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Perturbaciones cubanas en Venezuela (V)
Paralelismos cubanos en la revolución bolivariana

por Elizabeth Burgos
París, junio 2005


Perturbaciones cubanas en Venezuela 

Entre Fidel Castro y Hugo Chávez no todo sucede bajo el prisma de la figura idílica de la amistad  y del tinte  ingenuo  que gracias a sus dones de actor, Hugo Chávez pretende hacer creer. Si al principio muchos demostraron un sentimiento de incredulidad cuando se mencionaba  la injerencia cubana en la “revolución bolivariana”, ahora ya es un hecho público y admitido. Cuba, no es sólo la fuente de inspiración del presidente y líder de la revolución, sino que éste cuenta con la colaboración de un numeroso contingente de  personal cubano que asume tareas en los sectores más neurálgicos del Estado; en particular en lo tocante a lo militar, servicios de inteligencia , salud, educación, comercio, asesoría jurídica, etc. El más relevante es el Convenio de Cooperación Jurídica y asistencia Recíproca en materia penal entre Cuba y Venezuela que considera que un delito cometido en Venezuela es considerado como cometido en Cuba. De allí el interés particular del gobierno venezolano de exigir la repatriación del anti-castrista Luis Posada Carriles,[1]  acusado de actos terroristas, y detenido en Estados Unidos.  

La presencia de los servicios de inteligencia cubanos es notoria. Un acuerdo de cooperación ha oficializado su asesoría en la organización de los servicios de control de la población, de opositores y de presuntos o posibles opositores, cuyas actividades comienzan ya a hacerse sentir en el país.[2] La propia seguridad del Presidente está en manos de personal cubano.[3]  

Fidel Castro siempre ha utilizado como arma de manipulación psicológica, reiterar el peligro del magnicidio; peligro que por cierto enfrenta todo aquel que detenta la primera magistratura de un país. Con relación  a Chávez, Castro se ha mostrado particularmente insistente al respecto. Tal parecería que, consciente de la psicología del venezolano, persigue acentuar su tendencia a la desconfianza y llevarlo dudar aún más del personal venezolano para hacerlo más dependiente aún, del personal cubano, y de esa manera tenerlo más bajo su control directo.  

El tema del magnicidio enarbolado hoy hasta la saciedad por las cúpulas chavistas, y por el propio Chávez, e inaugurado desde La Habana por el propio Fidel Castro, quien fue el primero en anunciarlo, ha ocupado masivamente los espacios informativos de los medios venezolanos en las últimas semanas:  según el historiador Agustín Blanco Muñoz, se trataría del  

(…) centro de un culto que se extiende y crece para denunciar los programas impulsados a nivel mundial para el asesinato de  quien se presenta como la nueva esperanza del cambio social en el planeta.  Así, cada vez más gente creerá en él y lo adorará en la medida en que se le vea como víctima de poderes salvajes que lo quieren matar porque sienten en su figura y liderazgo al creador del nuevo imperio socialista del siglo XXI, llamado a derribar al capitalismo. [4]  

                  Caracas - 2005

En el ámbito internacional Cuba ha puesto al servicio de la “revolución bolivariana” sus amplias redes de apoyo que ha ido tejiendo durante los 46 años de vida del régimen castrista. Redes cuya acción se destacaba por su carácter benévolo,  hoy su motivación se acentúa  gracias a las  importantes  sumas destinadas por la “revolución bolivariana” a campañas de propaganda en el exterior. Un país que poco ha gozado del  interés  de los medios de comunicación, hoy se le dedican amplios espacios, tanto en la prensa escrita como en la audiovisual. Algunas veces producto de la actualidad informativa, otras por razones de simpatía política o simplemente porque “noblesse oblige”. [5] 

Por otro lado, Venezuela, fiel a su modelo de inspiración, al igual que Cuba, se ha abocado a la celebración de encuentros internacionales de todo género: culturales, políticos etc., a los que acuden, periodistas, intelectuales, artistas, novelistas premiados, y los tradicionales simpatizantes castristas  de siempre a quienes se les han abierto nuevos espacios de esparcimiento en las playas del Caribe. Hoy Venezuela es la primea destinación de turismo revolucionario.


[1] Posadas Carrilles , fugado de una cárcel venezolana, es , junto a Orlando  Bosch, - ambos participaron a la lucha contra Batista -,  el más legendario de  los guerreros que protagonizan  la guerra civil que se libran castristas y  anti-castristas desde 1959 fuera de las fronteras de la isla.

[2] El ejemplo más ilustrativo del talante represivo que toma el régimen, es la existencia de  una lista de los  firmantes, que atendiendo a una cláusula constitucional, habían pedido la celebración de un referéndum revocatorio del Presidente de la República. Esa lista dio pie para que miles de firmantes perdieran sus puestos de trabajo en la administración pública. Igualmente por haber participado a la huelga petrolera de diciembre 2002-enero 2003, 3.500 gerentes y 20.000 trabajadores de la empresa petrolera PDVSA fueron despedidos.

[3] Durante el gobierno de la Unidad Popular, el presidente Allende contó con el GAP: (Grupo de amigos  (la “A” da lugar a otra interpretación: armado) del presidente) grupo de seguridad integrados por chilenos, pero entrenados por personal cubano.

[4] El Universal, 24 junio, 2005.

[5] Un ejemplo del fervor manifiesto por el ensayo revolucionario cubano-venezolano, lo ilustra Le Monde diplomatique; el número de junio 2005 le dedica un dossier completo a Venezuela, que completa una página entera de publicidad de la empresa petrolera venezolana PDVSA.


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