La
definición que da el DRAE de la palabra obeso es bastante
escueta: ³Dicho de una persona: Excesivamente gorda². La
definición es válida, pero en el uso de dicha palabra suelen ir
implícitos otros datos, que deberían aparecer en el DRAE.
El Diccionario de uso del español de América y España VOX,
que no vacilo en recomendar, agrega una noción interesante:
³Persona que padece obesidad: las personas obesas padecen con
mayor frecuencia de hipertensión². Y de obesidad
registra: ³Estado patológico que se caracteriza por un exceso o
una acumulación excesiva y general de grasa en el cuerpo: un
exceso de alimentos puede producir obesidad, con el consiguiente
aumento de riesgo de infarto cardíaco, arteriosclerosis,
hipertensión y otras enfermedades².
Es muy importante la referencia que hace este diccionario al
fundamento patológico de la obesidad. Sin embargo, es
evidente que la obesidad, aun la excesiva, si bien es
obviamente anormal, no siempre es propiamente una enfermedad,
como lo sugiere este excelente diccionario. Muchas veces,
ciertamente, es efecto de trastornos de la tiroides y de otros
males, pero a menudo es consecuencia de malos hábitos
alimenticios tenidos desde la infancia.
Otro magnífico diccionario, el Diccionario del español actual,
de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, también agrega
otras referencias importantes: ³obeso-a: Persona excesivamente
gruesa. También figuradamente referido a cosa (Š) Las
compañías aseguradores sólo admiten el contrato de seguros de
vida en los obesos mediante sobreprima. (Š) Resplandecen
un plato de lomo de cerdo a la montañesa y las magras al estilo
de Huesca, con tomate, que conviene sean obesas y desaladas con
leche². Esta acepción de obeso, aplicable a cosas y
no a personas (en este caso a magra, carne de cerdo
magra, sin grasa) es poco usual, al menos en Venezuela. En todo
caso es un uso metafórico del vocablo, plenamente válido.
Es común la idea, recogida incluso por la Psicología, de que las
personas obesas, de tipo pícnico, según cierta
clasificación psicológica, son alegres y simpáticas, lo cual
pareciera contradictorio, pues se tiende a suponer, como es
lógico, que la obesidad debiera ser una fuente de
sufrimientos. Pero en la práctica es, en efecto, muy frecuente
que los obesos sean agradables, chistosos, afables,
incluso buenas personas, aunque, por supuesto, hay excepciones,
a veces muy notorias.
También es notorio que, por la mentalidad que exhiben ciertos
obesos, pareciera que sus cerebros no estuviesen formados
por neuronas, sino por grasa de la misma del resto de sus
cuerpos.
Obeso deriva del latino obesus, ³el que ha comido
mucho².