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Desastre - por Alexis Márquez Rodríguez
 domingo, 21 noviembre 2004


 
         

En su libro Comprensión de Venezuela ­que hoy todo el mundo debería  leer o releer­, ese gran venezolano que fue Mariano Picón Salas, refiriéndose a la situación política y social de Venezuela de la Independencia para acá, empleó la palabra desastre, para definir y calificar lo que había sido la actuación de los políticos y caudillos venezolanos hasta ese momento. Y ese es vocablo que se usa muy a menudo, para referirse a determinadas situaciones y a ciertas personas.

Sin embargo, el sustantivo desastre no es tan polisémico como desgracia, que comentamos la semana pasada, y el DRAE da de él prácticamente una sola definición, bastante sencilla: ³desastre. Desgracia grande, suceso infeliz y lamentable. || 2. Cosa de mala calidad, mal resultado, mala organización, mal aspecto, etc. Un desastre de oficina. Aplicada a persona, úsase también en sentido figurado. V. Zona de desastre². No obstante lo escueto de esta definición, el término se usa con bastante amplitud en los más variados casos: Esta casa es un desastre; Ese muchacho es un desastre; Su matrimonio es un desastre; El acto fue un verdadero desastre; La economía está hecha un desastre; El partido (de béisbol) fue un desastre; La pelea (boxística) terminó en desastre; El país se ha vuelto un desastre; Ya verás, eso va a ser un desastre; La gestión del director fue un desastre; Nuestro viaje se volvió un desastre, etc.

Otros diccionarios amplían la definición. El Diccionario CLAVE, por ejemplo, da: ³1. Desgracia grande o suceso lamentable en el que hay mucho  daño y destrucción: Nuevas medidas de seguridad intentan evitar los desastres aéreos. 2. Lo que tiene mala calidad, mala organización o mal  resultado: Nos llovió y la merienda fue un desastre. 3. Persona llena de imperfecciones o con una absoluta falta de habilidad o de suerte: Este Œdesastre¹ de mujer rompe todo lo que toca².

El Diccionario de uso del español de España y América VOX registra tres acepciones, dos de ellas extrañamente marcadas como coloquiales: ³1. coloq. Suceso que produce mucho daño o destrucción: Se ha estrenado un filme soviético sobre el desastre de la central nuclear. 2. coloq. Cosa mal hecha, de mala calidad o que produce mala impresión: el director del proyecto  reconoció que el trabajo estaba mal coordinado y todo fue un completo desastre. 3. Persona que actúa con desacierto o torpeza por falta de habilidad o de suerte².  Todas estas formas pueden usarse, y de hecho se usan en lenguaje coloquial, pero igualmente lo puede ser en otros tipos de lenguaje, incluido el del más alto nivel de cultura.

La palabra desastre comúnmente se usa con carácter ponderativo, generalmente con una dosis intencional de exageración, para llamar la atención acerca de algo. No hay duda de que cuando de un niño, por ejemplo,  decimos ³Ese muchacho es un desastre², usamos una noción notoriamente exagerada, hiperbólica.

A través de la historia la palabra desastre se ha empleado para definir  ciertos acontecimientos, como ³El desastre del Maine², la sospechosa  voladura, en 1898, de un acorazado en el puerto de La Habana, que sirvió de pretexto a Estados Unidos para declarar la guerra a España, la cual culminó con la derrota española y la pérdida por esta de Cuba y Puerto Rico, sus últimas colonias en América, y de Filipinas. Por su parte, ³Los desastres de la guerra² tituló Goya una de sus más célebres series de grabados, sobre la guerra de España contra Napoleón, conocida como Guerra de la Independencia.

La palabra desastre deriva del vocablo desastre en la antigua lengua provenzal, que a su vez proviene de astre, que significa buena o mala estrella.

 

REPUDIO
 

No podemos dejar de manifestar nuestra indignación por el atentado que cobró la vida del fiscal Danilo Ánderson, y nuestro más categórico repudio a ese y a cualquier otro acto de terrorismo, venga de donde venga y cualquiera que sea el pretexto con que se los pretenda cobijar. Otra cosa  es la opinión que nos merezcan la persona y la actuación pública, a mi juicio demasiado publicitada por él mismo, de la víctima del infausto suceso, y el  análisis que se haga de ello. El terrorismo no ha sido una práctica habitual en la historia venezolana, como en otros países, y los aislados actos de ese tipo afortunadamente no han dado origen al hábito diabólico de  utilizar ese medio en nuestras luchas políticas. Por eso hoy más que nunca es  necesario ofrecer un frente nacional contundente y sin reservas, para evitar que el terrorismo se establezca entre nosotros.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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