Inicio | Editor | Contáctenos 
 
Webarticulistas
Manuel Malaver
Eli Bravo
Luis  DE LION
Roberto Palmitesta
Lucy Gómez
Alexis Márquez Rodríguez
Ted Córdova-Claure
Antonio Sánchez García
Aníbal Romero
Charles Cholaleesa
 
 
 
 
 
 
 
 

 

referencement

 


 
 

¿Consolidado? 
por Alexis Márquez Rodríguez
viernes, 16 diciembre 2005

 
Desde hace tiempo tengo la convicción de que el régimen  chavista nunca logrará consolidarse. A ello algunas personas responden, o con la certeza de que ya está  consolidado, o con la duda de si podrá consolidarse en el futuro.

Consolidar, dice el Diccionario de la Real Academia,  es ³Dar firmeza y solidez a algo². Esta definición avala mi convicción. Numerosas son las razones para tenerla. La más inmediata es el resultado de las recientes elecciones, en que oficialmente hubo una abstención del 75 por ciento, aunque los indicios permiten afirmar que fue mucho mayor. Tal resultado señala que el régimen no tiene el respaldo popular que dice tener, o en todo caso que el caudillo de la revolución bonita (frase que, por cierto, Chávez hace tiempo no pronuncia) no es capaz de llevar a sus seguidores a las urnas electorales. En ambos casos la masiva abstención señala que el régimen no está consolidado.

Pero hay mucho más. Por ejemplo, la situación interna del chavismo, repartido en varios grupos entre los cuales no se percibe un buen grado de cohesión, hasta el punto de que son ilusorios los propósitos de construir un partido único de la revolución, indispensable, aunque no suficiente, para que un régimen político se consolide. Quizás sea prematuro hablar de la inminencia de una división, propiamente dicha, en el seno del chavismo, pero a la luz de la rica experiencia venezolana no es aventurado predecirla para un futuro indeterminado, que por lo mismo puede estar cerca o lejos.

Otro indicio de que el chavismo no ha logrado consolidarse es el creciente clamor popular por el fracaso del Gobierno en el orden  social. Se da así la paradoja de que la única oposición que se practica en el país la hacen sectores cada vez crecientes del propio chavismo, que airadamente reclaman a los funcionarios de todos los niveles el incumplimiento de las promesas de solución de graves problemas sociales. Reclamos que con frecuencia llevan nombre y apellido, incluso el del propio Chávez.

Por otra parte, difícilmente se consolida un régimen cuya cohesión se basa primordialmente en el soborno, practicado con generosidad por el Presidente, con especial énfasis en el seno de las Fuerzas Armadas. Parte importante de esta política está en la permisividad ante la corrupción de funcionarios de todos los niveles. El fracaso, a la larga, de tal política no requiere necesariamente del agotamiento de los recursos de que se dispone para ello, pues también la experiencia demuestra que el mantenimiento en el poder mediante la compra de  conciencias, por muy alto que sea el precio pagado, es lo más inseguro, porque se basa en la venalidad de los sobornados, y no en su firme adhesión a los principios. Lo cual, de paso, genera en el gobernante una angustiosa desconfianza de todo el que lo rodea, incluso familiares muy cercanos.

Son muchos más los indicios de que el régimen chavista no se ha consolidado, y de que no se consolidará nunca. El problema, como decía recientemente un columnista de El Mundo, es que el régimen chavista no se consolida, pero tampoco cae. Esto último no es  intrínseco al régimen mismo, sino consecuencia de no haber en  Venezuela una verdadera oposición. Que de haberla, hace tiempo  hubiese caído.  

 
 
 
 
© Copyright 2005 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.