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Respuestas pendientes
por Alexis Márquez Rodríguez
martes, 19 julio 2005

 

Con frecuencia recibo preguntas y comentarios que, inevitablemente, se van acumulando, por no tener tiempo y espacio suficientes para ir respondiendo al menos los que merezcan una respuesta. Hoy voy a ocuparme de algunos.

Un, uno, una

Desde Calabozo (Guárico) un viejo y querido amigo se refiere a la fea costumbre de casi todos los locutores y lectores de noticias ­muchos, incluso, licenciados en  comunicación social­ que dicen frases como ³Bob Abreu ha anotado veintiún carrerasŠ², violando la concordancia de género, pues si se trata de carreras, en femenino, el adjetivo numeral debe ser veintiuna, y no veintiún, que es masculino. Este error tan frecuente se produce porque se olvida o se ignora que el número uno, y todos los compuestos con uno, sólo se apocopan en un cuando se refieren a un sustantivo masculino: un perro, veintún automóviles, treinta y un edificios, ciento un bolívares... Pero si el sustantivo es femenino, el numeral  debe ir también en femenino: una casa, veintiuna mujeres, treinta y una maneras, ciento una cajas, etc.

Este error es parecido al que se comete, también con alta  frecuencia, cuando se dice veintiún por ciento, ochenta y un por ciento, en lugar de veintiuno por ciento, ochenta y uno por ciento.

Lo curioso es que se trata de una cuestión de lógica elemental, de sentido común, y sin embargo este error se comete con gran frecuencia, seguramente sin que quienes incurren en ello se den cuenta de lo chocante y vulgar que resulta tal dislate, que produce una impresión de vulgaridad e ignorancia en perjuicio de quienes así hablan o escriben.

Lenguaje figurado.

Un amable radioyente del programa de la periodista Mari Montes, en Radio Onda, la llama para criticarle el uso del verbo destripar, refiriéndose al estado en que quedó un automóvil al cual le cayó encima un árbol: destripado. La razón de la crítica, bien intencionada, por supuesto, es que si el automóvil no tiene tripas, mal puede ser destripado. Sí y no. Veamos.

Del verbo destripar el DRAE registra en primer lugar la acepción de ³Quitar, sacar o desgarrar las tripas². Pero a renglón seguido agrega otras acepciones: ³|| 2. Sacar lo interior de algo. || 3. Despachurrar (|| aplastar algo despedazándolo, estrujándolo o apretándolo)². Señala también una acepción inusual en Venezuela: ³coloq. Interrumpir el relato que está haciendo alguien de algún suceso, chascarrillo, enigma, etc., anticipando el desenlace o la solución². Y aún agrega una propia del habla mexicana: ³ 5. Méx. Interrumpir los estudios².

No estuvo, pues, mal empleado por Mari el participio destripado, referido a un carro estropeado por un árbol. Bien pudo decir también acachapado ­que no aparece en el DRAE, pero es válido­, sin que pudiera criticársele por el hecho de que el carro no hubiese quedado convertido en una cachapa, de esas tan sabrosas que venden en algunos retaurantes y areperas.

La explicación de estos casos reside en la existencia, que muchos pasan por alto, de un lenguaje recto y un lenguaje figurado. Llamamos recto al que se construye con el significado denotativo, ³el sentido primitivo o literal de las palabras² (DRAE), y figurado al que usa las palabras de modo ³que denoten ideas diversas de la que recta y literalmente significan² (Ibídem.). Para esto último nos valemos de las llamadas figuras retóricas, que son diversos artificios del lenguaje, como la metáfora, la metonimia, el oxímoron, etc.

El uso arriba comentado del participio destripado es una metáfora, que consiste en emplear una palabra o una frase con un sentido que no es el que estrictamente les corresponde, en virtud de una comparación implícita con otra cosa. El automóvil estropeado por el árbol que le cayó encima es comparable, imaginariamente, al cuerpo de una persona o un animal con las tripas afuera ­aquí sí literalmente­ por haber sido atropellados.
 

No deje de oír, de lunes a viernes, el micro CON LA LENGUA EN ONDA, por la emisora Onda 107.9 FM, en el programa de Mari Montes.

*

 Artículo publicado en el vespertino Tal Cual, edición del martes 19, julio 2005

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