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Suela y tacón 
por Eli Bravo
viernes, 20 octubre 2006

 

          De todas las cosas que me intrigan del apoyo al chavismo, ninguna como la aceptación de su componente militar. Puedo entender que los resabios del caudillismo, la fascinación por los uniformes o la conchupancia en las prebendas de la revolución expliquen la tolerancia hacia las botas en la vida civil. Pero cuando veo a gente libre pensadora, liberal, inteligente y de sólidas convicciones democráticas, justificando su apoyo a Chávez con los argumentos de justicia o inclusión social, no puedo entender como son capaces de obviar la otra cara de la moneda: el secuestro de los espacios institucionales por la fuerza militar.

            La revolución bolivariana ha servido para que nobles ideales sean el soporte de un sistema cada vez más encharretado. ¿Cómo se digiere la contradicción de un gobierno que levanta su voz por la paz y entrena a civiles para la guerra? Todo país tiene el derecho a la defensa, pero, ¿dónde están las defensas contra el virus del militarismo?

            Es por ello que me pregunto: ¿Cómo es que gente cercana, amiga, puede aceptar un sistema que define su diplomacia en la ONU como de “rodilla en tierra”? ¿Es que acaso no se dan cuenta de que están siendo cercados con un discurso guerrerista, de cuartel, que cada vez está más entronizado en los asuntos cotidianos? ¿Es compatible para un individuo progresista meter sus ideas en la boina de un hombre que entiende la política como una batalla y a la ciudadanía como sus tropas?

            Para esos amigos, para esa gente que votará por Chávez en Diciembre, mi solicitud es que se tomen una pausa, respiren, y vean al personaje en toda su dimensión. Incluso, que den un paso atrás y analicen la revolución en toda su perspectiva, especialmente la militar, y pregúntense si se sienten cómodos con tanta gorra ante sus narices. No les pido que voten por otro candidato, sino que analicen todo el proceso más allá de la retórica y la polarización. ¿Es un desfile militar lo que desean como fiesta nacional?

            Y después de hacer el ejercicio, tienen todo el derecho a votar por el presidente-candidato, pero entendiendo que al hacerlo se están dejando poner la suela y tacón del militarismo sobre la espalda. Y sacárselos de encima será cada vez más difícil.

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
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