“El gobierno más
perfecto es aquel que proporciona a su pueblo mayor suma de
de felicidad, mayor suma de Seguridad y de Estabilidad
Política”
S.E. El Libertador, Simón Bolívar
El
día martes en la noche, el pueblo venezolano, otrora ejemplo
de eficiencia, paz y libertad democrática en América Latina,
chocó con la trágica noticia de la muerte de tres jóvenes
venezolanos, menores de edad y su chofer, padre de dos
niñas; quienes previamente habían sido secuestrados, con
todo un modus operandi propio de un ajusticiamiento.
Esto ha traído como consecuencia toda una efervescencia
nacional, que movilizó a las masas nuevamente a las calles,
por una razón ya conocida por todos nosotros, EL LUTO
NACIONAL, y el espíritu genuinamente democrático –digan lo
que digan y hagan lo que hagan, los que sean partidarios de
oscuros propósitos personalistas-, y todo para pedir
justicia y para hacer escuchar los reclamos de la mayoría,
que ve como poco a poco se le cierran los canales legítimos
para clamar por sus necesidades.
Al mismo tiempo, un compañero de los medios de Comunicación
Social, cayó a manos de un cobarde inescrupuloso, quien huyó
tras haber disparado contra este reportero de la Cadena
Carriles, que solo atendía al cumplimiento de un deber: El
de informar, a pesar de no haber estado la manifestación de
la UCV en su pauta inicial…pero así son los verdaderos
profesionales…Siempre llamados a cumplir con sus tareas.
Ahora bien, todo esto deja al descubierto una vez más la
tragedia en la que se debate nuestra maltratada Venezuela, y
saca a relucir lo más sórdido de nuestros fantasmas pasados
y presentes: En primer lugar, la pérdida total y absoluta de
valores éticos y morales dentro de nuestra sociedad, ubicada
en el hemisferio occidental, donde históricamente se ha
considerado a la Vida y a la Libertad como Derechos Humanos
Inalienables (de primera generación), tanto así que lo mismo
también es recogido por el Derecho Internacional Público
como las “Obligaciones Erga Omnes”, es decir, que son
“Derechos Universalmente aceptados, los cuales todo Estado
está obligado a promover y resguardar”; y en segundo término
nos encontramos una vez más frente al hecho de que el Estado
Venezolano como ficción institucional producto de un
acuerdo, llamado en Ciencia Política como el “Contrato
Social”, vía ejercicio inadecuado del poder por parte del
Gobierno, se encuentra en una crisis sin precedentes.
Echando mano de nuestros más rudimentarios conocimientos
sobre la Política como Ciencia, hay que decir que “El Estado
tiene como elementos constitutivos al territorio, la
población y al ordenamiento jurídico”. Este último, es
decir, el ordenamiento jurídico viene a surgir gracias a un
acuerdo de las individualidades que viven en un determinado
espacio, y que ante la carencia de una autoridad que regule
el acceso a los recursos limitados ante nuestras necesidades
crecientes, se entra en un proceso de anarquía, o lo que es
lo mismo, una lucha existencial. Ahora bien, el Contrato
Social, que estimula la vida en sociedad de un determinado
conglomerado humano, viene a procurar aquello que da sentido
a la ciencia política: El Orden como antídoto a la Anarquía
y a los juegos “Suma Cero”.
Por todo lo argumentado supra, el Estado como Ficción
Jurídica y Política, requiere de una instancia material que
lleve a cabo el mantenimiento de la Vida en Sociedad. Es por
ello que a la par que nace el Estado, de la mano surgen el
Gobierno y el concepto de Soberanía; que se divide en dos
grandes campos a saber: A nivel Interno implica el ejercicio
legítimo del monopolio de la violencia por parte de quien
ostenta el poder de manera temporal, léase bien, de manera
temporal (v.g. El Monarca en tiempos antiguos y
contemporáneamente los Presidentes de la República o los
Primeros Ministros y/o Jefes de Gobierno) en todos los
rincones del territorio de ese Estado y; A nivel Externo
representa el hecho de ejercer únicamente la autoridad
frente al Territorio y la Población propia, sin inmiscuirse
en los asuntos internos de otro Estado; por lo cual se
desarrolla una relación de Primus Inter Pares, donde todos
son iguales ante la Ley.
Siendo este el Deber ser de la Ciencia Política, podemos, a
través de este piso conceptual, evaluar y quizás hasta
responder a la duda razonable que nos surge gracias a todos
los acontecimientos que aquejan a nuestro país, siendo el
más reciente, la muerte de 5 ciudadanos inocentes a manos de
criminales, que por serlo, viven entre las sombras.
Venezuela, gracias al ineficiente ejercicio del poder por
parte de la élite política que hoy por hoy ostenta el
gobierno; producto de un discurso incendiario que trata de
remarcar las diferencias entre las clases sociales, y de una
mentalidad en exceso disuasiva, ha generado una “Anomia
Social”, es decir, un desdoblamiento de los valores y
principios constitutivos del ser y del vivir en sociedad
cosa que trae como consecuencia “una relación dialéctica
entre lo que es correcto y lo que no”, cosa que confunde a
las masas y las devuelve a su estadio más primitivo, o lo
que es lo mismo el Estado de Naturaleza; rompiendo así de
tajo al Contrato Social y al Estado como su expresión
institucional.
Lo que resulta más triste de todo es que es el mismo
Gobierno, legítimo en origen, pero cada vez más ilegítimo
por desempeño, en vez de procurar la unidad u orden
nacional, o lo que es en palabras del Libertador, icono al
que tanto apela, “mayor suma de de felicidad, mayor suma de
Seguridad y de Estabilidad Política”, lo que hace es generar
el desorden, la confrontación, el odio y la promoción de
antivalores, siendo el mayor de ellos la Cultura de la
Muerte, y todo por ansias de arrasar la disidencia y con
ello, ostentar el Poder de manera indefinida, el cual solo
le pertenece al PUEBLO.
No es posible que gracias a la ineficiencia de nuestra clase
dirigente, la cual sufre de paranoia compulsiva de una
posible invasión del Imperio, es decir, de los Estados
Unidos, país con quien antes manteníamos unas relaciones
exteriores cordiales y de amplia cooperación, y ahora, solo
gracias al discurso artificial y trasnochado de
confrontación ideológica, se trata de fabricar cortinas de
humo tan solo para tapar la incapacidad; se compren
helicópteros y demás armamentos para la Guerra Asimétrica, y
se regalan recursos a diestra y siniestra; mientras
venezolanos, día a día, fin de semana tras fin de semana,
son robados, secuestrados y hasta asesinados, ante la mirada
impávida y hasta complaciente de unos cuerpos de seguridad
del Estado, cuyas tropas son mal formadas, mal pagadas,
maltratadas desde el punto de vista de su seguridad social,
y ahora divididas y quizás hasta anarquizadas en sus valores
éticos por no saber a quien servir: Si a la ciudadanía o al
partido de gobierno de turno.
Todo esto nos lleva a la funesta conclusión de que el Estado
Venezolano cada vez ostenta menos, -y todo gracias a las
ansias del poder por el poder mismo-, el monopolio legítimo
de la violencia a lo largo y ancho de nuestro territorio y
sobre la población quien se siente cada vez menos atendida y
más indefensa ante la impunidad y la formación paulatina de
un paraestado criminal que se forma día a día en Venezuela,
teniendo un Estado que da mayor suma de infelicidad, mayor
suma de inseguridad y mayor suma de inestabilidad política.
El Crimen de los hermanos Faddoul, su Chofer y del
Periodista Gráfico de la Cadena Carriles, son apenas la
punta del Iceberg; el detonante por así llamarlo de la lucha
de un pueblo pacífico y democrático contra las tinieblas del
crimen, la impunidad y la opresión en pos del orden, la
justicia y la libertad…Ya que de las páginas de la historia
del mundo sobran ejemplos de naciones que entraron a este
espiral de violencia, y que solo tuvieron como pago, muerte,
tristeza y desolación.
Luchemos para que esto no suceda en Venezuela…porque todo
esto, se quiera o no, tiene trasfondo político: entre el
orden, el progreso y la libertad o el caos, la injusticia y
la muerte.
Venezuela, despierta y Reacciona, es el momento!!!
carlosjrlunar@hotmail.com