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¡Flecha! 
por Eli Bravo
jueves, 11 mayo 2006

 

El afán de la administración Chávez por marchar a contravía de los Estados Unidos es una carrera de espaldas a las tendencias modernizadoras. Su discurso social tiene la garra para ganar los votos y corazones que su política económica jamás lograría atrapar, de no ser por un petróleo sobre los $60 que le permite vender una ilusión de prosperidad con máscara endógena.

La administración Chávez ve el mundo a través del prisma ideológico y actúa por motivaciones políticas. Mientras tanto, buena parte del mundo, incluyendo sus aliados y clientes alternativos, actúan según estrategias económicas para desarrollar políticas sociales. Por ello negocian con EEUU defendiendo sus intereses nacionales: Tabaré Vázquez estuvo en la Casa Blanca para asegurar que Uruguay no dejará el MERCOSUR pero seguirá negociando con Washington acuerdos comerciales. Lula continúa buscando el liderazgo regional de Brasil y se molesta por la injerencia venezolana en asuntos de integración, a la vez que visita el Foro de Davos y se reúne con Condoleeza Rice. Hu Jintao visitó la planta de Boeing en Seattle con una sonrisa cordial mientras China continúa las reformas capitalistas que hacen más aguerrida la competencia entre ambas naciones. Manmohan Singh fue capaz de firmar un acuerdo nuclear con Bush gracias a su política exterior en Asia a pesar de que India sacó la mejor parte y EEUU recibió las críticas por su doble estándar en el tema atómico. Cuatro líderes en busca de un desarrollo justo y que entienden la necesidad de mantener los vínculos comerciales y políticos con la primera potencia del planeta.

A la par, la administración Chávez insiste en una retórica altermundialista radical mientras aumenta su comercio con el imperio del mal. Las exportaciones a EEUU crecieron casi $ 19 millardos de 2001 a la fecha y las importaciones aumentaron casi $ 800 millones, relación favorable gracias a la gordura de la factura petrolera. Blandiendo objetivos sociales muy nobles en los que ha conseguido algunos éxitos, el tren gubernamental va comiéndose la flecha en la autopista del progreso poniendo en peligro a todo el país. Lo grave no es que el presidente y sus ministros controlen la locomotora, sino que millones de pasajeros vayan sentados muy felices mientras ven a buena parte del planeta avanzar en dirección contraria y piensen “estos perdieron el sur”.

Venezuela ha ganado un protagonismo internacional indiscutible cabalgando el potro de la izquierda latinoamericana. De una parte de ella, debería decir, pues hay otra que prefiere los métodos del siglo XXI. Son los países que entienden las fuerzas mundiales que están en juego y buscan aprovecharlas con menos retórica y más pragmatismo. Dentro de 15 años, cuando toque hacer el balance, quizás descubramos que fueron esos los países capaces de vencer el subdesarrollo.
O quizás suceda todo lo contrario, y desde acá me comprometo a reconocerlo. Espere los detalles en Mayo 2021.


ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
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