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Satírico
por Alexis Márquez Rodríguez
domingo, 5
febrero
2006
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El
adjetivo satírico designa lo que se refiere o es propio
del sustantivo sátira. Y esta se define como ³Composición
poética u otro escrito cuyo objeto es censurar acremente o poner
en ridículo a alguien o algo. || 2. Discurso o dicho agudo,
picante y mordaz, dirigido a este mismo fin² (DRAE). (En este
caso el vocablo discurso no se refiere específicamente al
género oratorio, sino al concepto lingüístico en general,
referente a todo clase de construcción de lenguaje oral o
escrito, incluso de otros tipos no articulados).
Como bien lo señala la definición del DRAE, la sátira
puede ser una composición poética, pero también de otra clase,
en prosa o en verso. Su propósito es expresamente el de criticar
con mucha dureza, acremente, o poner en ridículo algo o a
alguien, para lo cual la sátira recurre con frecuencia al
humor, sin pertenecer necesariamente al género humorístico. Como
es obvio, se trata en tal caso de un humor duro, picante,
destinado no sólo a hacer reír, sino también a fustigar y
censurar con saña y crueldad determinados hechos y conductas
individuales o sociales. En este sentido es muy importante la
sátira que se expresa más allá de las palabras, mediante,
por ejemplo, la caricatura, sea que lleve texto escrito o no. Es
la sátira que se expresa, como antes señalé, con un
lenguaje no articulado, en este caso el dibujo caricaturesco.
En Venezuela hemos tenido verdaderos maestros de este tipo de
sátira, de la cual el más agudo y brillante exponente es,
sin duda, Pedro León Zapata, heredero, a su vez, de otros
grandes del pasado, entre quienes descuella Leoncio Martínez,
Leo.
La sátira, como ya vimos, puede apuntar a lo individual o
a lo colectivo o social. En el campo de la política es muy común
la individual, que se enfoca contra una persona determinada,
generalmente de importancia y significación. Pero no se aplica
sólo en el mundo de la política, pues también suele escoger sus
blancos en ámbitos como el literario, el religioso, el
deportivo, el económico, el de las artes, etc.
La sátira social o colectiva no se dirige a una persona
determinada, sino a un conjunto de personas, a un fenómeno
colectivo, aun a la sociedad en general. En Venezuela el poeta
Alfredo Arvelo Larriva, la máxima figura de nuestra poesía
modernista, fue un maestro de la sátira, tanto de la
individual como de la social. En una ocasión, acuciado por la
trágica muerte de un grande amigo suyo ahogado en el Lago de
Maracaibo, en un poema se refiere satíricamente al petróleo y
al aprovechamiento que del mismo hacen ciertas personas: ³El
petróleo es un dios bárbaro / y, por sobre bárbaro, zurdo. / No
es un dios: es sólo un fetiche / grosero y estúpido / que obra
prodigios y milagros / por intermedio de sinuosos brujos².
Son famosos también los versos satíricos de muchos poetas de
diferentes épocas, que han dado origen a un verdadero género
satírico. Como los de Sor Juana Inés de la Cruz, la gran
poeta mexicana del siglo XVII, máxime representante de la poesía
barroca hispanoamericana. Muy conocidas son las redondillas
donde satiriza la situación de inferioridad de la mujer en una
sociedad como la de su tiempo, dominada por un machismo cerril e
irracional. Lejos la monja, por cierto, del feminismo a
ultranza, como lo atestigua su abundante poesía profana, donde
canta, a veces con evidente exaltación erótica, el amor de
hombres y mujeres. Su defensa de la mujer se plantea en términos
mas bien filosóficos, nada elusivos, pero tampoco rastreros.
Son aquellas redondillas que comienzan ³Hombres necios que
acusáis / a la mujer sin razón, / sin ver que sois la ocasión /
de lo mismo que culpáis². Y continúan con estrofas demoledoras
como estas: ³¿Cuál mayor culpa ha tenido / en una pasión errada:
/ la que cae de rogada, / o el que ruega de caído? // ¿O cuál
es más de culpar, / aunque cualquiera mal haga: / la que peca
por la paga, / o el que paga por pecar?².
Finalmente, los vocablos sátira y satírico tiene
relación con el sustantivo sátiro, pero sólo morfológica
y etimológicamente, y no desde el punto de vista semántico. Me
refiero al vocablo sátiro en la segunda acepción que de
él aparece en el DRAE: ³En la mitología grecorromana, divinidad
campestre y lasciva, con figura de hombre barbado, patas y
orejas cabrunas y cola de caballo o de chivo². De este, a su
vez, deriva el uso de sátiro para definir al ³Hombre
lascivo², y de satiriasis: ³Estado de exaltación morbosa
de las funciones genitales, propio del sexo masculino².
Oiga de lunes a viernes, a las 11,10 a.m. (nuevo horario), el
micro CON LA LENGUA EN ONDA, por RADIO ONDA 107.9 FM,
la superestación, en el programa de Mari Montes.
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