Que
los políticos no se dejen engañar por los resultados
electorales. Detrás de los millones de votos que llenarán actas
y discursos en los días por venir hay un movimiento que toma
partido por la tolerancia y la integración. No son 10 o 26
millones los venezolanos que algún candidato puede reclamar para
si, en realidad, dentro de ese número hay quienes votan por que
de nuevo podamos sentirnos en un país donde cabemos todos. La
polarización ha rendido dividendos políticos en los últimos
años, pero también, ha despertado una conciencia que no se
satisface con saber quien gana o quien pierde: en un país
dividido perdemos el tejido social, y eso es perder demasiado.
Una vez contabilizados los
votos para cada lado, sería genial poder sumar aquellos que
apuestan por el todo. Es asunto de la democracia definir por el
escrutinio quienes son mayoría, pero también es su compromiso
respetar las desigualdades y aceptar las minorías. Cualquiera
que resulte favorecido de estas elecciones haría bien en
recordar que más allá de marcar diferencias, muchos ciudadanos
están reclamando un sistema de puentes en lugar de barreras. Y
si pudiéramos sumarlos, estoy seguro que allí está la verdadera
mayoría, un caudal humano que ve y entiende las cosas más allá
del color.
Para esta gente es posible
fijar posición sin perder de vista los intereses comunes. Tomar
partido sin negarle la existencia al contendor. Preferir una
opción sin aborrecer la otra. Si tuviéramos que ubicar a estos
ciudadanos en algún lugar del espectro podríamos decir que
ocupan el centro, o llevando la imagen al extremo, el verdadero
corazón de Venezuela: ese espacio afable donde un apretón de
manos puede comunicar respeto, cariño y humanidad.
En los días por venir esta
mayoría espera más que gestos magnánimos y discursos empapados
de reconciliación. Ellos reclaman tolerancia en acción y madurez
política en un país que pueda hilvanar de nuevo ese tapiz de
diversidad y pluralidad que permite ver las cosas más allá de
los rencores y en verdadero tiempo futuro. Que no se engañen los
políticos, muchos de esos votos no son para un hombre sino por
un horizonte más amplio.
ebravo@unionradio.com.ve
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