En menos de 15 años el mundo será más plano, estará mejor conectado y nos ofrecerá unas posibilidades tecnológicas sorprendentes, aunque quizás fuera del control de los humanos. Según el informe sobre el futuro de la Internet realizado por el centro Pew y la Universidad de Elon en Carolina del Norte (www.pewinternet.org) para 2020 tendremos menores niveles de privacidad, veremos nuevas formas de adicción computarizada, y si bien el mandarín y el español aumentarán su influencia, el inglés se convertirá en el idioma común de este mundo superconectado. En ese ciberfuturo la noción de un mundo plano se refiere a que el terreno de juego estará más nivelado y los ciudadanos del mundo tendrán casi las mismas oportunidades para entrar en la economía global: ahí está la India, donde médicos entrenados reciben en su computador los rayos X de pacientes estadounidenses, y tras analizarlos, envían un informe de vuelta en menos de 24 horas y por una fracción del costo.

            El informe fue elaborado tras consultar a 742 expertos del área y ofrece una visión bastante optimista del impacto globalizador de la tecnología. Si bien permanecerán las desigualdades de acceso por razones económicas y las corporaciones buscarán mantener su posición de ventajismo en el mercado, a la vez que ciertos gobiernos intentarán controlar el flujo de la información, la visión general es que al invertir en redes y educación tecnológica se podrá crear una verdadera revolución digital donde la compatibilidad y movilidad estará disponible a bajo costo, borrando muchas de las fronteras nacionales y culturales que conocemos.

La productividad de muchos trabajadores se multiplicará gracias al avance en realidad virtual, pues al laborar en estos entornos se tendrá un verdadero horizonte mundial. Claro que no todos serán seducidos de la misma manera y aparecerán grupos que se aparten del “mundo moderno” para vivir en paz y no sufrir la sobrecarga de información. Algunos de ellos podrían organizar ataques violentos contra los sistemas tecnológicos como una forma de protesta, iniciándose quizás el terrorismo virtual.

¿Un mundo feliz? La tecnología es simplemente un instrumento, nosotros somos los ejecutantes.

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