Cortesía
por Alexis Márquez Rodríguez
domingo,
30 octubre 2005
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Cortesía
es, en primer lugar, ³Demostración o acto con que se manifiesta
la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona²
(DRAE). El mismo diccionario dice que cortesía viene de
cortés, y define este como ³Atento, comedido, afable,
urbano².
Más precisa es la definición de cortesía de doña María
Moliner en su siempre imponderable Diccionario de uso del
español: ³Conjunto de reglas mantenidas en el trato social,
con las que las personas se muestran entre sí consideración y
respetoŠ².
No hay duda de que la cortesía es asunto de buena
educación. Para ser cortés no es necesario que se tenga
amistad, cariño o afecto por la persona a quien se trata de ese
modo. Es más, el trato que damos a personas a las que amamos,
con quien nos une la amistad íntima o el mayor afecto no es, de
hecho, propiamente cortesía, sino mas bien cariño,
definido por el DRAE como la ³Inclinación de amor o buen afecto
que se siente hacia alguien o algo². Lo que sí está en la base
de la cortesía es el respeto y la consideración. De ahí
que el tratar cortésmente a alguien no significa que esa persona
sea nuestro amigo o amiga, ni que sea objeto de nuestra
admiración ni de nuestro afecto. Obsérvese que cuando el DRAE
define la cortesía y enumera las formas como se
manifiesta, ³atención, respeto o afecto², emplea la conjunción
disyuntiva ³o², señal de que dichas formas no son acumulativas,
y pone en evidencia que atención, respeto y afecto
son cosas distintas, cada una de las cuales, por separado, puede
ser expresión de cortesía, aunque, desde luego, también
pueden darse juntas. Es obvio que no siempre a quien se
atiende o se respeta es objeto de nuestro afecto,
pero sí puede serlo, y a veces debe serlo, de nuestra
cortesía.
De lo dicho se deduce que la cortesía, definida
escuetamente como el buen trato, puede y debe emplearse aun con
el enemigo, y hasta en las leyes de la guerra se incluyen normas
que, paradójicamente, prescriben el buen trato entre los
contendientes, y particularmente entre vencidos y vencedores.
La cortesía no impide plantear las cosas de manera
enérgica, y hasta dura, cuando es necesario. No es ocioso el
aforismo de que ³lo cortés no quita lo valiente². Existe,
además, lo que se llama cortesía diplomática, que no es
un conjunto de normas frívolas de comportamiento, o de
aplicación voluntaria o caprichosa, sino parte del Derecho
Internacional que obliga a los funcionarios y ciudadanos de un
país a un trato decente con los de otro país, aun en casos de
controversias y diferendos, por más agudos y conflictivos que
sean.
En general, en la actividad política, nacional o
iternacionalmente, la cortesía es de obligatoria
aplicación, aunque sus normas son de tipo autónomo, por lo cual
su incumplimiento no acarrea sanciones jurídicas, pero sí
morales, y a la larga produce graves daños.
Cortesía viene de cortés, y este del latino
cohors, ortis, ³séquito de los magistrados provinciales².
Oiga de lunes a
viernes, a las 11,30 a.m., el micro CON LA LENGUA EN ONDA,
por RADIO ONDA 107.9 FM, la superestación, en el
programa de Mari Montes.
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