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¿Transición virtual o virtual transición?
por Carlos Raúl Hernández  
lunes, 7 agosto 2006

 

Llorando en la Capilla

Hace menos de un año el hoy investido Carlos Lage declaró que “Cuba tenía dos presidentes: Fidel Castro y Hugo Chávez”. Un personaje tan alto en la línea sucesoral diría esto de los dientes para afuera, a despecho, y sólo por la orden inapelable de su jefe. Circuló mucho en esos días lo de una posible federación cubano venezolana y se le dio poca o mucha seriedad al asunto de acuerdo con los diversos análisis. Pero desde la óptica de un tirano tan irrepetible y maquiavélicamente perfecto, ese globo había que lanzarlo. Dada la monumental psiquis de Castro, es propio de su carácter que a diferencia de la generalidad de los seres humanos, ante la muerte se dedique a preparar fríamente estrategias e hipótesis póstumas. Castro conoce hasta los más ínfimos detalles de la destrucción del mundo comunista y cómo aquel poder que parecía eterno –grandes teóricos políticos de la época como Paul Kennedy y Carlos Rangel lo consideraban invulnerable- se vino abajo en meses. No es concebible que un personaje de esa magnitud, único en la historia de las tinieblas latinoamericanas que siempre lo previo todo y nunca dio -ni siquiera recibió- golpes que no estuvieran calculados, cayera sin prepararse ante una guadaña que espejeaba hacía tiempo. El sabía que la vida de su régimen dependía de mantener el embargo comercial. Por eso cada vez que en Washington hablaban de levantarlo daba un manotazo para desalentarlos. Así inició la operación en Angola en época de Carter y mandó a derribar la avioneta de Hermanos al Rescate cuando Clinton.

Aunque rechazada por los militares de ambos países y out en primera, esta operación de laboratorio para acariciar el asombroso y adolescente ego de Chávez se justifica. Se trata del proveedor los 2 mil millones de dólares anuales que permitieron sobrevivir al stablishment los últimos años y le dieron la posibilidad de perpetuarse. Pero lo grave es que Chávez se lo tomó en serio y -dicen- anda muy desengañado porque no “lo consultaron”, lo dejaron en la puerta de la iglesia. Es de imaginarse que intente meter sus narices en Cuba y seguramente se las reventarán.

La parca se somete a la disciplina del partido

A la desaparición de Castro -algún día ocurrirá- Cuba acelerará por el camino de una sociedad abierta. Sin Fidel al mando pareciera imposible frenar como hasta ahora los conflictos contenidos en 47 años. Miseria, opresión, vida gris y reptante, carencia de oportunidades e incluso de destino, humillación, desigualdad entre la nomenclatura y los ciudadanos de a pie, liberarán una amargura exacerbada por el efecto demostración del altísimo nivel de vida de sus familiares apenas a noventa millas. Los esfuerzos del gobierno sucesoral, de los EEUU y de la comunidad internacional, tendrían que dirigirse a impedir un levantamiento por motivos carenciales o un baño de sangre. Ya se habla de hacer un “registro de esbirros” y podría derramarse el espíritu de venganza. Ante una apertura en Cuba el autócrata venezolano perdería razones ideológicas para mantener los miles de millones de dólares que hoy regala y sólo le quedaría regresar con el rabo entre las piernas a concentrarse en hacer miserable la vida de sus paisanos.

A esa presión desde dentro hay que añadir las de fuera. Francia, España, Italia, Suecia, Noruega, reclamarían democracia a un gobierno cuya estabilidad es precaria, si no quieren dejarle todo a los norteamericanos. Y una igualmente poderosa: la invasión de dólares provenientes de los cubanos de Florida, otra vez imprescindible en la eventualidad del fin de la ayuda venezolana. El primer concierto de Gloria Stephan y el primer McDonalds.

Fidel Castro nunca se comportaría como esos tiranos normales que mueren sin más, sin constructos políticos, preocupados por la terrible parca y no por temas de este mundo. La cabeza del régimen totalitario perfecto concentra sus últimos días en preservar su propio mito y la enemiga negra también se debe a la disciplina del partido. No puede permitir que se desplome ese castillo de horrores que compone la obra de su vida y con él, el prestigio mítico que lo rodeó. Más que la tumba debe estremecerlo la idea de que una vez caído el dique, un deslave de aguas fétidas, cadáveres insepultos, latrocinios, asesinatos, crímenes inimaginables, digan la verdad sobre régimen más terrible que conoció el siglo XX y arrasen la maravillosa mitología que le crearon los intelectuales urbi et orbi.

La nomenclatura y la sucesión un día después

El río crecido puede arrasar estas cinco décadas de castrismo y ahogarlas en lodo, como ocurrió a la muerte de Stalin y obligó a Jhruchev a convocar el Sexto Congreso del Partido Comunista de la URSS e iniciar solemnemente la “desestalinización”, un exorcismo para espantar los espectros de esa criatura infernal que tuvo en sus manos la vida de tantos. Isaac Deutscher decía que la actividad más peligrosa del mundo era la sucesión en un régimen comunista. Hablaba desde su incomparable conocimiento del esquema soviético, de la tragedia de millones de víctimas a partir del relevo de Lenin y lo ocurrido en la de Stalin. Afortunadamente los líderes cubanos tienen los Estados Unidos muy cerca y pueden huir a tiempo con la tranquilidad de que Bush y Condolezza los recibirán. El pobre Trotsky no tuvo eso.

Hay muchos análisis no coincidentes aunque útiles sobre el castrismo hasta ese amanecer de la cirugía abdominal. Si bien en todo régimen totalitario hay una cúpula que suele coincidir con el Buró Político, en Cuba ha habido a su vez un inner circle, la cúpula de la cúpula, a la que pertenecen los 12 dirigentes mejor situados, incluidos algunos que no son del Buró Político. Raúl. Ricardo Alarcón Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional, miembro del Buró Político. Carlos Lage, del Buró Político, Vicepresidente del Consejo de Estado y jefe de la economía del país. José Ramón Machado asesor personal de Fidel, líder histórico, superpoderoso y del BP, médico de carrera política silenciosa y eficaz. José Ramón Balaguer, médico brillante, Ministro de Salud, director ideológico del Partido Comunista, miembro del BP, burócrata de trayectoria segura y prudente. Alfredo Jordán, Ministro de Agricultura. Juan Almeida, miembro del BP, Comandante de la Revolución, uno de los pocos que viven. Marcos Javier Portal, Ministro de la Industria Básica y de la energía. Ulises Rosales, General del Ejército, miembro de BP y Ministro de la Industria Azucarera. Pedro Ross, secretario general de la Confederación de Trabajadores de Cuba y miembro del BP; y Abel Prieto, miembro del BP y Ministro de Cultura. Un caso particular es la gravitación del Canciller Felipe Pérez Roque sin ser miembro del Buró Político.

¿Quién le teme a Raúl?

Para otro sector de los estudiosos, hasta el día antes del pabellón quirúrgico de Fidel, las tres fuerzas decisivas en esa supercúpula las tenían Lage, Alarcón y José Ramón Machado, pero ninguno de ellos individualmente acumulaba las condiciones suficientes para remplazar a Fidel. Hace muy poco, Raúl dijo en un discurso que “Fidel sólo podría ser sustituido por el liderazgo colectivo del Partido Comunista” y que no había ningún dirigente individual para esa tarea. Tres figuras con tan enorme respaldo en el aparato de poder (Partido Comunista y Fuerzas Armadas) requerían una delicada negociación entre ellos para armar la trama sucesoral y la sobrevivencia de sus intocables poderes personales.

Se necesitaría un hombre distinto a Raúl y a cualquiera de los 12 pares para preservar el castrismo tal como el es en medio de la marejada postmorten, pero ese titán no existe y la posibilidad luce anulada en sus propios términos. Apenas en noviembre de 2005 un Fidel sentencioso dijo que “en Cuba podría retornar el capitalismo” y se recuerdan las veleidades perestroikas y sinófilas de Raúl, - carente de carisma y retórica estremecedora- pero eficaz como pocos, quien una vez llegó a decir que “necesitaban más frijoles y menos cañones”.

El balance concreto que puede hacerse hasta ahora es que el “pragmático y neoliberal” Raúl obtuvo una gran victoria de entrada en la “sucesión provisional”. Naturalmente que su posición no se cuestionaba y no es su designación lo que marca el triunfo. Según estudiosos de los entresijos del poder en Cuba, ya funcionaba un triunvirato designado por Fidel (antes del día quirúrgico), formado por Pérez Roque, Alarcón (dos de las principales estrellas mediáticas del régimen) y Lage. Fidel habría decidido quedarse en su papel mítico nada más.

Esa era la teoría. La práctica es que fueron designados Raúl, Lage, José Ramón Balaguer y Ramón Machado Ventura, pertenecientes al más alto nivel de la nomenclatura y por lo tanto “naturales”, pero también un batacazo: Esteban Lazo, un dirigente de base, miembro del Buró Político y no del inner circle, un típico “cuadro medio” o aparatchick . Lo que está cuajado de inquietantes incógnitas no es la inclusión de los incluidos, sino la exclusión de los excluidos. Los dos ausentes en el quinteto sucesoral (no debería decirse que defenestrados), Pérez Roque (relegado a miembro de una comisión) y Alarcón, son figuras fuertes e internacionalmente conocidas, que fácilmente le quitan cancha al gris Raúl, mientras las que aparecen son discretos como él. ¿Los pondría Raúl?

El papel de los norteamericanos

La diplomacia norteamericana se ha mantenido con una sorprendente prudencia y hasta ahora sus iniciativas parecen destinadas a crear el caldo de cultivo para las dinámicas intestinas, sin decretarlas ni imponerlas. Más bien por el contrario las torpezas, explicables por la pasión de hombres transterrados, vienen de Miami. Lincoln Diaz-Balart diputado republicano de Florida prácticamente llamó a una insurrección popular en momentos en que hay un alerta militar en la isla y una intensificación del espionaje de los Comités de Defensa de la Revolución. Una salida a las calles podría quemar en un intento apresurado y emocional las fuerzas necesarias para mantener la oposición a punto, y sacrificarlas en una acción suicida, pero con el suicidio de los demás.

El gobierno norteamericano actúa de otra manera por el momento. El Segundo Informe de la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre destina 80 millones de dólares para romper el aislamiento informativo y "dar poder a los cubanos para que preparen el cambio". Más 35 millones de dólares para Radio y TV Martí, 8 millones para el Programa de Cuba de la Agencia estadounidense para el Desarrollo (USAID), 20 millones de dólares anuales para la oposición cubana..."Demuestra(n) que estamos trabajando activamente por un cambio en Cuba, no simplemente esperando el cambio", afirmó Bush. "Para apoyar un gobierno de transición en Cuba, prometemos suministrar comida de emergencia, agua, combustible y equipamiento médico (...) Y prometemos desalentar a terceros... de intervenir para obstruir la voluntad del pueblo cubano". Esos “terceros” fueron arrojados al rostro de los bolivarianos de Venezuela.

La habilidad del Departamento de Estado en manejar la dinámica será esencial para un desenlace democrático. Por razones históricas los cubanos son sensibles a una especie de irredentismo patriótico antinorteamericano que el comunismo explotó al máximo. Posiblemente se deba a la incapacidad de Cuba para obtener la independencia nacional por sus propias manos y a haberse visto obligada a pedirle a EEUU que invadiera para expulsar a España. También la enmienda Platt y otros acontecimientos

Las revelaciones de Lula

Cómo consecuencia de décadas de agit prop, parte importante de la sociedad cubana se siente enemiga de EEUU, atribuye sus desgracias al llamado “bloqueo” y Castro tuvo la astucia de machacar esta idea que era una de sus fortalezas. El régimen se construyó sobre el chauvinismo anti gringo y la revolución fue un producto endógeno a diferencia de los países de Europa Oriental donde fue impuesta por los tanques rusos de la Segunda Guerra Mundial.

Lucio Colletti cuando rompió con el comunismo, declaró que se iba “del reino de la mentira”. Y nadie con mayor destreza en la materia que Castro y sus acólitos, cosa propia del autoritarismo revolucionario que actúa fuera de la “moral burguesa” a nombre de la “moral revolucionaria” (“dentro de la revolución todo, fuera de la revolución, nada”) máxima sencillamente amoral. Sus acólitos estaban –están- en todos los rincones del mundo y el brazo largo de Fidel Castro manejó la censura y el descrédito contra intelectuales, escritores, pintores, músicos, pensadores, cineastas (pero también en el mero Estados Unidos) que osaban cuestionar lo que ocurría en la isla del Dr. Castro.

Muchos aún hoy se incorporan desconfiados al debate sobre la hipotética situación del caudillo, sobre si se recupera y todo es una terrible y genial operación política, o si ya está muerto, un intento de prevenirse de las reacciones de la nomenclatura. Pero hay una fuente excepcional y en extremo confiable, Lula Da Silva. En una de esos hábiles movimientos políticos que realiza constantemente, sotto voce le da la noticia al mundo. Según publica la Folha de Sao Paulo el 5 de agosto, Lula le hizo saber al periódico oficiosamente que “la salud de Fidel Castro es peor de lo que públicamente se admite”... "dijeron (a Lula) que (Castro) puede quedar inhabilitado para retomar el poder real, aunque se recupere de la enfermedad -un tumor maligno en el abdomen- según la versión que el gobierno trabaja"... “parece que vamos perder a nuestro amigo", habría dicho Lula.


Hay un elemento esencial para el análisis y para imaginar hacia dónde pueden empujar los acontecimientos. Según el Presidente de Brasil la enfermedad "desató un proceso de transición que no será interrumpido"...pero que... "no llevará a un escenario de colapso como vivieron los regímenes socialistas del este Europeo". Pese a su exclusión del quinteto del poder, según Lula... “Felipe Pérez Roque de 41 años, es el nombre más fuerte para componer con Raúl Castro de 75, la espina dorsal de un nuevo esquema de poder", porque (Pérez Roque) sabe que... "sería inevitable una flexibilización del régimen, por lo menos en el área económica". Podría ser que viniera un nuevo enroque de la mano de Lula en la cúpula cubana y los Estados Unidos no deberían descuidar la importancia de la décima economía del mundo en un río revuelto como ese.

carlosraulhernandez@gmail.com

 
 
 
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