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Cree y deja creer 
por Eli Bravo
jueves, 13 abril 2006

 

Querida Isabel: seguramente llegará el día cuando tu y tu hermanit@, quien todavía flota feliz en la noche uterina, se hagan algunas preguntas difíciles sobre las religiones y lo que nosotros los humanos hacemos con ellas. ¡Y cómo no preguntarse, si hay tantas cosas incomprensibles que necesitan una explicación! Yo espero tener algunas para ese entonces, pero recuerden que serán solo una cara de esa luna fascinante que es la realidad. Y también recuerden que tan importante como las respuestas, son las preguntas. Mientras tengamos la curiosidad de preguntar, mantendremos vivas las ganas de aprender.


Esta semana del 10 al 16 de abril es de verdad muy especial. Más de tres cuartas partes de la humanidad están de fiesta, cada uno a su manera. Los cristianos conmemoran la muerte y resurrección de Jesús durante la Semana Santa. Los judíos recuerdan el éxodo de los israelitas desde Egipto con el Pesaj. Muchos musulmanes celebran el nacimiento de su profeta Mahoma en el día que llaman Mawlid-al Nabi y otros tantos budistas se felicitan por su día de año nuevo. ¡Todo eso en la misma semana! Sería fácil pensar que teniendo sus fiestas tan cercanas, también tendrían muchas cosas en común. Y la verdad es que si: todas las religiones son un camino espiritual para que los seres humanos nos acerquemos a la energía vital, que si quieren la pueden llamar Dios, con el objetivo de construir un mundo mejor en el cual vivir. Hasta aquí todo suena muy bonito, pero como ustedes dos se darán cuenta algún día, en nombre de la religión pasan cosas espantosas y la gente es capaz de hacerse mucho daño.


Una explicación a esa contradicción es que muchas personas confunden el camino con el objetivo. Creen que su camino es el correcto y les da por obligar a los demás a tomarlo, con lo cual los otros, que también creen estar en lo cierto, comienzan a discutir y de golpe ya están peleando. También resulta ser que hay gente un tanto malvada a la cual no les resulta difícil usar el nombre de Dios para conseguir sus intereses personales, así que manipulan a los creyentes y los convencen de hacer cosas que la misma religión prohíbe. En otras ocasiones las religiones dejan de ser una ventana a la divinidad para convertirse en murallas que no dejan ver la maravillosa diversidad en la que vivimos. Incluso, se pueden convertir en relojes de piedra: se usan para detener el tiempo y negar que el mundo cambia sin cesar, así hay gente que quiere interpretar unas palabras escritas hace miles de años como si fuesen el periódico del día de hoy.


Pero no porque exista gente que haga mal uso de la religión, esto quiere decir que sean malas. Ya les tocará hacerse su opinión al respecto. Solo una cosa les puedo asegurar: si las millones de personas que están celebrando su fe esta semana se concentraran más en el objetivo que en el camino, dejando que cada quien crea en lo que quiera creer, todos llegaríamos más felices a donde queremos llegar.

ebravo@unionradio.com.ve 
 

 
 
 
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