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La gran muralla 
por Eli Bravo
jueves, 29 septiembre 2005

 

Por publicar en Internet sus ensayos sobre reformas políticas en China, el 22 de septiembre Zheng Yichun fue enviado a la cárcel por 7 años, sumándose así a los más de 60 chinos tras las rejas por expresar sus ideas en la red. La policía dió con Yichun pues Yahoo les facilitó su nombre. Tres días después el Ministerio de la Industria de la Información emitió nuevas Reglas para la Administración de Noticias en Internet a fin de garantizar que estas “sirvan al socialismo, apoyen los intereses del estado y guíen correctamente a la opinión pública”. Según Brad Adams, Director para Asia de Human Rights Watch, “los líderes chinos se proclaman como modernizadores, pero todavía tienen miedo de sus propios ciudadanos y la saludable diversidad de noticias y puntos de vista que definen a una sociedad moderna”

         Las reglas se resumen en 11 mandamientos a los editores on line y bloggers residente en China, entre ellos: no atentar contra la seguridad nacional, no diseminar rumores y no dañar al reputación del país. Dos nuevas reglas establecen que está prohibido promover manifestaciones o huelgas ilegales que generen desorden público y está prohibido organizar actividades a nombre de asociaciones ilegales. Quien es legal o no, lo decide el gobierno, que además lleva un registro de medios electrónicos y blogs. Para Reporteros sin Fronteras estas nuevas reglas “estan más orientadas a asustar al usuario de Internet que a codificar su uso, reforzando el monopolio informativo del Partido Comunista, que entiende la labor de los medios como replicantes de la propaganda estatal”.

         Big Brother se mudó a China. El control sobre los 100 millones de cibernautas del país se ha convertido en política de estado a varios niveles. El acceso a sitios “desestabilizadores” es bloqueado, los chats son supervisados por censores conocidos como Big Mamas y al meter en los motores de búsqueda palabras inconvenientes como democracia, derechos humanos o libertad aparecen mensajes de error. Para ello el gobierno cuenta con la reticente ayuda de compañías como Google y Microsoft, quienes han accedido a cumplir con las leyes locales, a pesar de los conflictos éticos que esto significa.

         La Gran Muralla China es un realidad un Firewall estatal: el país se conecta al mundo por seis gateways (puertas de acceso) donde el gobierno filtra la información, y el mes pasado anunció que construirá una red nacional de alta velocidad para sus ciudadanos que permitirá mayores filtros. Además este año se instalarán en los 100 mil cyber-café un programa de monitoreo para así, según Liu Qiang, del Ministerio de Cultura, “recolectar data personal del usuario, guardar record de las páginas visitadas y alertar a las autoridades si algún contenido ilegal ha sido visto”

         El gobierno chino desea el desarrollo económico que genera el flujo de las comunicaciones, pero teme la libertad que implica. Inútil ponerle diques al mar. Tarde o temprano la ola reclama lo suyo.

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
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