Inicio | Editor | Contáctenos 
 
Webarticulistas
Manuel Malaver
Eli Bravo
Luis  DE LION
Roberto Palmitesta
Lucy Gómez
Alexis Márquez Rodríguez
Ted Córdova-Claure
Antonio Sánchez García
Aníbal Romero
Charles Cholaleesa
 
 
 
 
 
 
 
 

 

referencement

 


 
 

Algunos diminutivos y despectivos 
por Alexis Márquez Rodríguez
viernes, 15 abril 2005

 
Un joven lector, estudiante del Instituto Pedagógico, me pregunta si es cierto que Venezuela es un vocablo despectivo. Esta consulta me la  han hecho otras veces, y algo he escrito al respecto.

Mi joven consultante  se plantea la duda porque, dice, el sufijo  ­zuela se usa en compuestos despectivos como mujerzuela, escritorzuelo, bestezuela, ladronzuelo, etc. En estos casos tiene razón, pues efectivamente estos vocablos terminan en ­zuela y tienen carácter despectivo. Sin embargo, es fácil observar que en bestezuela y ladronzuelo el valor peyorativo no se los da sólo el sufijo, sino también, y quizás determinantemente, el significado del primitivo del cual cada uno deriva: bestia y ladrón.

Pero no siempre el sufijo ­zuela forma vocablos despectivos. Con frecuencia entra en diminutivos, que no necesariamente conllevan el signo despectivo: cazuela, por ejemplo, es un cazo pequeño, no de por sí despreciable; nietezuelo es un nieto pequeño, y el vocablo no sólo no es despectivo, sino que puede tener mas bien un toque  cariñoso; una fuentezuela es una pequeña fuente de agua, pero no necesariamente desdeñable; pañuelo es también un diminutivo, y no tiene nada de peyorativo; jovenzuelo o jovenzuela podemos decirle a un muchacho o muchacha, sin ánimo de zaherirlo; lo mismo con los términos mozuelo o mozuela. Estos vocablos pueden eventualmente usarse con tono despectivo, pero no siempre es así.  Lo despectivo suele estar más en la intención del hablante, que en la palabra misma.

No hay duda de que Venezuela es un diminutivo de Venecia, y la historia misma del vocablo prueba que es así. Porque la idea, aducida  como origen del nombre, de que los palafitos sobre el lago les hiciera  recordar a sus descubridores la Venecia del Adriático, es decir, una  Venecia en pequeño, no muestra per se ningún valor peyorativo.

Este mismo consultante me pregunta también si el vocablo maracucho, el gentilicio de los nativos en Maracaibo, por su terminación debe asimismo considerarse despectivo. Sobre  esto también he escrito varias veces. El sufijo ­ucho forma a menudo vocablos despectivos: periodicucho, medicucho, feúcha, cuartucho, avechucho, casucha, etc. Pero hay casos en que ese sufijo forma diminutivos sin contenido despectivo: aguilucho, serrucho, capucha, de águila, sierra y capa, respectivamente. Incluso se usa en hipocorísticos, que antes que despectivos suelen ser mas bien tratamientos cariñosos: Perucho, Marcucho (un hermoso cuento de Leoncio Martínez se titula  ³Marcucho el modelo²); Lucho y Lucha, por Luis y Luisa, lo mismo que Luisucho y Luisucha; Merceducha, Martucha, Mariucha, Marucha, Elenucha...

Incluso hay casos en que vocablos en ­ucho señalan determinadas situaciones, no necesariamente de manera despectiva. Si decimos de alguien que está debilucho, flacucho o paliducha, lo decimos posiblemente con preocupación, pero no siempre de modo despectivo.

Imposible saber si quien inventó el término maracucho lo hizo con intención peyorativa o para ofender. Lo más probable es que no.  En todo caso, de haber tenido el vocablo originalmente ese valor evolucionó, y hoy es posible que todavía haya maracuchos que abominen de su  gentilicio, pero la mayoría lo llevan sin complejos, y hasta orgullosamente.
 

Oiga el viernes 23, a las 4 p. m.,  por RADIO ONDA 107.9 FM, la superestación,  el programa especial sobre El lenguaje y las costumbres de la Navidad, con Alexis Márquez Rodríguez y  Mari Montes.

 
 
 
© Copyright 2005 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.