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El planeta Corea del Norte
por Luis  DE LION
sábado, 12 febrero 2005

 

Cuando me dispongo a escribir sobre Corea del Norte, inmediatamente surge una sensación interplanetaria, como si se tratara de una crónica de ciencia ficción, a decir de las pocas imágenes e informaciones objetivas que se poseen, así como por el hermetismo, la lejanía y el aislamiento al cual mantiene Kim Jong II sometida a Corea del Norte.

Pero en algo más terrenal, como lo es la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, el gobierno norcoreano, desde hace años mantuvo unas conversaciones imprecisas, con declaraciones ambiguas, llenas de chantajes y de desplantes. Por lo que el anuncio realizado el pasado viernes 11 de febrero desde Pyongyang oficializando el hecho que Corea del Norte es poseedora del arma nuclear, confirma las sospechas que se tenían al respecto.

La noticia trajo una sobrentendida carga antinorteamericana, cuando en el propio anuncio oficial se señala que la fabricación del arma nuclear se hizo con el único fin de defenderse de la amenazante política de Bush.

Tampoco es casualidad que el anuncio se haga justo en el momento en que el mundo entero – y no solo los EE.UU. – se pregunta si Irán no estaría a punto de hacer un anuncio similar. Sin olvidar que en el pasado reciente Irán y Corea del Norte intercambiaron misiles, entre otras cosas.

En concreto, el hecho es que Corea del Norte enriqueció su Uranio, ¿estará Irán enriqueciendo el suyo? si la respuesta a ésta interrogante es afirmativa, automáticamente la política mundial de no proliferación de armas nucleares habrá llegado a su fin.

El momento es delicado y los EE.UU. deben manejarse con guantes de seda, particularmente con Irán, por cuanto ésta nación ha jugado un papel importante, en el proceso de democratización y reconstrucción de Irak y desde Teherán verían con muy malos ojos, cualquier acción de parte de los EE.UU. que busque castigar a Corea del Norte.

De tal manera que el país llamado a encargarse del espinoso dossier Corea del Norte, es la China, vecina y aliada del régimen de Pyongyang desde hace mucho tiempo. Pero la China de hoy ha cambiado mucho, es una potencia que juega en otra liga muy distinta a la de Corea del Norte. En ese sentido, desde hace un tiempo para acá, aproximadamente unos 250 generales norcoreanos se han asilado en China, una silenciosa disidencia que constituye una suerte de golpe de estado contra Kim Jong II. Dicha sedición castrense ha sido administrada por la China con criterio de escasez, a los fines de ir asfixiando lentamente al régimen norcoreano. En el marco de una hábil política exterior China, dado que en Pekín están conscientes que la amenaza nuclear norcoreana tiene como blanco a la China y no a los EE.UU. como virtuosa y demagógicamente quieren hacerle ver al mundo desde Pyongyang.

Si leemos entrelíneas el anuncio de Kim Jong II, podemos entrever que éste está claramente consciente que si bien no puede detener lo que la China hábilmente ha administrado en su contra, entonces como buen autócrata ha decidido precipitar los acontecimientos, así no lo quieran ver, ni entender las viudas de la guerra fría, que aún creen que la China juega en la liga roja. 

 

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