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Ascenso
de Uribe y
crisis
cubana
por Edgar C. Otálvora
lunes, 7
agosto 2006
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Las
tomas de posesión de presidentes se han transformado en
actos de política exterior, en escenarios propios para la
diplomacia directa de alto rango. No pareciera casual que el
primer punto del programa de ascensión de Álvaro Uribe para
su segundo mandato, sea la juramentación de su nueva
ministra de Relaciones Exteriores, y que para el resto del
día estén previstos diversos encuentros de Uribe con las
misiones extranjeras que lo han solicitado. En el vecindario
se ha convertido en normal la presencia del Príncipe
heredero español y de los presidentes -especialmentede los
respectivos países limítrofes en los actos de cambio de
gobierno.
Hoy en día, resulta impensable una toma de posesión en Chile
sin la asistencia de los mandatarios de Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay, por ejemplo.
Por ello, la ausencia de Néstor Kirchner en la toma de
posesión del Alan García no dejó de interpretarse como un
acto de malquerencia por parte del actual Gobierno argentino
con el nuevo mandatario peruano, rápidamente desmentido por
Buenos Aires. Igualmente, la decisión de Hugo Chávez de no
asistir a la toma de posesión de Uribe ha despertado toda
suerte de especulaciones.
La vecina Venezuela envía una delegación vicepresidencial
como las lejanas Argentina, Uruguay, Bolivia y Cuba. Lula
optó por hacer campaña electoral, el vicepresidente está
convaleciente, por lo cual la delegación brasileña estará
encabeza por Donna Marisa de Lula.
En contraste, los mandatarios de Chile, Paraguay, Ecuador y
Perú, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, El Salvador, Guatemala
y Honduras sí estarán presentes. Un dato resaltante es el
activismo regional que está mostrando la presidenta chilena
Michelle Bachelet. De hecho, en estos días se habla con
insistencia de la c! onstrucc ión de un pacto comercial
entre los países del Pacífico suramericano y de
Centroamérica, en el cual Colombia, Chile, y México jugarían
posiciones de liderazgo. La llegada a Bogotá de Carlos
Gutiérrez (secretario de Comercio de EEUU) refuerza el olor
a diplomacia pro libre comercio que tendrá la toma de
posesión de Uribe.
En Bogotá se preguntan sobre las razones para la ausencia de
Chávez no sólo en Colombia, sino en el inicio de las
sesiones de la Asamblea Constituyente de Bolivia el día
anterior: todos descartan la versión del “cansancio
presidencial”.
La “enfermedad” de Fidel Castro no sólo frustró los deseos
de Uribe quien aspiraba a contar con su presencia: la crisis
política cubana estaría alterando la actuación externa de
Caracas.
El cambio de embajador venezolano en La Habana (quien es
hermano del Presidente) igualmente causó sorpresa. No es
usual que un gobierno altere su embajada cuando el país sede
vive una situación anormal. Este hecho está siendo evaluado
como parte de los preparativos de Caracas para reacomodos en
el esquema de relaciones con Cuba bajo la hipótesis de la
muerte de Fidel Castro. El futuro del eje Cuba-Venezuela es
una de las interrogantes ante lo que acontezca en el
gobierno cubano.
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Artículo publicado en el vespertino
El Mundo, 7 agosto 2006 |
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