|
|
Ejército
Venezolano:
¿Forjador de Libertades?
por Aníbal Romero
miércoles, 29
junio 2005
|
|
Es
hora de poner en cuestión el lema con el cual se autoidentifica
el Ejército de Venezuela. Lo de "forjador de libertades" hay que
ganárselo; no es posible aceptarlo como si se tratase de un
derecho adquirido. Desde una perspectiva histórica debemos tener
claro que la guerra de Independencia nos dió eso: independencia,
mas no libertad. En otras palabras, una cosa es la independencia
frente al dominio de un poder extranjero, y otra distinta la
libertad de los ciudadanos en el espacio público de un Estado.
La batalla de Carabobo selló la independencia, pero los
venezolanos comenzamos a disfrutar de libertad bajo la ley a
mediados del siglo veinte, bajo la democracia establecida en
1958.
Cabe precisar también lo siguiente: El Ejército venezolano
se promueve como heredero de las glorias de los Libertadores. No
obstante, nuestro país no tuvo propiamente un ejército nacional
hasta el período gomecista. Desde un punto de vista simbólico,
el lema "forjador de libertades" puede justificarse en alguna
medida en conexión con lo ocurrido entre 1811 y 1824, pero se
trata de eso: de un símbolo. Con excepción de los cuarenta años
entre 1958 y 1998, el Ejército venezolano no ha sido
precisamente un ente dedicado a forjar libertades.
En nuestros días el concepto de libertad ha perdido
contenido en Venezuela, tanto en el plano teórico como en el de
la práctica política. Los errores que con frecuencia se cometen
en la caracterización del actual régimen, así como no pocos de
los desatinos de la oposición democrática, tienen mucho que ver
con la desnaturalización de la idea de libertad, tal y como ésta
debe entenderse en una República digna de ese nombre.
Los que se rehúsan a caracterizar al actual régimen como una
autocracia o dictadura constitucional, nos dicen que acá
seguimos experimentando una serie de libertades, de expresión,
de movimiento, de reunión, y de hacer elecciones, entre otras.
Sin embargo, se deja de lado que las presuntas libertades de que
aún gozamos los venezolanos no son resultado de un arreglo
institucional (división y autonomía de los poderes públicos y
vigencia de los principios constitucionales); no son tampoco
derechos protegidos por un gobierno representativo y
reemplazable sin el uso de la violencia. No; las "libertades"
que tenemos son una concesión graciosa del Estado, una dádiva
temporal y precaria por parte de un régimen que todavía cuida su
imagen, y por los momentos no teme a la oposición. La Venezuela
de hoy no es un país libre, sino una sociedad subyugada por la
autocracia de un caudillo de izquierda, tan condenable como
todos los que han surcado nuestra historia.
También en el exterior, la coartada de las supuestas
"libertades" en Venezuela es utilizada por la mediocre y
oportunista dirigencia latinoamericana, y por acobardados
demócratas en Europa y Estados Unidos, que se escudan bajo ese
argumento para proseguir su conducta de condescendencia hacia el
régimen revolucionario, con una miopía que a la postre les
resultará cara.
Sería injusto, al menos hasta el presente, condenar al
Ejército venezolano en su conjunto, a la institución en su
totalidad, por su papel en medio del torbellino de la revolución
de Hugo Chávez. No obstante, es evidente que buen número de
individualidades dentro de ese cuerpo, de manera particular en
los mandos superiores y medios, se han entregado sin reparos al
servicio del régimen, y permiten humillaciones tan dolorosas
como la sistemática penetración de los servicios de inteligencia
cubanos en nuestra Fuerza Armada, con especial énfasis en el
adoctrinamiento marxista de la oficialidad joven.
El Ejército venezolano, supuesto forjador de libertades,
establece una alianza cada día más intensa con la Cuba
castrista, y sustituye sus tradicionales lazos con naciones
democráticas con los vínculos hacia un tirano y su oprobiosa
revolución. ¿Hasta dónde llegará nuestro Ejército en la senda
que Hugo Chávez ha trazado para ellos? Lo ignoro, pero ya a
estas alturas del proceso el lema "forjador de libertades" suena
como mínimo cuestionable, como máximo cínico. Venezuela dejó de
ser una democracia y hoy no es sino una autocracia de izquierda
con apoyo militar. No obstante, Venezuela sobrevivirá y
reconquistaremos la libertad. ¿Pero sobrevivirá el Ejército? El
desafío está en sus manos. De proseguir la ruta que ahora
transitan, el Ejército venezolano será destruido como ente
profesional, y convertido en una milicia ideologizada,
subordinada a un poder extranjero.
|
|
|
|
|
|
© Copyright 2005 - WebArticulista.net -
Todos los Derechos Reservados. |
|
|
|
|
|
|