discurso anti estadounidense de Correa y sus cercanías
ideológica y ahora operativa con el Eje La Habana-Caracas,
hacen suponer el inicio de una confrontación con EEUU, país
que cuenta con Ecuador como parte de su estrategia de
defensa hemisférica y que opera una base militar en
territorio ecuatoriano.
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |