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Con o sin nubes 
por Eli Bravo
viernes, 1 septiembre 2006

 

      A pesar del vértigo que siente, Beate Liepert ha tenido que subir en globo hasta dos mil metros de altura para medir la contaminación del aire y así sustentar su teoría sobre el “oscurecimiento global”. Para esta física atmosférica de la Universidad de Columbia, la cantidad de luz solar que llega a la superficie de la Tierra ha disminuido, producto de la capa de smog que la recubre. Según sus cálculos, entre finales de los 50 y principios de los 90 el planeta se tornó un 5% más oscuro, y en el caso de EEUU esta cifra sería del 10%, llegando al extremo de Hong Kong que recibe un 37% menos de luz a pesar de que sol sigue brillando como siempre.

            Imaginemos la contaminación como una gasa que cubre el planeta y refleja parte de los rayos solares de vuelta al espacio. Pero además, propicia la formación de nubes más densas y oscuras que filtran el paso de estos rayos. Para algunos científicos este oscurecimiento contrarresta el fenómeno del calentamiento global, pues a menor exposición al sol, la superficie del planeta podría enfriarse, así que algunos activistas han sugerido que contaminar selectivamente el aire podría ser una manera de arroparnos con gases protectores. La profesora Liepert se niega a esta idea, y alerta sobre el peligro de un mundo oscuro donde el ciclo hidrológico se vea afectado por falta de energía solar que evapore las aguas. Afortunadamente en los últimos 10 años la nubosidad sobre el planeta ha disminuido, lo que coincide con los esfuerzos mundiales por reducir las emisiones de gases invernaderos.

            El clima es un misterio por discernir, y este debate es un buen ejemplo: una atmósfera más oscura revertiría el calentamiento global, pero otras teorías dicen que en realidad convierten al planeta en un invernadero, al atrapar los rayos que refleja la superficie de la Tierra e impedir que regresen al espacio. En este caso la gasa no funciona como un filtro, sino como la tapa de una olla. Pero lo que son las cosas: los últimos años han presentado menos nubosidad y temperaturas más altas, así que quizás la profesora Lipert tanga razón.

            Por lo pronto, reducir la contaminación atmosférica luce como el camino más acertado. El pasado 30 de agosto las autoridades de California anunciaron un plan para reducir en 2012 las emisiones de gases a los niveles de 1990 y cortarlas en un 25% para 2020. Cuatro de cada cinco californianos consideran que algo se debe hacer para contrarrestar el cambio climático y el gobernador Schwarzenegger espera con esta medida alinearse con el premier británico Tony Blair en el esfuerzo por revertir el calentamiento global.

            Claro, puede que en unos años los científicos decidan que necesitamos más nubes en el cielo y que no fue tan buena idea dejar que el sol brille siempre en California. Pero entre aire limpio o nube de smog, pareciera un acto de sensatez que Terminator le diga a la contaminación “Hasta la vista, baby”

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
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