El
pensamiento político de la derecha democrática se basa en estos
principios:
1) El valor clave de la política y eje de la dignidad humana es
la libertad: de conciencia, de opinión, política y económica. 2)
La sociedad debe organizarse en función de la libertad de los
individuos y el equilibrio entre derechos y deberes.
3) Sin
propiedad privada no hay libertad. 4) Como dice Friedman, una
sociedad que coloca la igualdad por encima de la libertad
acabará sin igualdad y sin libertad. 5) El poder y funciones del
Estado deben limitarse. 6) La justicia social es una aspiración
sentimentalmente comprensible y a la vez indefinible. Una
sociedad civilizada debe ocuparse de los menos aventajados en su
seno, pero sin paternalismo. 7) La pobreza es un mal y ser pobre
no es digno en sí mismo. Una sociedad que no sea capaz de crear
riqueza siempre será pobre. 8) El único sistema económico capaz
de sacar a millones de la pobreza es el capitalismo. 9) El
socialismo conduce a las sociedades al empobrecimiento. 10) El
capitalismo debe sustentarse en un marco de leyes iguales para
todos. 11) La democracia significa ser capaces de cambiar a los
gobiernos en un tiempo definido sin el uso de la violencia. 12)
La izquierda triunfa en el terreno emocional, pero fracasa en el
de la libertad y la lucha contra la pobreza.
La derecha ha sido estigmatizada por la intelectualidad de
izquierda. La historia de Occidente durante los pasados dos
siglos ha estado dominada por el pensamiento socialista, y
todavía hoy, a pesar de la inviabilidad de las fórmulas
económicas y políticas de izquierda, los mitos se imponen a la
racionalidad. Los intelectuales de izquierda son individualistas
que abrazan el colectivismo. Durante las décadas de predominio
ideológico marxista la derecha fue deliberadamente señalada como
portavoz del egoísmo, el desprecio a los débiles y el
autoritarismo político. Mas lo que ocurrió de hecho fue que el
socialismo colapsó por su esencia totalitaria y caos económico,
y el capitalismo y la democracia liberal se impusieron.
No obstante, el socialismo como propuesta no perecerá, pues es
un fenómeno cultural enraizado sicológicamente en el legado
tribal de la humanidad. La izquierda es hoy una fuerza
claramente reaccionaria, que vive de las nostalgias del pasado y
carece de respuestas eficaces frente a los retos de la libertad
y la prosperidad material. La irreversible crisis del socialismo
europeo lo demuestra. Como vimos hace poco en Francia, la
izquierda cerró las puertas a cualquier reforma que aumente el
empleo y favorezca a los grupos más pobres, especialmente a los
jóvenes musulmanes que languidecen sin empleos ni esperanzas.
Francia es una sociedad decadente debido a su apego a los dogmas
de izquierda.
En América Latina también contemplamos la resurrección de esos
cadáveres del pretérito socialista, pues el nuestro es un
continente que teme al futuro, no se ajusta a los cambios
inducidos por la globalización, parece incapaz de dejar atrás
sus fantasmas colectivistas, y se doblega ante la demagogia
caudillesca.
En el plano internacional la izquierda es en muchas partes
aliada del fundamentalismo islámico. Su única bandera es el odio
a los Estados Unidos, odio cuya virulencia les lleva a asociarse
con los más implacables enemigos de Occidente, sin importarles
su naturaleza anti-democrática, su opresión de la mujer, su
fanatismo religioso y sus métodos terroristas. La izquierda
mundial está con Saddam Hussein y contra Bush. Cuestiona la
guerra de Irak pero oculta su carencia de opciones ante lo que
el Presidente estadounidense, con inmenso coraje, decidió hacer.
En Venezuela hay un espacio social susceptible a un mensaje de
derecha, democrático y modernizador, pero existen dos
obstáculos: Por una parte la derecha incipiente necesita
comunicar más adecuadamente su proyecto, superando las barreras
creadas por la hegemonía ideológica tradicional de izquierda.
Por otra parte no hemos tenido las figuras políticas de carne y
hueso con el coraje intelectual, la preparación y la capacidad
organizativa para plantear el debate, sobreponerse al chantaje
de la izquierda, y crear una fuerza con presencia nacional. Para
tener éxito ese mensaje debe hablarles a las personas en
términos prácticos. La propuesta es: libertad, democracia,
creación de riqueza y prosperidad común. ¿Cuáles son los países
que avanzan y cuáles se quedan atrás? ¿Han servido para algo las
fórmulas socialistas excepto para generar autoritarismo y
pobreza? ¿Adónde nos ha traído el populismo? ¿Prefieren los
venezolanos las frágiles dádivas del gobierno al avance personal
y de sus familias mediante su trabajo? Pienso que un porcentaje
significativo quiere algo diferente a lo que tenemos y hemos
tenido, y las dádivas del Estado eventualmente se acabarán.
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