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¿Aló, futuro? 
por Eli Bravo
jueves, 13 octubre 2005

 

Gratis es una palabra sospechosa en el mundo de los negocios, pero cuando hablamos de telefonía, quizás sea el porvenir. El crecimiento en los servicios de voz sobre Internet está revolucionado de tal manera la industria de las comunicaciones que las compañías tradicionales están siendo obligadas a rediseñar la manera como le cobran las llamadas al usuario. Según Cyrus Mewawalla, analista de Westhall Capital, “la voz dejará de ser muy pronto un generador de ganancias para las operadoras, sean fijas o móviles”. Los optimistas predicen que en unos cuantos años hablar por teléfono será casi tan gratis como el aire.

Cuando el pasado 12 de Septiembre e-bay pagó casi $2.7 millardos por Skype un nuevo tono sonaba para el negocio telefónico: Internet cambia las reglas del juego al eliminar conceptos como tiempo o destino de la llamada. Skype es una compañía que ha desarrollado un programa que permite hablar gratis desde la computadora con otros usuarios que tengan el programa, o llamar desde la computadora a números telefónicos por un precio bajísimo. Su dueño, el danés Niklas Zennstrom, tiene una estrategia particular: quiere la menor cantidad de dinero posible de sus clientes, pero quiere tener muchos. Al día de hoy contabiliza 54 millones de usuarios y cada día entran 150 mil más

            La edición del 15 de septiembre de la revista The Economist tiene una completa radiografía de este fenómeno que amenaza a gigantes de la telefonía como China Mobile, Telecom Italia y France Telecom. El término “voz sobre protocolo de Internet” incluye desde la posibilidad de hablar entre computadoras, hasta servicios híbridos donde dos personas conversan por teléfonos aparentemente convencionales, pero de fondo están conectados por Internet. Hay incluso compañías que ofrecen adaptadores para conectar el teléfono convencional a un punto de banda ancha, sin necesidad de la computadora. La idea es hablar sin tener que pagarle a la compañía telefónica. El Sr. Zennstrom piensa que “no deberíamos pagar por hacer llamadas telefónicas, de la misma manera que no pagamos por enviar un e-mail”. Claro que pagamos por la conexión a Internet, pero ahí los sistemas de tarifas son totalmente distintos.

The Economist predice la muerte de la tecnología telefónica tradicional, tal y como se concibió hace 100 años, y un gran reto para los tres billones de dólares que mueve la industria. Por ello las empresas que basan sus ganancias en servicios de voz, sobre todo las de celulares, están buscando activamente alternativas como integrar servicios (video, mensajería) o construir redes de nueva generación basadas en Internet. Otras están rechazando el cambio al bloquear el acceso a estos servicios, pero esta parece la estrategia de una elefante agónico. Se calcula que para el 2010 existirán unos 197 millones de hogares con servicios de voz sobre Internet, y esta cifra no incluye a los que usen software libre como Skype. Graham Bell no pudo haberlo imaginado mejor.
 

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
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