Sin
duda que el pueblo iraquí demostró ser un verdadero bravo
pueblo, el cual desafiando las amenazas de muerte en su contra,
logró colocar la primera piedra para la futura instauración – y
no restauración – de un régimen democrático en Irak. Sabemos de
muchas democracias occidentales, donde por razones mil veces mas
fútiles, los electores habitualmente se abstienen de votar.
Así
pues, los millones de iraquíes que participaron en éstas
elecciones de la era post- Saddam, apreciaron el inestimable
valor del voto, así lo hayan hecho por unas listas, cuyos
componentes prácticamente desconocían, pero en el fondo lo que
expresaron era su obstinación y su repulsión contra aquéllos que
se empeñan en remplazar a Husseim por un terrorismo importado.
Otro vencedor en estas elecciones,
hay que reconocerlo, ha sido la administración Bush, la cual se
empeñó contra vientos, mareas y muchas bombas, en mantener un
calendario electoral el cual muchos “observadores”
internacionales consideraban como una locura. La testarudez de
Washington nos ha mostrado su lado positivo, falta ahora que se
manifiesten todos aquéllos políticos occidentales, que
consideraron a la nación iraquí, como un territorio donde
convergen unas tribus, multiconfesionales, incapaces del más
mínimo gesto o signo cívico-democrático.
No cabe duda que lo mas difícil
está por hacerse, que el escrutinio por sí solo no resolverá el
grave problema que representa la hiedra terrorista, enraizada a
partir de las alianzas de políticos baasistas, salafistas y del
degollador Al Zarqaoui, por cierto que éste último era el
favorito en las elecciones según alguna prensa internacional.
Como quiera que sea, hoy es imposible saber a ciencia cierta
cual fue la ganancia política del pueblo iraquí, sin embargo, se
ganaron el respeto de la comunidad internacional.
Hoy Irak está por dotarse de una
Asamblea Nacional, de un gobierno provisional y de un proyecto
de Constitución, poseedores todos de una legitimidad que Saddam
Hussein nunca tuvo. En ese sentido, y a decir del acercamiento
que se está viviendo entre israelíes y palestinos, las recientes
y exitosas elecciones iraquíes se enmarcan dentro una óptica de
paz regional, que no debe pasar desapercibida para la ONU.
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