Construir
utopías requiere una buena dosis de realidades, y en las últimas
semanas Uruguay pisa firme sobre tierra en su afán por despegar
al cielo. Este pequeño país con menos de tres millones y medio
de habitantes está buscando la manera de rebasar sus
adversidades sin marchar a contracorriente de las tendencias
mundiales, es por ello que así como defiende su posición en un
MERCOSUR “que está pasando por un mal momento” según declaró en
abril de este año el ministro de Economía y Finanzas uruguayo
Danilo Astori, también busca un acuerdo de libre comercio con
los Estados Unidos, porque como dijo el presidente Tabaré
Vázquez, un hombre con todas las credenciales de izquierda “la
historia no retrocede, no se detiene, pero tampoco se repite, y
el tren de la historia algunas veces pasa una sola vez”. Para
las economías pragmáticas y globalizadas, Próxima Estación:
Montevideo.
Por la misma autopista van
transitando Chile, Colombia, algunos países de Centroamérica, y
si la presiones políticas lo permiten, también Perú y Ecuador.
Luego de la fracasada Ronda de Doha para el libre comercio, los
convenios bilaterales se han convertido en la alternativa de las
naciones más allá de los bloques regionales, por ello los
negociadores están buscando acuerdos que satisfactorios sin
ataduras ideológicas. Un juego difícil, porque en los negocios
no solo cuenta el dinero, sino también la política: el anuncio
de los Estados Unidos del posible retiro de preferencias
arancelarias a Brasil, Argentina y Venezuela es una muestra de
diplomacia agresiva para influir en el curso de las relaciones.
Pero así es el juego, y los fuertes hacen valer su poder, muchas
veces con torpeza o falta de tacto. Lo interesante es cuando los
pequeños saben defenderse, y a la vez, sacarle provecho a las
oportunidades.
Un caso interesante es
Venezuela. A la par de la retórica anti-estadounidense del
presidente Chávez, el comercio entre ambas naciones va en
aumento. EEUU sigue siendo el principal socio comercial de
Venezuela, que a su vez, sigue siendo su cuarto proveedor de
crudo. Y mientras en 2005 la demanda venezolana de productos
estadounidenses creció 33%, las exportaciones no petroleras de
Venezuela a EEUU aumentaron 116%. Bush puede decir que Chávez es
una amenaza a la democracia en la región, y Chávez puede decir
que Mr. Danger es un genocida, pero la realidad es que el tren
del comercio sigue su curso, a pesar de la leña que lancen a las
calderas.
La utopía de un comercio justo
todavía luce más allá del horizonte, pero en el camino muchas
naciones están descubriendo que pueden hacer valer sus derechos
y defender su integridad si aprenden las reglas y trucos del
juego. Eso implica salir al mundo a negociar con China, la Unión
Europea, Irán, Estados Unidos, Rusia o Malí. Lo importante es
saber conducir el tren sin gringolas ideológicas, con un
maquinista que se concentre en la ruta y no en las arengas que
lanzará en los andenes que se cruce en el camino.
ebravo@unionradio.com.ve