Estados
Unidos, nación múltiple como es - probeta de todas las razas,
decía el poeta Walt Whitman -, padece de diversas y traumáticas
divisiones: Republicanos o demócratas, negros o blancos, Norte
contra Sur, ricos o pobres, creacionistas o evolucionistas, o,
una de las mas complejas, "pro-choice" (libertad para elegir) o
"pro-life" (por la vida, básicamente focalizada en el espinoso
tema del aborto).
El caso de la Sra. Cheri Schiavo, en estado vegetativo desde
hace 15 años ha producido en estos días un enfrentamiento entre
los tres poderes del estado norteamericano. El poder judicial
reiteradas veces hizo caso omiso o rechazó planteamientos del
ejecutivo y del legislativo. Cheri murió finalmente el 31 de
marzo. El sistema imperante, apoyado en prejuicios religiosos
fundamentalistas, dejó que muriera de hambre y sed.
El esposo de Cheri, Michael Schiavo, recuerda que, cuando ella
estaba sana y miraban por televisión el caso de una persona en
estado vegetativo, ella le pidió que, si algo así le llegara a
pasar, no la dejara vivir en esas condiciones y que ella
preferiría la muerte. El maldito destino hizo que, a raíz de
problemas en los hábitos alimentarios y un deficiente
tratamiento a manos de un errático médico obstetra, durante un
difícil periodo de embarazo, Terri sufrió un problema cardiaco,
con perdida del vital potasio. La perdida de oxigeno en el
cerebro afecto al cortex y hubo perdida de fluido en la columna
vertebral y Terri cayó, en 1990, en permanente estado
vegetativo. Al principio, Michael y los padres de Terri,
trabajaron en buena coordinación, buscando toda posible ayuda
médica, sin éxito. No había indicios de recuperación.
Terri quedó permanentemente
postrada y sin conciencia de lo que ocurría. Michael, recibió un
millón y medio de dólares de indemnización y comenzó el proceso
de mantenerla viva artificialmente. Pero, al cabo de quince
años, Michael consideró que no había ninguna esperanza y quizás
era tiempo de hacer la voluntad de la paciente.
Pero los padres de Cheri se opusieron a la aplicación de la
eutanasia.
Algunos médicos especialistas consideraron que en este caso, no
había indicios mínimos y por lo tanto, esperanzas de
recuperación. En estas circunstancias, el esposo que entretanto
ya ha iniciado nueva vida con otra mujer, hizo las gestiones
legales para ordenar a los médicos la suspensión de la
alimentación artificial. Pero los padres y, en general, su
familia se opusieron y, por tanto, también acudieron a los
tribunales.
Una persona en estado vegetativo es incapaz de hacer algo por si
misma. Su cerebro no responde. No habla ni expresa sentimientos
o actitudes.
Y
ha revivido un debate que viene de los tiempos de Aristóteles,
pasando por Descartes y, ahora, aterrizando en la mas compleja
sociedad global, prospera, consumista y digitalizada.
La conciencia, el estado intelectual es algo distinto de la
vida, biológicamente hablando, nos dice la filosofía
aristotélica. Por lo tanto, la decisión de la vida, pertenece a
Dios, pero el estado consciente, el intelecto, es un privilegio
humano individual.
En Washington, este asunto de ética y filosofía, ha sido asumido
políticamente por aquellos que quieren sacar ventaja de los
prejuicios religiosos del protestantismo, como el presidente
Bush, quien se apresuró a firmar un decreto del Congreso de
mayoría republicana ordenando a las cortes reponer la línea de
vida, pero los jueces consideraron que no se puede emitir una
ley por un solo caso y rechazaron la moción presidencial y, en
consecuencia se mantuvo la decisión de desconectar la línea de
vida de la mujer en estado vegetativo.
Al firmar el decreto, Bush dijo, con mueca que me pareció
burlona: "En estos casos difíciles, siempre hay que optar por la
vida". Y yo pensé, en eso debería pensar el cuando autoriza el
uso de sus propias armas de destrucción masiva, que no
distinguen entre soldados combatientes y civiles, niños o
mujeres no combatientes.
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del autor: http://www.tedcor.com

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