Inicio | Editor | Contáctenos 
 

 Webarticulistas

Manuel Malaver

 

Eli Bravo

 

Luis  DE LION

 

Roberto Palmitesta

 

Lucy Gómez

 

Alexis Márquez Rodríguez

 

Ted Córdova-Claure

 

Antonio Sánchez García

 

Aníbal Romero

 

Charles Cholaleesa

 

Agustín Blanco Muñoz

 

 

 

 

Maduro y responsable 
por Eli Bravo
viernes, 11 agosto 2006

 

Es realmente un compromiso el que tiene por delante, señor Maduro. No solo con el presidente, sus seguidores y el resto del país, sino con el mundo. Usted sabe que la cancillería es un puesto delicado y que vivimos en un planeta con intereses cruzados e intrigas profundas. Por eso permítame sugerirle: mantenga la cabeza fría, cuando declare piense lo que va a decir y considere que más allá del gabinete de ministros existe algo llamado historia y comunidad internacional. Recuerde que batir el cobre allende las fronteras resulta más complicado que hacerlo en la Asamblea.

Como a muchos, su inexperiencia diplomática me preocupa, pero usted ha demostrado que aprende rápido. También me inquieta su vehemencia en predios donde la ponderación y la sutileza son tan útiles. Se muy bien que en los últimos meses su labor internacional ha sido intensa, y no creo que la decisión del presidente haya sido improvisada. Él ha visto en usted algo, espero que más allá de la fidelidad, para encargarle un factor tan importante en su estrategia de gobierno. No aplaudo su elección, pero tampoco puedo detenerla. Por el bien de todos, espero que haga un buen trabajo.

El asunto es este: los enredos y conspiraciones no son exclusividad de EEUU, así que no se deje engatusar con el voluntarismo revolucionario y considere que su responsabilidad e influencia es ahora mayor. No sea ingenuo, no active la solidaridad automáticamente y entienda que no solo desde Washington se urden estrategias para intervenir en el mapa mundial. Lo mismo hace Teherán, Moscú, Damasco, y por qué no, Caracas. Y voy más allá, con el debido respeto: marque distancia de esa bizca moralidad de izquierda y derecha según la cuál la misma acción es un ataque si la comete un enemigo, pero un acierto o defensa si la comete un aliado. Por ejemplo, cuando lo escuché denunciar fraude en las elecciones mejicanas o peruanas, recordé sus airadas declaraciones cuando lo mismo se sugirió en Venezuela. Claro que en la política se juega con varios discursos, pero mi punto es, a la hora de declarar recuerde que no es Nicolás el ex-conductor, sino Maduro El Canciller.

Hace un año en Choroní conocí a un agradable joven quien se me acercó para conversar. Al extenderme la mano dijo que era su sobrino y sus facciones no lo contradecían. Para él, usted era motivo de orgullo. Terminamos en el malecón disfrutando del espectáculo de marionetas que presentaba un artista chileno. Ahora que es canciller, piense mas allá del futuro de su sobrino y quienes lo respaldan. Por favor, no meta al país en conflictos, no se enrede en asuntos ajenos, y no se refiera a la cancillería como una trinchera revolucionaria. Pero sobre todo, no actúe como si estuviese atado por hilos a la voluntad de otra persona. Su compromiso es con 24 millones de venezolanos, aunque este nuevo cargo no lo haya obtenido por votación popular.
 

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
© Copyright 2006 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.