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NUNCA MAS, otra vez 
por Eli Bravo
jueves, 16 marzo 2006

 

Doscientos mil es un número que en el aire dice poco. No vale lo mismo si son dólares o bolívares. Asunto de las cifras, que si bien tienen un valor absoluto, en la vida cotidiana se nos hacen relativas. Pero al contar vidas ¿valen lo mismo doscientas mil personas asesinadas en Sudán, que muertas en Bosnia? Desde finales de 2003 el genocidio en Darfur, al oeste de Sudán, ha desplazado a más de 3 millones de personas y más de doscientas mil han sido asesinadas con metralla, machetes y palos.

            Sudán tiene 20 años en guerra civil. A comienzos de 2003 grupos rebeldes al presidente Omar al-Bashir atacaron posiciones militares en Darfur y el gobierno respondió armando las milicias árabes janjaweed que desde entonces se han ensañado contra la población civil negra en una campaña de limpieza étnica que la comunidad internacional no ha podido detener. La pasada semana la Unión Africana decidió mantener por otros seis meses sus 7 mil tropas mal equipadas en la región con la idea de luego traspasar el mandato a las Naciones Unidas. Una decisión más orgullosa que realista, pues hasta ahora la misión de la UA ha sido un fracaso.

            El gobierno no quiere ver a los cascos azules en Sudán y denuncia un intervencionismo patrocinado por Estados Unidos. Mientras tanto, los janjaweed no solo continúan mutilando niños, violando mujeres y asesinando hombres en Darfur, sino que desde hace semanas cruzan la frontera al oeste con Chad para atacar los campos de refugiados. El ejército de Chad no tiene los recursos para proteger la frontera, y la situación es tan insegura, que las organizaciones humanitarias han tenido que huir. Solo Médicos sin Fronteras mantiene personal en la región.

El jefe de operaciones de la ONU, Jan Egeland, ha dicho que “este es el test para no permitir más Rwandas y más pérdidas masivas de vidas inocentes, pero Darfur está regresando al abismo de comienzos de 2004, cuando la región era el campo de la muerte de este mundo”. La comunidad internacional no pasa el examen. Irónicamente en las próximas semanas los presidentes de Egipto, Libia y Sudán, un trío que sabe muy bien como marear a la diplomacia, se reunirán en Trípoli para buscar alternativas. Para rematar, desde el pasado miércoles 15, Sudán es miembro de la nueva Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Hace 11 años doscientos mil musulmanes serbios eran víctima de la limpieza étnica de Milosevic que sobrepasó los esfuerzos de los cascos azules. Tuvo que entrar la OTAN y bombardear Sarajevo para detener al ejército serbio y forzar la paz en los Balcanes. Simultáneamente, más de doscientas mil tutsis eran masacrados en Rwanda ante los ojos de la ONU. Nadie movió un dedo y la cifra final llegó al medio millón. Ahora son más de doscientos mil muertos, otra vez.

Detener un genocidio requiere más que buenas intenciones. La ONU tiene que ser más firme y las potencias menos timoratas. Si quieres saber más o ayudar a la gente en Darfur, visita unicef.org o savedarfur.org

ebravo@unionradio.com.ve 
 

 
 
 
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