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El enemigo interno 
por Eli Bravo
jueves, 23 febrero 2006

 

El periodista jordano Jihad Momani escribió hace unos días en referencia a las caricaturas de Mahoma “¿qué perjudica más al Islam, estas caricaturas o las imágenes de un secuestrador que le corta la garganta a su rehén frente a las cámaras? Por su lado el yemení Muhamad al-Assadi, condenando las caricaturas pero deplorando las reacciones, sentenció “los musulmanes tuvieron una oportunidad para educar al mundo sobre las enseñanzas del profeta y el contenido pacífico de su religión. Pero los musulmanes saben mejor como perder, en lugar de aprovechar, las oportunidades”. Según el New York Times, los dos son parte de un grupo de 11 periodistas presos o bajo juicio en cinco países por publicar parte de los dibujos que han incendiado el mundo islámico.

            En este conflicto donde prevale el radicalismo, el editor jefe del diario egipcio Al Fajr, Adel Hammoude, piensa que “los sentimientos de la gente están siendo explotados con un fin. La religión es la cosa más fácil de usar cuando se trata de usar a la gente”, y en relación a esa manipulación de la rabia y el resentimiento, el columnista estadounidenses Thomas Friedman opina que toda esta historia de protestas esconde el gran fracaso del mundo islámico en crear economías prósperas para los más jóvenes, quienes frustrados y atizados por los gobiernos, culpan a occidente de sus males. “no es de extrañar que líderes religiosos y dictadores en lugares como Siria e Irán, quienes han defraudado a sus jóvenes, sean tan rápidos en dirigir la rabia de su población contra unas caricaturas ofensivas y lejos de ellos y la miseria que han traído”.

            Otra lectura a los discursos oficiales: la culpa de lo que nos sucede está en agentes externos, no tiene que ver con nosotros.

Hace años Carlos Rangel escribía su tesis del tercermundismo latinoamericano según la cual resultaba más fácil para intelectuales y gobiernos achacar los fracasos del continente al imperialismo, en lugar de asumir cuotas de responsabilidad. Y en clases de psicología social en la UCAB la profesora Balbás nos explicaba que una característica de sociedades como la venezolana es que sitúan su locus de control en el exterior, con lo cual, no solo dejan a la suerte la resolución de su destino, sino que también son más propensas a sentirse víctimas de las circunstancias.

¿A qué viene tanta vuelta? A pensar que si bien hay razones, realidades y precedentes impuestos desde el exterior que pueden someter a un país, no es menos cierto que culpar a factores externos es una manera de esconder las deficiencias domésticas. Y cuando pasamos el día gritando que alguien o algo es responsable del atraso en el que vivimos, tapamos las voces que nos dicen “mira lo que estás haciendo, y sobre todo, lo que estás dejando de hacer”. Perder oportunidades es más fácil que aprovecharlas, sobre todo cuando echamos mano a la militancia o la retórica para esquivar responsabilidades.

ebravo@unionradio.com.ve 
 

 
 
 
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