¡Tierra a la vista!
por Antonio Sánchez García
martes, 29 noviembre 2005

A nuestros mártires, in memoriam

 

            Un año, un largo, doloroso y frustrante año de tristeza, muerte y desolación ha tenido que transcurrir para que por fin comencemos a salir del naufragio del 15 de agosto y comencemos a vislumbrar un nuevo sendero. Un año de extravío y vergüenza, de solitaria travesía del desierto, de incomprensión y complicidad, para que al final del túnel se encienda esta lucecita. Por primera vez después de una derrota que no fue tal, de un golpe bajo, avieso, tramposo y criminal, comenzamos a sentir nuestra poderosa musculatura pronta a responder a los requerimientos del corazón. Por fin podemos gritar: ¡tierra a la vista!

 

            Porque después de ultrajar la honra de la Venezuela democrática con el fraude más descomunal de la historia de América Latina – y por sus peculiares características, el primero y mayor en su género en el mundo entero – el régimen se creyó blindado para siempre. Lo que venía después de la suntuosa  compra en subasta pública de Jimmy Carter y César Gaviria – con el beneplácito de Gustavo Cisneros, el mercader -, lo que venía luego de taponarle la boca a las cancillerías de las democracias occidentales con petrodólares y corromper hasta la médula a la llamada “nueva izquierda latinoamericana”, ese espantapájaros kirchnerianolulista, era la gobernanza hasta el 2021. Aparentemente, la yugular de nuestra sociedad civil había sido cercenada de un solo cuchillazo.

 

            ¡Qué inmensa, qué gigantesca sorpresa se habrán llevado quienes juraban que el espíritu libertario de la patria había sido asfixiado y yacía moribundo y sofocado! Por primera vez desde que Rómulo volviera a poner las cosas en su sitio, hace cincuenta años, la patria vuelve a levantar cabeza y puede exhibir con orgullo su vocación de combate. Más pudieron Patricia Poleo, Rhona Ottolina y María Corina Machado que los 350 mil millones de dólares y los más de cien mil muertos que pesan sobre la conciencia del peor gobierno de nuestra historia. Más pudieron las mujeres y los hombres anónimos de nuestra sociedad civil que todos los políticos y negociadores. Más pudo la conciencia de nuestros comunicadores que las faltriqueras de nuestros banqueros y empresarios.

 

            Ha nacido una nueva Venezuela. Allí está, tierra de gracia al alcance de nuestros ojos. No la perdamos ni un solo instante de vista. Es nuestra patria futura. El sostén de nuestras luchas. Que nadie nos la arrebate.