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El
señor de
las armas
por Edgar C. Otálvora
viernes, 4
agosto 2006
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Yuri
Orlov es un muy particular hombre de negocios con cobertura
planetaria. Su regla de oro es: “Que no te disparen con tu
mercancía”. Nació en Ucrania, su infancia y juventud la
cumplió en New York en el seno de una modesta familia que
fingía ser judía. Con el pasar del tiempo, Orlov se
convirtió en un importante proveedor de armas atendiendo los
requerimientos de los más insólitos usuarios: guerrillas
colombianas y dictadores africanos estaban entre sus usuales
clientes.
Lord of war
En una de sus reflexiones comerciales, Orlov afirmó: “Hay
550 millones de armas de fuego circulando por el mundo. Eso
es un arma por cada doce personas en el planeta. Sólo hay
una pregunta: ¿Cómo armar a las otras once?”. El primer
golpe de suerte de Orlov estuvo relacionado con el Medio
Oriente, donde logró hacerse de un gran lote de fusiles M16,
que los EEUU habrían dejado abandonados a su salida del
Libano a principios de los años ochenta. Pero el gran
momento en su carrera lo marcó la caída del régimen
comunista soviético. La separación de Ucrania de la URSS en
diciembre de 1991, dejó enormes depósitos de armas
soviéticas bajo el control de los jefes militares
ucranianos: el general ucraniano Dmitri Orlov, tío de Yuri,
era uno de ellos.
Los Orlov organizaron un esquema para sustraer armas de un
antiguo arsenal soviético, que al comenzar el año 1992
estaban sin más dolientes que los ávidos mercaderes de
armas. Tanques de guerra, helicópteros Mi-24 que con algunas
variaciones ahora son vendidos como Mi-35 y, por supuesto,
decenas de miles de fusiles AK-47. En una de sus informadas
intervenciones sobre la materia, Orlov explicó que “de todas
las armas del vasto arsenal soviético, nada era mas
beneficioso que el Avtomat Kalashnikova modelo de 1947, mas
comúnmente conocido como el AK-47, o Kalashnikov”. Orlov
pronunció una frase que fue igualmente usada por el locutor
de la transmisión televisada y radiada del desfile militar
del 05 de julio de 2006 en Caracas: “Es el fusil más popular
del mundo”. De hecho figura en la bandera de Mozambique y en
una moneda soviética. Orlov en su descripción fue un poco
mas explícito: “Es muy fácil de usar y hasta un niño puede
usarlo y, de hecho lo hacen”. Con base en sus conocimientos
del mercado, el experto afirmó que “Desde el fin de la
guerra fría, los Kalashnikov convirtieron a los rusos en
grandes exportadores, mas que el vodka, el caviar o los
novelistas suicidas”.
Orlov es un personaje de ficción, creado por el neozelandés
Andrew Niccol, el mismo que escribió los guiones de The
Truman Show, Simone y El Terminal. Dicen que Niccol se
inspiró en algunos personajes reales para diseñar a Orlov,
el personaje principal de la película Lord of War que fue
caracterizado por Nicolas Cage.
Apetito de armas
Es real y a realazos. El “apetito” (expresión de la agencia
rusa Novosti) por armas rusas del actual gobierno
venezolano, no pareciera asunto reciente. El 10 de diciembre
del 2001, cuando Venezuela se cumplía un sonoro paro
nacional de protesta y el Presidente, en respuesta, ordenó
que el desfile por el día de la Aviación se hiciera en la
capital y no en Maracay, el cielo caraqueño fue surcado por
aviones MIG. Ya se preludiaba el gusto del actual gobierno
venezolano por el armamento ex soviético. Después, como se
recordará, a finales del año 2004, corrieron rumores desde
la revista Janes, sobre una compra conjunta
cubano-venezolana de equipos blindados para transporte de
tropas de procedencia ucraniana. ¿Serian BTR-80 como los que
mercadeaba Orlov?. La respuesta nunca llegó, porque los
cambios políticos en Ucrania de alejamiento de Rusia, al
parecer espantaron a compradores de armas.
Los tiempos han cambiado -un poco- y las compras de equipos
militares rusos ya no se negocian con Orlov, sino con la
estatal ROSOBORONEXPORT, “el único intermediario estatal de
Rusia facultado a exportar el armamento y material de
guerra” según reza una reciente nota de prensa de la
empresa.
En la edición 2006 de la tradicional exposición del Ejercito
venezolano de cada mes de junio, estuvo presente como
invitada especial la ROSOBORONEXPORT. Equipos en vivo,
maquetas y material gráfico daban cuenta del “potencial
intelectual y productivo del complejo defensivo-industrial
de Rusia”. La presencia de helicópteros de fabricación rusa
en el desfile del Ejército del 24 de junio en Carabobo, y de
los aviones caza bombarderos Su-30 en el desfile del 05 de
julio en Caracas, fueron los abrebocas para el viaje de
compras de Hugo Chávez a Rusia a finales de julio. Un cable
distribuido por la agencia rusa de noticias RIA Novosti,
firmado por Víctor Litovkin, afirmaba que “La reciente
visita del presidente venezolano a Rusia ha entusiasmado a
la industria armamentística nacional”. La nota enumeraba los
diversos ítems adquiridos por Venezuela, analizaba las
posibilidades reales de que la industria rusa pueda cumplir
con los pedidos y colocaba entre tres y cinco años el lapso
que llevará a Rusia cumplir con su cliente suramericano. La
lista de compras a Rusia incluiría varios submarinos,
anuncio que coincide con rumores (revista Jane´s dixit)
según los cuales el gobierno francés habría vetado la venta
de submarinos a Venezuela.
El cable de Novosti dedicaba especial espacio a otra
materia: demostrar que la venta de armas a Venezuela es sólo
un tema comercial. Dice Litovkin que “los suministros de
armamento ruso a Venezuela no tienen nada que ver con el
antiamericanismo de Hugo Chávez ni con el deseo de traer
disgustos a Washington. Para Moscú es puro negocio y nada
más”. Según Litovkin, el presidente Putin habría dicho ante
Chávez que "Nuestra colaboración técnico-militar no va
dirigida contra terceros países, y sólo deseamos estimular
la economía nacional y mejorar la vida de la población".
Los US$ 3000 millones que Chávez compró a Rusia equivalen a
la mitad de las ganancias que la industria militar rusa
obtuvo en el 2005. Esto da una idea de la relevancia que
para Rusia posee el negocio de aplacar el “apetito”
armamentista venezolano. Pese a los esfuerzos de Moscú de
lavar la venta de armas a Venezuela de vestigios
geopolíticos, el tema se ha convertido en un asunto de
política mundial, máxime cuando el tema energético (tecla
sensible del escenario actual) ya hizo su aparición, con el
anuncio de la intervención rusa en el negocio gasífero en
Venezuela.
Colombia tambien compra ruso
Pero la actividad de los agentes comerciales rusos no sólo
llega hasta tierras venezolanas. El 24 de julio pasado,
durante la ceremonia militar encabezada por el presidente
Alvaro Uribe con motivo del 183 aniversario de la Armada
Nacional de Colombia, se produjo otra demostración de
armamento ruso. Los asistentes pudieron presenciar una
demostración del vehículo anfibio BTR-80, el cual fue
denominado como ‘Caribe’ y es presentado como un equipo
“táctico de combate. Estos carros blindados y artillados
para transporte de tropas, comenzarán a ser ensamblados en
Colombia, en las instalaciones de la empresa COTECMAR, bajo
licencia de ROSOBORONEXPORT. Se desconoce el número de
carros que compró Colombia, pero Uribe dijo que confiaba en
verlos “rápidamente en las carreteras de Colombia, dando
seguridad a los transeúntes, dando seguridad a los
pasajeros, dando seguridad a los soldados y policías y a los
infantes que cuidan nuestras carreteras, en el camino de la
reconstrucción de la seguridad”. Las comunistas FARC,
usuarias de los Kalashnikov, están a punto de comenzar a
recibir fuego desde carros blindados diseñados en la vieja
Unión Soviética…
Si bien en la lista de mercado de Venezuela en Moscú
difundida por Novosti, no aparece el ítem correspondiente a
“transportes blindados”, en el informe publicado por el
diario paulista Estado do São Paulo (ver ZETA del 30 de
junio) si se mencionan. Según el Estadao, Caracas se propone
comprar 800 carros rusos modelo BTR-90.
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |
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