Según
el Banco Mundial un 14% de la población venezolana vive con
menos de $1 al día. Esta cifra es de un 3% en Argentina, 8% en
Brasil, 10% en México y 18% en Perú. Si queremos cifras
espantosas tenemos un 45% en Nicaragua, 61% en Madagascar y 72%
en Malí. Eliminar la mitad de la pobreza extrema para el 2015
fue el primero de los Objetivos del Milenio a los que se
comprometieron los países del mundo como una manera de reducir
la desigualdad, que junto al mal gobierno, la discriminación,
las guerras y el VIH/SIDA, condenan a dos tercios de la
humanidad a vivir precariamente. Si pensamos que el 38% de la
población mundial tiene menos de 18 años, no es difícil intuir
quienes son los más afectados.
En el Estado Mundial de la
Infancia 2006, UNICEF indaga en el terrible proceso de exclusión
que convierte en seres invisibles a millones de niños y
adolescentes. Un niño se considera excluido frente a otros
cuando se cree que corre el riesgo de no beneficiarse de un
entorno que lo proteja contra los malos tratos, la violencia y
la explotación, o cuando no pueda acceder a servicios o bienes
esenciales, muchas veces por estar al margen del estado, la
comunidad o las estadísticas.
El demoledor
informe, disponible en
www.unicef.org/spanish nos dice que más de 50 millones de
niños no son registrados al nacer, por lo que carecen de
identidad y quedan fuera de los sistemas de educación o salud.
Uno de cada 13 niños (143 millones en total) ha perdido a uno de
sus padres, 15 millones de ellos a causa del SIDA, obligándolos
a dejar la escuela y a trabajar para sobrevivir. Hay 250 mil
niños soldados expuestos a atrocidades y abusos; 171 millones
trabajando en condiciones peligrosas; 2 millones están en el
mercado sexual y 1.2 son objeto de tráfico cada año.
Para todo
niño es imprescindible contar con un entorno protector que los
defienda de la violencia, la explotación y el abuso. Este debe
ser creado por los gobiernos con fondos suficientes y bien
administrados, pero además, hace falta la colaboración de
familias y comunidades, un marco legal efectivo y un honesto
debate en los medios de comunicación y la sociedad donde se
promuevan actitudes y costumbres favorables al buen desarrollo
de la niñez.
En 91 países
del mundo la población menor de 18 años aumentará para el 2015.
Si los Objetivos del Milenio se transforman en realidad, 500
millones de personas escaparán de la pobreza, 250 millones
dejarán de sufrir hambre (60 millones menores de 5 años tendrán
una alimentación adecuada) y 115 millones de niños y niñas
tendrán acceso a la educación primaria. Alcanzar estos objetivos
es un asunto de vida o muerte.
Luego de leer
este informe le di un beso a mi hija dormida. A veces olvidamos
lo afortunados que somos, y también, que extender la mano,
además de sencillo, puede hacer la diferencia en una vida.
Allí están.
Aunque no los veamos.
ebravo@unionradio.com.ve
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