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Echarnos fresco 
por Eli Bravo
jueves, 8 diciembre 2005

 

Que estamos sufriendo el cambio climático es algo científicamente comprobable. El Centro Hadley para Investigaciones y Predicciones Climáticas de Inglaterra señala que los últimos 10 años han sido los más calurosos desde que comenzaron las mediciones confiables a comienzos del siglo XIX. Un reporte de 300 investigadores del grupo de Evaluación del Impacto Climático en el Ártico dice que la capa de hielo en esta zona ha disminuido 8% en los últimos 30 años, y que también su pérdida es acelerada en Groenlandia. El Instituto Scripps de Oceanografía en California ha concluido que los cambios en las temperaturas del mar en los últimos 65 años se deben al efecto invernadero, y los meteorólogos piensan que ésta es la razón para la intensidad y cantidad de huracanes y tifones. Además, The Economist reportó la semana pasada que otra consecuencia de este calentamiento es la alteración del curso de las corrientes marinas.

El cambio climático no es paranoia de ambientalistas. La Administración Nacional Atmosférica y Oceanográfica de EE.UU. coordina un complejo sistema de boyas marinas, satélites, globos y torres de medición en 60 países para entender mejor lo que está sucediendo y aportar data. Para ofrecer soluciones globales, desde1992 se vienen realizando cumbres mundiales, como la de esta semana en Montreal. Hasta ahora los resultados han sido tímidos, pero al menos hay mayor conciencia. Quizás ayuden declaraciones como las del Dr. James Hanson, el primero en alertar sobre el fenómeno en los 80: “un grado centígrado más de calentamiento, y la tierra experimentará patrones climáticos que no se han registrado en más de 500 mil años. Con la actual tasa de acumulación de gases invernadero, en una década el planeta no tendrá remedio”.

Controlar esos gases, especialmente los que vienen de quemar combustibles fósiles, requiere voluntad política y tecnología. La primera comienza a perfilarse, con el compromiso en Montreal de seguir por 2 años las conversaciones para definir el marco que suplantará en 2012 Protocolo de Kyoto de control de emisiones. A pesar de las negativas de EE.UU. a comprometerse, el resto de los países luce más interesado que nunca en afrontar el problema. En cuanto a la tecnología, han avanzado mucho los métodos para generar electricidad o transportación con menores emisiones de dióxido de carbono. Algunas de las propuestas son “enterrar” bajo tierra el CO2 que resulta de la combustión o expandir las áreas forestales del planeta.

No todo es responsabilidad de los gobiernos. Nosotros también podemos aportar a la solución. Al escribir sobre este tema, algunos lectores me han comentado que estas son preocupaciones abstractas en medio de sus cotidianas angustias. Aunque siempre hay la opción de obviar las señales y echarse fresco mientras algo o alguien resuelve esto, la verdad pienso que este es uno de esos temas donde podemos hacer sentir nuestro peso como ciudadanos, consumidores e inquilinos de la tierra.

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
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