Inicio | Editor | Contáctenos 
 

 Webarticulistas

Manuel Malaver

 

Eli Bravo

 

Luis  DE LION

 

Roberto Palmitesta

 

Lucy Gómez

 

Alexis Márquez Rodríguez

 

Ted Córdova-Claure

 

Antonio Sánchez García

 

Aníbal Romero

 

Charles Cholaleesa

 

Agustín Blanco Muñoz

 

 

 

Los Diplomáticos y la Revolución
por Alfredo Michelena
jueves, 19 octubre 2006

 

Mientras los Diplomáticos de Carrera con muchos años de experiencia están "jugando banco" o en listas para ser jubilados, los nuevos actores políticos de la cancillería toman posiciones.

La Ley del Personal del Servicio Exterior  de 2000 que permitió el ingreso de la mayoría de los diplomáticos en comisión y que creo inicialmente condiciones para el respeto a esta profesión de Estado, fue reformada posteriormente para retomar el control de una Cancillería que aparentemente no comulgaba con las directrices revolucionarias. Esta reforma es parte de una segunda etapa de la revolución signada por una mayor escalada en la represión, que ha forzado a un número importante de funcionarios experimentados a dejar la Casa Amarilla, sea por renuncia, jubilación o destitución.

La reforma eliminó el porcentaje de Embajadores reservados a los funcionarios de carrera. Ahora en el nombramiento de los "representantes personales" del Presidente no se toman en cuenta los méritos y los intereses fundamentales del Estado venezolano, sino el compromiso para perseguir derroteros revolucionarios, que  no están enmarcados en la Constitución bolivariana y que por ende no reflejan los intereses permanentes e históricos de la Nación. Como lo han repetido últimamente los Cancilleres, y hasta el mismo Presidente, ahora los Embajadores deben comulgar con los objetivos de la revolución  o renunciar.

Otro objetivo fundamental de esta etapa han sido los Terceros Secretarios. Se les ha sometido a un filtro ideológico para su ingreso, y luego a un constante adoctrinamiento y "montioreo", para asegurarse que estén al servicio de la revolución y sean de confianza del "apparatchik".

El conductor de la Cancillería, Nicolás Maduro, recientemente dijo que la nueva diplomacia requería jóvenes universitarios revolucionarios e invitó al Frente Francisco de Miranda, el cual "tiene un conjunto de jóvenes formados desde el punto de vista político, ideológico", a "conformar lo que podría ser un destacamento de vanguardia que asuma el proceso de preparación para la nueva diplomacia del futuro". El objetivo es crear una  "Cancillería anti-imperialista" y "disciplinada alrededor del jefe del Estado" y "con el proyecto de transformación bolivariano".

La semana pasada se anunció el inicio de la primera promoción de la Maestría en Política Exterior de Venezuela, dictada por el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos "Pedro Gual", y se destacó que se contemplan asignaturas adicionales como la del pensamiento bolivariano y las pasantías en misiones sociales. Además, los nuevos funcionarios deberán realizar trabajo social "voluntario".

Estos aspirantes a Terceros Secretarios tomarán cursos sobre el '"socialismo del siglo XXI", con profesores  "entre los que destacan el alemán Heinz Dieterich, los cubanos Luís Suárez Salazar y Pablo Guadarrama, o los venezolanos Jerónimo Carrera, internacionalista y presidente del Partido Comunista, y Carlos Escarrá, abogado y diputado en la Asamblea Nacional".

Si bien está clara la política internacional de la revolución bolivariana, es recientemente cuando, sin pudor, los jefes de la Casa Amarilla develan los procesos de ideologización y  "sectarización" o "partidización" a los que se están sometiendo a los funcionarios diplomáticos. En estas condiciones es difícil hablar de un funcionariado de Estado o de una Cancillería que represente los intereses de la Nación. "La Casa", como es llamada coloquialmente la Cancillería por los viejos diplomáticos, está en ruinas y hay que restaurarla.

Un nuevo gobierno deberá asumir rápidamente un proceso de reingeniería y, reorganizar y reinstitucionalizar la Cancillería, así como recuperar al funcionariado de Estado en descomposición y recomponerlo sobre bases democráticas, y finalmente, reconstituir la Carrera Diplomática desde una perspectiva de méritos, experiencia y capacidades y no de pertenencia a partidos o sumisión a ideologías.

 
 
 
© Copyright 2006 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.